24 Batalla Final

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CAPÍTULO 24




-Y este será el lugar donde verás por última vez a tus amigos y al maldito al que te entregaste aún cuando me perteneces, Kagome- Su semblante cambió a uno terrorífico y sombrío.

Kagome se estremeció al escuchar las palabras de Naraku.

No sabía a ciencia cierta qué tan poderoso era ahora que había absorbido la perla y si era capaz de usar sus poderes al máximo.

Estaba asustada, no podía negarlo y más aún al recordar el infierno que él le hizo pasar hace unos meses pero tenía que enfrentarlo e iba a hacerlo, además de que pondría todo de sí para salir victoriosa y poder ser feliz junto al Daiyoukai de su corazón.

-Khe! Como si eso fuera a pasar, bastardo!- Gruñó Inuyasha con Tessaiga en sus manos. -El único que tendrá su tumba en este lugar eres tú, maldito! Jamás perdonaré lo que le hiciste a Kagome!- Inuyasha estaba furioso.

Si bien era cierto que él quería cobrar venganza por lo sucedido hace medio siglo, la realidad era que él deseaba destruir a Naraku por el sufrimiento que hizo pasar a su adorada Kagome.

Por la memoria de Izayoi que lo haría.

-Eres un iluso si crees que podrías conmigo ahora que tengo la perla completa en mi cuerpo, Inuyasha- Dijo el azabache con burla.

Los tentáculos de Naraku se movían suavemente detrás suyo esperando por atacar pero en cuanto estaba por abrir de nuevo la boca fue embestido por un ataque de Sesshomaru.

-A ti, maldito Inu. A ti es a quien mataré primero por tomar lo que es mío- Gruñó furioso Naraku. -Kagome me pertenece y tú te atreviste a marcarla- Lanzó un tentáculo que fue evadido con gracia por el imponente Lord plateado.

-No vas a poder matarme, Naraku y mucho menos volver a poner tu sucias manos en mi esposa- Hizo énfasis en su última palabra, haciendo enojar al arácnido.

-Maldito perro sarnoso!- El solo hecho de que Sesshomaru le recordara que la azabache ahora le pertenecía a él, hacía hervir la sangre de Naraku y su furia aumentaba.

Para Inuyasha no era distinto, al igual que su hermano, se lanzó al ataque mientras Sesshomaru tenía entretenido al ojicarmín.

Un corte con Tessaiga que le desprendió su brazo lo hizo alejarse del alfa de la manada mixta.

-Argh!- Se quejó y miró al hanyou de Inu con odio.

Cuando los hermanos Taisho estaban por volver a atacar, Naraku dejo liberar una nube de miasma al mismo tiempo que invocaba a otra horda de youkais para así encerrarse en una kekkai y tener tiempo de regenerar su cuerpo.

-Los mataré, malditos! Eliminaré cualquier rastro de la herencia Taisho!- La furia del hanyou maligno era evidente y sin apartar la mirada de los Inu espetó.

Después de dar su amenaza llevó su mirada a Kagome. Estaba aún más furioso con ella por haber entregado su cuerpo y alma a Sesshomaru pero aunque quisiera matarla no podía, su enfermizo amor u obsesión? Era más grande que los deseos de derramar la sangre de la joven entre sus dedos.

-Y tú, mi preciosa Kagome- Se dirigió a ella. -No creas que dejaré pasar sin castigo lo que hiciste, cuando mate a tus amigos y a tu adorado esposo arreglaré cuentas contigo- Sentenció haciendo que la chica se estremeciera.

Kagome se perdió en sus pensamientos al escuchar las palabras de su enemigo que no se dio cuenta que un grupo de youkais iba hacia ella.

-BAKUSAIGA!!!- El rugido imponente del Lord de las tierras del Oeste se dejó escuchar en el campo de batalla.

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