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El lugar se volvió frío, dando la sensación de que cada movimiento brusco amenazaría con cercenarle la garganta, engullendo sus colmillos afilados y su temperamento feroz, dejándole indefenso ante la inevitable fugacidad de la vida. Katniss había exhibido su destreza al sumergirse en los sauces del peligro mediante la modulación de palabras inoportunas, sin la más mínima consciencia. Palabras que, desafortunadamente, podrían resultar letales para quienes la rodeaban, enredando a otros en problemas tan solo con sugerir una posible relación con traidores.

Todos la miraron boquiabiertos, incrédulos ante tal afirmación desprovista de razonamiento y viendo cómo ella ni siquiera hacía amagos de justificarse, aseverando que la implicación no era más que hechos falsos, logrando acaparar la atención de todos. Incluso, desde su perspectiva, las expresiones resultaban imposibles de reconocer, yendo y viniendo entre tantas emociones. Hasta Effie, que en numerosas ocasiones había aparentado ser alguien a quien le sobran las palabras, mostró su sorpresa por su indiscreción. Sin omitir que, a pesar de su notoria ausencia mental la mayor parte del tiempo, Haymitch demostró estar atento a la situación, preparado para respaldarla con información.

—No seas ridícula, Katniss. ¿Cómo vas a conocer a un avox? —preguntó Effie, la primera en salir del estado estupefacto en el que fue sumida por la singularidad de las reacciones de la Alfa, tratando de entender cómo la chica podía conocer a personas que se supone habían traicionado a Panem— Es absurdo —dijo finalmente, probablemente convencida de que el delirio de la joven provenía de los juegos, que habían causado en la tributo mujer del Distrito 12 una confusión tremenda.

—¿Qué es un avox? —respondió Katniss con otra pregunta, mostrando una inocencia que despertaba un poco de ternura y exasperación a partes iguales en el Omega.

Era extraño poder estar cerca de Katniss antes de abandonar el Distrito 12 en el pasado. Siempre inmersa en sus propios problemas como para reconocer la presencia de Peeta a lo lejos, anhelando cercanía pero nunca intentándolo. Por eso, solía prestar atención especial a todo lo que sucedía alrededor de la Alfa, para no perderse ningún gesto que pudiera hacer. Ahora no pudo evitar darse cuenta de que la chica necesitaba una salida ya.

—Alguien que ha cometido un delito; les cortan la lengua para que no puedan hablar —Haymitch, que anteriormente había estado recostado en la silla de manera desinteresada, soltó las palabras mientras se acomodaba con cuidado en su sitio, como si algo estuviera a punto de suceder, mas la amenaza jamás llegó. En cambio, la sobriedad del hombre lo puso con los pies en la tierra y lo ayudó magistralmente a hablar con elocuencia y una escondida perspicacia—. Seguramente será una traidora. No es probable que la conozcas.

—Y, aunque la conocieras, se supone que no hay que hablar con ellos a no ser que desees darles una orden — había algo en la voz de Effie que no logró comprender, como si ella misma estuviera asustada—. Por supuesto que no la conoces—. Dice tangente demostrando la farsa de la situación.

Notó que la chica había quedado en estado de estupefacción, incapaz de mentir por completo, una cualidad que él valoraba sobre todas las demás. La convierte en la única en la que puede encontrar apoyo, ya que le resultará imposible traicionar la confianza que él le ofrezca. Un arma de doble filo, si no tiene cuidado.

—No, supongo que no, es que… — Se notaba que era difícil formular palabras para ella, solo vacilando y balbuceando acongojada.

El olor a bosque, tan parecido a los días lluviosos, cuando los árboles se aferran al suelo tratando de mantenerse rectos ante el tambaleo constante de los fuertes vientos como si un final fatal se acercara, era precisamente la fragancia de Katniss llegando rápidamente a sus fosas nasales, advirtiendo el nerviosismo de la chica. Ella no solía usar parches en general porque su olor era bastante tenue, quizá. Sea como sea, ella los usaba aún menos que él. La Alfa debió percibir el peligro de su declaración, alterando por completo su cuerpo y dejando al descubierto sus temores.

Travesía De Un Corazón Omega: Omega En La RevueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora