NOCHE 4

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Su cama era grande, no dejaría que Minato durmiera en un incómodo sillón y él no iba a dormir en un incómodo sillón, por lo que prefirió dormir con él en la misma cama y no hacer dramas por ello, eran dos hombres adultos que no querían pasar una noche terrible por lo que ninguno hizo un escándalo.

Mikoto tardó un poco en dormir, miraba al techo o miraba a Minato y Minato lo miraba a él, era una competencia de saber quien dormía primero.

    — Mikoto - Habló Minato en medio de la oscuridad - Si me traes los ingredientes puedo prepararte algo bueno para comer mañana.

Mikoto bostezó.

             — Haz una lista, mañana trabajo medio tiempo, podré ir de compras... No me robes mientras trabajo o duermo, tampoco me mates…. - Cae en cuenta por fin de lo que a echo - Oh, debí pensar en eso antes. No lo hagas, sería un dolor de cabeza.

     — ¿A dónde iría?- Minato no lo miró. -Es más probable que tú me mates, vine a la casa de un desconocido… Tampoco lo pensé bien.

            — Bien.- Mikoto levantó su meñique mirando al techo y pudo sentir la mirada de Minato sobre él. -hagamos una promesa, vamos. Ninguno de los dos va a matar o robar al otro.

Tardó algunos segundos, pero Minato enredó su meñique cerrando la promesa.

Mikoto suspiró observando la delgada muñeca del omega y sintiendo su tersa y cuidada piel. Así que, ese era un omega, un hombre un poco más delicado y con un calor especial que lo hacía sentir cómodo y seguro.

      — Es una promesa... ninguno lastimará al otro.- murmuró Minato.

            — tú también, ingeniero.- bromeó Mikoto llevando ambas manos hasta el vientre de Minato, era gracioso como las sábanas apenas se levantaban con el pequeño bulto. Haz la promesa para que no te aborten.

     — Si no tiene meñique no cuenta.- suspiró Minato soltándolo y dándole la espalda.

             — Ya tiene pequeños bracitos, si cuenta.

      — No, no lo hace.

RELEASE [MikoMina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora