NOCHE 10

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Se despertó escuchando a Minato vomitar.

Eso iba a convertirse en una rutina al parecer.

— Tardaremos en encontrar que es lo que le gusta comer a ingeniero para que no te haga regresarlo todas las mañanas.— Dijo mientras se lavaba los dientes y Minato vomitaba en el inodoro. No era una linda imagen. -¿Tenías estos síntomas antes y aun así tuviste que ir a hacerte una prueba?

— Me hice una prueba de embarazo mucho antes de ir al hospital.— murmuró Minato limpiándose la boca a lado de Mikoto. -Salió positiva, así que fui al hospital para tener una excusa y salir.

— ¿Alguien más lo sabe a parte de mí?— preguntó por curiosidad. Minato negó para luego asentir.

— ¿El doctor? Supongo que si él lo sabe los otros también.

— ¿otros?

Minato lo miró al rostro y Mikoto hizo lo mismo.

Quizás era el típico "no te metas en lo que no te incumbe" pero la curiosidad lo estaba carcomiendo y Minato parecía más tranquilo con el tema, ya había tenido tiempo para pensar si Mikoto era o no confiable.

Aunque dormían en la misma cama.

¿Eso no era un símbolo de confianza no?

También hicieron una promesa, no se podían dañar mutuamente.

-Si estás dispuesto a contarme tus secretos yo te contaré los míos.- Concluyó Minato lavándose los dientes rápido y saliendo del diminuto baño.

-¿Qué?- Salió detrás de él.

-Leíste mis papeles, tengo derecho a leer los tuyos ¿no?- preguntó señalando la cama y Mikoto pudo darse cuenta al instante.

-¿la orden de restricción? Ah, es una historia tonta. - Dijo intentando restarle importancia. No importaba. Ya no. -Ni siquiera es vigente hoy en día.

Minato no dijo nada al respecto, tan solo se sentó en el sillón poniendo a la gata en sus piernas y jugando con sus patas, no se miraron por un largo tiempo.

Era estresante porque Mikoto no tenía trabajo ese día, ni al día siguiente, entonces el tiempo que pasarían juntos sería largo y callado, estresante.

Mikoto en serio no quería ese estrés.

Se sentó a lado de Minato justo en el suelo y lo miró al rostro.

Minato apenas y respondió a su insistente mirada.

-Tuve que buscar en el diccionario para leer lo tuyo.- Dijo con tranquilidad, aunque sus mejillas estaban levemente rosas. —No puedo decir que no era mi intención.

-Es una orden de restricción de mi ex pareja. - aclaró Mikoto con desinterés. Porque ya no importaba ¿verdad? -Puedes ver la fecha, fue hace años... Estudiaba en la universidad en ese tiempo, era joven e idiota.

El omega desvió la mirada hacia la gata y suspiró.

-Soy un omega, Mikoto - Dijo Minato. — Cada parte de mi vida está especialmente cuidada para que le dé cachorros a un alfa, cachorros que sean omegas o alfas.

-¿Qué? ¿eso es legal?

-Para los lobos sí. Los omegas contamos como propiedad de nuestros padres o como propiedad de nuestro alfa, si no tenemos uno entonces alguien llega y nos proclama como suyos. Al menos así era donde vivía… aquí no se.

-¿Entonces ingeniero no fue un accidente?

Minato negó.

-Me dieron seis meses para concebir con mi alfa... solo pasaron cuatro.

-Oh... - Mikoto no tenía ni idea que decir, como si aquello fuera parte de una película de hace años donde había guerras y las personas eran tratadas como objetos y no como personas.

-La vida es dramática ¿no te parece?— Minato lo miró para comenzar a sonreír - Ahora explícame porque tienes una orden de restricción.

-Mi ex novio me dijo que ya no me quería.— Dijo sin emoción. - Y yo estaba obsesionado con él. Lo acosaba a cada instante, iba a los lugares donde sabía que estaría, le compraba flores, dulces... le compré un gato... me estacionaba fuera de su casa durante las noches…

-Eso da miedo.

Mikoto asintió exhalando una pequeña risa irónica.

-No sé qué mierda estaba pensando... no, si sabía... solo estaba pensando en mí. - Mikoto miró hacia la nada - Puso la orden de restricción porque yo no dejaba de buscarlo, así que me dieron la advertencia y me fui.

-Sí, creo que merecías más que una orden de restricción.- Dijo Minato levantando a la gata y dejándola en el suelo. -Yo te hubiera golpeado.

-¿Por qué no golpeaste a tu alfa?

De pronto el ambiente se volvió sumamente pesado y serio, como si Mikoto hubiera dicho algo realmente malo.

Intentó decir algo más para solucionar la situación, pero Minato no se lo permitió.

-La última vez que golpeé a un alfa... me pusieron una pistola en la cabeza.

¿Qué mierda?

Mikoto no supo qué decir.

RELEASE [MikoMina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora