Navidad contigo

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24 de diciembre 2014

Estaba envolviendo los regalos que entusiasmada compre para mis amigos, tendríamos un intercambio en los dormitorios pero desde antes tenía la idea de comprar obsequios para todos.

Ya casi terminaba, estaba moviendo mis manos rápidamente con una agilidad inmensa que ni yo misma sabía de dónde adquirí, tal vez era la euforia que recorría mi cuerpo.

Las luces brillantes, decoraciones de colores hermosos, comida deliciosa, amigos y familia, música y vibra distintamente perfecta.

Desde siempre como loca esperaba estas fechas, desde pequeña me encantó salir a la nieve haciendo figuras en ella, el señor "Ramón" blanco y divertido, bueno así le llamaba a el gran y no tan simétrico muñeco de nieve que todos los años hacia.

No importaba lo frío que estuviera afuera, las enfermedades que podría adquirir, siempre tenía que salir a jugar en lo suave de este mundo blanco que solo se veía en invierno.

Tantos recuerdos se disiparon al oír la puerta ser golpeada con suavidad anunciando que alguien entraría.

–¿ Quien ? – pregunté ocultando mi evidente conducta frenética por buscar un lugar adecuado para esconder mi secreto navideño de este año, pensé en dejarlo pasar, ¡tal vez no los verán ! Pensé no dandole importancia a la sorpresa que tendrían ellos si no se enteran de mi pequeño plan, mire las grandes cajas con forrajes de colores rojos y platinados muy brillantes.

¡Mierda si los verá !

– Ari, soy Sam – hablo la chica rubia atrás de la puerta

Lance mi cuerpo a ellos para lograr empujarlos hacia abajo de mi cama, un gemido de dolor salió de mi boca después de golpear mi cabeza con la rígida madera.

– mierda – me queje en bajo pero al parecer ella escucho

– ¿todo bien ? – pregunto empezando a preocuparse

El impacto lastimo mis muñecas que rasgaron en el borde de la cama al levantarme rápidamente para abrir la puerta, baje las mangas del suéter rojo y caliente que traía.

– estabas ocupada – Sam sonrió amplio cuando abrí la puerta

– no solo estaba acomodando algunas cosas – ella me miró examinando cada parte de mi cuerpo.

– se escucharon muchos ruidos – paro un segundo mirando confundida mi rostro, tal vez noto mi leve sonrojo por su penetrante mirada, su mano señalo su cachete izquierdo, tratando de indicarme algo en mi – estás un poco roja –

– ah, l-l-lo siento – tartamudear al ponerme nerviosa o al estar avergonzada era costumbre en mi

– no – ella tomo suavemente mi rostro, pero de inmediato retiro su mano al ver mi quejido – te lastime – me miró culpable

– no, tu mano está fría – rei un poco

Ella frotó sus manos tratando de calentarlas, de nuevo acaricio mi rostro

– no es de tu rubor – río tierna ante mi vergüenza – si no que tienes muy rojo aquí, te lastimaste, ¿que paso ?– hablo lento pues ella tenía la costumbre de exaltarse cuando, aunque mínimo fuera, me lastimara, pues sabía que su rápido vocabulario confundía mi mente.

– solamente me caí, tal vez me lastimé por el impacto en mi cara –tome su mano y la acaricie tratando de evitar que siguiera preguntando

– puedo pasar – pregunto bajando su mano entrelazando nuestros dedos, aunque sus manos estaban un poco frías siempre fueron muy suaves.

Mi Jugadora (Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora