Capítulo 28: Nathaniel.

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Gael se sentía observado por Taylor. Hacía más de dos horas que no abría la boca y, a pesar de saber que respetaba su relación, también sabía que su preocupación por Nath era mayor, así que, sin reparo, se sentó a su lado para contemplar a Amelia desde la distancia.

—Sé lo que piensas… —murmuró sin apartar los ojos de las dos morenas que permanecían abrazadas, prácticamente, desde que habían dado la noticia.

—No tienes ni idea, Gael.

—Aunque no lo creas, aún te conozco lo suficiente como para saber que te alegras por mí, pero también sufres por Nath y créeme… no te culpo por ello.

—¿Sabes? Nathaniel siempre te tuvo envidia.

Gael miró a su primo consternado. ¿De qué hablaba?

—¿A mi?

—Sí, Gael. Para él eres un ejemplo a seguir. Envidia el amor de tus padres, así como que siempre fueses el primero de la clase sin ningún tipo de esfuerzo.

—Mis padres jamás han hecho distinciones con nosotros.

—Lo sé y tampoco estoy de acuerdo en eso. Dorian y Melanie se desviven por ambos —dijo Taylor lanzando un suspiro al aire —. Qué tú estés con Amelia solamente va a reafirmar su estúpida teoría.

—No le he quitado nada que le perteneciera, Taylor.

—No. Evidentemente que no, pero esto no va a pasar como si nada. A sus ojos, le has quitado la única ilusión que tenía en estos momentos.

Gael tomó una bocanada de aire. Jamás se había tomado aquello como una competencia con Nathaniel. Siempre había vivido su vida de la manera que sabía y que podía, y saber que su hermano de, alguna manera, envidiaba aquello le rompía el corazón.

—He intentado vivir sin ella. He visto como Nath la besaba, como bailaban y aún así, he evitado acercarme porque él era feliz. Él jamás estuvo en un segundo lugar. Lo antepuse por encima de todas las cosas.

—Lo sé y te honra —respondió mientras palpaba el hombro del Moore —, pero ambos conocemos a Nathaniel y… para qué negarlo, ha heredado la cabezonería de tu padre.

—Sé que esto originará una grieta en la familia, pero francamente espero que sea temporal.

Taylor miró a su familia con cariño. Atesorando aquel momento que quizá, jamás volvería a repetirse. Kiara estaba sentada sobre las piernas de Enzo que la rodeaba con amor, su abuela hablaba afablemente con Melanie y Dorian que continuaban tomados de la mano, mientras que Amelia conversaba con Isabella y Jhonny de los grandes planes que había hecho con el mayor de los Moore. Todo era idílico, a excepción de la ausencia de Nath.

—Necesitará tiempo…

—Lo sé. Tan solo quiero pedirte algo… — Taylor lo miró esperando conocer su petición — No le dejes solo. Aunque él te lo pida y aunque trate de huir, no le dejes solo —insistió Gael con los ojos empapados.

Los primos se abrazaron, sellando una promesa que iba a ser muy difícil de mantener, pues el pequeño de los Moore era mucho más dependiente y posiblemente menos familiar. Ambos miraron a Enzo que se colocó ante ellos, uniéndose al magnético abrazo.

—Estoy muy orgulloso de los dos —admitió palpando la nuca de Gael y su hijo.

Los dos sonrieron. El comisario jefe era una pieza clave en la familia, así como lo eran todos…

—Oye, papá… ¿Se puede saber cuando le dijiste a Jhonny que Gael se follaría a Amelia?

—Ah, eso… Fue hace muchos años. Ni siquiera había nacido Nathaniel y mucho menos tú.

—Ni siquiera pienso preguntar de qué narices hablabais en vuestra juventud para llegar a esa conclusión —murmuró Gael queriéndose retirar de aquel incómodo tema.

—Con tu tío Jhonny hablar de sexo no era fácil, pero tú padre…

—¡Oh, basta! ¡No quiero saber más! —inquirió desatando la risa en los Farrell.

Melanie llegó con timidez a los hombres que reían despreocupados, y entonces Gael supo que necesitaban hablar a solas por lo que la rodeó con cariño para separarse del resto del grupo.

—¿Qué te preocupa, mamá?

La bailarina tocó, sonriente, la cara de su hijo que parecía poder leerle la mente.

—Me conoces demasiado bien…

—Eres como un libro abierto para mí. Es Nathaniel, ¿verdad? — Melanie asintió devastada — Hablaré con él.

—Ayer fui a verlo y… está irreconocible. Es verdad que estos últimos días ha estado estudiando sin parar, pero Gael, algo me dice que no está bien.

Gael apretó el gesto. La última vez que lo había visto en la casa de Jhonny, lucía una barba inusual, pero de eso hacía más de diez días…

—¿Papá ha hablado con él?

—Solo habla de su examen y de…

—Amelia —dijeron al unísono.

—¿La quieres mucho? —indagó Mel cogiéndole de las manos.

—La he pensado durante años, mamá. Quererla es poco para lo que de verdad siento. No arriesgaría tanto por un simple capricho.

—Anda, ven aquí…

La mujer lo abrazó con amor mientras que Gael disfrutaba de aquella deliciosa cercanía. Amaba a su madre y lo hacía por encima de todo.

Más tarde…

Gael sostuvo la pequeña mano de Amelia y con discreción ambos abandonaron el salón. Por respeto a sus progenitores, que estaban en la sala, y a los padres de ella, la llevó hasta la cocina, donde aprovechó el primer segundo de intimidad para rodearla entre sus brazos y besarla con anhelo. Tenerla cerca y no hacerlo era una tortura.

Ella inmediatamente correspondió entreabriendo su boca para permitir que Gael accediese al interior, donde ambas se tocaron con necesidad.

—¿Crees que tu madre me perdonará algún día? —preguntó Gael manteniendo la cercanía.

—¿Mi madre?

—Creo que la aterra la simple idea de que te vengas conmigo a Washington.

Amelia sonrió. Conocía a su madre y aunque la gran Isabella O'Sullivan a veces era complicada, sabía que solamente le interesaba su felicidad.

—Supongo que te perdonará… Algún día —admitió con un tono de burla que hizo que Gael la enganchará con más fuerza entre sus manos — Todos están preocupados por Nathaniel.

—Lo sé… Yo también. 

—Tiene que entender que nos amamos.

—Respecto a eso… he estado pensando en ello y aunque sé que hablamos de hacerlo los dos…

—Quieres hacerlo solo.

—Pequeña, es mi hermano y creo que se merece una explicación y, ante todo, una disculpa. Necesito hacerlo de esa manera. Necesito que me escuche y, si tú estás, temo que se cierre en banda.

—Cariño, será como tú quieras que sea. Respeto tu decisión y si lo que necesitas es hablar con él en privado, yo no iré.

Gael asintió y con el corazón en un puño la abrazó. Nathaniel debía conocer la verdad y debía conocerla por él.

La bomba estalla en el próximo capítulo 💥

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Gael - La Leyenda De Un Moore | Erótica + 18 | Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora