Gael le había preparado a Amelia un despacho colindante al suyo con la intención de que si le surgían dudas con los pagos pudiera preguntarle. Sin embargo, estaba teniendo un día nefasto gracias a que el auditor no dejaba de solicitar documentación a distintos departamentos. Aquello apenas le estaba dejando tiempo de reacción con ella, pues mientras que el hombre esperaba se encerraba con él en el despacho.
—¿Solo tiene sucursal en Washington, Sr. Moore?
—Recientemente sí, aunque no descarto expandir mi negocio por todo EEUU.
—Tenía familia en New York, ¿verdad? — Gael asintió desganado — Sería un buen lugar para hacer crecer su empresa. ¿No cree?
—Habría mucho que analizar…
Refugiado en su asiento, revisó su teléfono móvil. Amelia le había escrito hace como una hora y él aún no había tenido la oportunidad de responder.
"Tengo dudas con una tarifa aplicada."
—Recientemente se ha hecho cargo de la empresa de su padre, ¿verdad? Pero no es suya, entiendo.
Gael lo miró con los ojos entrecerrados. El auditor parecía querer encontrar cualquier mierda inexistente, pero… ¿Con qué fin?
—Entiende bien. Recientemente ha fallecido mi abuelo y…
—Vaya, lo siento mucho.
Él se encogió de hombros. En realidad, dudaba que aquel hombre pudiese tener un poco de empatía pues parecía querer seguir escarbando en la herida.
—¿Sabe que si tiene algo más a su nombre, ya sea porque sea de su propiedad o por herencia, debe solicitar un permiso adicional?
—No tengo nada más a mi nombre, ya se lo he dicho —dijo perdiendo la poca paciencia que le quedaba.
El auditor apuntó algo en su libreta que Gael no llegó a ver. Apretó la mandíbula y a punto estuvo de mandarlo a la mierda cuando su teléfono volvió a vibrar.
"No quiero presionarte, pero… estoy estancada. Lo siento."
El Moore sabía que no era tarea fácil, así que era prácticamente imposible que la desarrollase bien a la primera, lo que significaba que aquella noche le iba a tocar trabajar de más, porque iba a tener que recuperar el tiempo perdido.
"No te preocupes, pequeña. Todo tiene solución. En cuanto pueda me escapo a verte."
—¿Me deja ver las políticas que sigue su banco, por favor?
Por supuesto. Gael se levantó del asiento casi en piloto automático para recoger la carpeta correspondiente del casillero y soltarla sobre la mesa. La mirada seria del auditor ante aquel gesto le advirtió, debía controlarse.
"Estoy a nada de mandarle a tomar por culo." —tecleó a la Trambel.
—Disculpe… —murmuró mientras se sentaba en su asiento cediendo el peso de su cuerpo sobre el escritorio — ¿Está buscando algo en particular?
El hombre le miró con inquina. Sí, sin duda el auditor debía ser un ser despreciable.
—Solamente hago mi trabajo, Sr. Moore.
Gael no estaba de acuerdo, pues llevaba allí desde las ocho de la mañana y ya eran casi las seis de la tarde. No obstante, apretó los labios para evitar responder de la manera que tanto deseaba. En ese instante, llamaron a la puerta, lo que le dio una pequeña tregua para levantarse y apartarlo de su radar. Abrió con evidente cara de fastidio que desapareció de inmediato al ver a Amelia al otro lado.
—Disculpe, Sr. Moore. He pensado que quizá les apetecía tomar un café —murmuró Amelia levantando la bandeja.
Él simplemente se limitó a mirarla, a contemplar aquellos ojos verdes y aquellos labios que cada noche se esforzaba en devorar, porque sí, en la semana que llevaban en Washington no había habido ni una sola noche que no hubiese disfrutado de ella.
—Sr. Moore…
Amelia ante su silencio volvió a insistir con la bandeja, lo que le obligó a reaccionar. Rápidamente se la quitó de las manos, percatándose de que en uno de los cafés había un pequeño dibujo sobre la espuma que lo hizo sonreír. Un smile.
—Muchas gracias, Srta. Trambel. No tenía que haberse molestado.
—Oh, no es molestia. Disculpe, Sr. Holder, aquí tiene su café.
Amelia tomó el platillo con la taza lisa y se la acercó al hombre que se mostró complacido ante aquel gesto.
—Muchas gracias. Tiene usted unos ojos muy bonitos, Srta. Trambel. ¿Los tiene igual que su padre o que su madre?
—En realidad, de ambos. Tanto mi padre como mi madre tienen los ojos verdes. Aunque si le soy sincera, los míos se aproximan un poquito más a los de mi madre, pero los de ella son mucho más bonitos.
Gael sonrió de medio lado. Era un hecho, Jhonny e Isabella tenían una mirada fascinante, pero la de Amelia era de otro mundo.
—Difícil viendo los suyos…
Ella sonrió con amabilidad para después volver a centrar su atención en el hombre que se mantenía aún pegado a la puerta.
—Disculpe, Sr. Moore, necesitaría que me firmase unos documentos. ¿Le importaría? Solo serán dos minutos.
Gael miró al auditor que rápidamente negó despreocupado mientras volvía a disfrutar de aquel delicioso café.
—Volveré enseguida —indicó después de darle un sorbo a su café y dejarlo sobre un cajón metálico.
El Sr. Holder asintió, mientras la pareja abandonaba el despacho para refugiarse en el de al lado. Gael la miró fascinado para inmediatamente después atraparla entre sus brazos y besarla con ahínco. Ambos entreabrieron la boca, demostrándose cuanto se habían echado de menos y ambos lo hicieron sin prisa alguna…
—¿Está siendo duro?
—¿Duro? En diez horas que llevamos juntos es la primera vez que lo he visto sonreír. Hay algo en todo este asunto que no me gusta.
—Es fácil, Gael. Llevas casi dos años en activo y te has posicionado rápidamente entre los tres mejores bancos de la ciudad. ¿De verdad te sorprende que te hayan colocado una auditoría de esta índole?
Visto así… Gael la premió con una pequeña caricia en la nariz que la hizo sonreír y esa sonrisa le reconfortó el alma.
—Esto tiene pinta de ir para largo. Recoge tus cosas y pide un taxi para que te lleve a casa.
—Te espero…
—No tiene sentido que esperes aquí durante dos, tres o incluso cuatro horas.
—Ahora mismo no tengo nada mejor que hacer. Por cierto, lo siento, me he quedado atascada en el fichero de pagos y he sido incapaz de continuar.
—Luego arreglaré eso. Debo volver —indicó mientras revisaba el reloj de su muñeca —. Gracias por sacarme unos minutos de ahí. Eres la mejor.
Amelia sonrió satisfecha mientras que Gael la sujetaba para besarla una última vez. Después regresó a su despacho con una actitud mucho más relajada… El auditor estaba perdiendo el tiempo.
Titulo del próximo capítulo:
Bendita inocenciaY sí, traerá el primer acercamiento sexual de la pareja 🔞💥❤️🔥
Tranquilxs toda esta sequía sexual se verá cubierta con Nath y Taylor. Lo prometo 😂
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Gael - La Leyenda De Un Moore | Erótica + 18 | Completa ✅
RomanceGael Moore se ve ante la necesidad de renunciar temporalmente a su vida en Washington y regresar a New York, junto a toda su familia. Allí se dará cuenta de que el duelo que debe lidiar es mayor, pues no solo tendrá que afrontar el dolor de perder a...