Capítulo 9: Para algo están los hermanos.

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Gael se encontraba hablando con su madre por teléfono, mientras Nathaniel, que había ido a primera hora de la mañana, caminaba impaciente a su alrededor. Sin duda, le ocurría algo, pero estaba claro que hasta que no concluyese la llamada no obtendría mayor información. 

—¿Cómo está papá?

Bueno… En realidad, la tía está haciendo un gran esfuerzo para mantenerle ocupado, aun así no está siendo fácil.

—Estoy seguro de que lograréis que levante cabeza. 

Eso espero cariño, eso espero…

—¿Y la abuela? — Melanie aguardó en silencio lo que le alertó — Mamá, ¿nos necesitáis por allí?

No… Esto será temporal. Te lo prometo.

El mayor de los Moore se quedó intranquilo ante la actitud de su madre, no obstante, ambos decidieron finalizar la llamada debido a la diferencia horaria. Enseguida, sus ojos regresaron al hermano pequeño que se sentó a su lado de inmediato.

—¿Cómo están? Yo hablé ayer con la abuela y está destrozada.

—Es normal, Nath —murmuró mientras le tocaba la pierna para calmarlo —. Ha pasado toda su vida junto al abuelo. Tiene mucho que asimilar.

Nathaniel asintió agradecido por el gesto afectivo de su hermano.

—Oye, aún no había tenido oportunidad de hablar contigo a solas y… Tan solo quería que supieras que me alegro mucho de que hayas vuelto.

Gael cogió una gran bocanada de aire a la vez que intentaba disfrazar su peor sonrisa. Sentía que Nathaniel tenía a su propio enemigo metido en casa y ese no era nada más y nada menos que él.

—Yo también me alegro de estar aquí de nuevo…

—Cuando mientes te sale el mismo hoyuelo que a papá —murmuró su hermano.

—Me hubiera encantado que las circunstancias fuesen otras —dijo sin más —. Supongo que a todos nos hubiera gustado eso.

Nathaniel asintió. Sin duda, el fallecimiento de su abuelo le había regresado a su hermano, pero también le había alejado de su familia que se habían visto obligados a viajar a España. Gael lo empujó dibujando una sonrisa sincera que le hizo reaccionar.

—¿Necesitas ayuda con la empresa de papá?

—Si no me equivoco estás a final de carrera.

Nath iba un año por detrás de los de su promoción. No obstante, solamente le quedaba terminar una asignatura de la carrera y, además, estaban a punto de entrar en exámenes finales.

—Esta vez lo tengo controlado —dijo al recordar aquel trimestre en el que pinchó en la mayoría de las asignaturas.

—No te preocupes, Nath. En realidad, Gardenia es totalmente autosuficiente. Yo tan solo me dedicaré a revisar la documentación y la parte financiera.

—Quizá Amelia te pueda echar una mano con eso… — Gael asintió, aunque la realidad era que procuraría mantenerla lo más alejada posible —. Oye, Gael… ¿Puedo preguntarte algo?

—Harías mal si no lo hicieras…

El mayor de los Moore se incorporó con preocupación ya que su hermano no parecía atravesar un buen momento…

—El otro día estuviste con Amelia, ¿verdad? — él asintió, pues no tenía sentido ocultarlo — ¿Te dijo algo? Últimamente la noto ausente.

Gael suspiró, había cosas que debía callar ya que no le correspondía decirlas a él.

—No. En verdad, me puso al día de algunas cosas que ocurrieron en mi ausencia, como el aparatoso accidente con la moto de su padre o las grandes aventuras de Taylor —dijo provocando una sonrisa en el pequeño Moore —. ¿Por qué narices nadie me contó eso?

—Eso no es nada… ¿No estás al tanto del famoso club que frecuenta? — Gael negó. Se había perdido demasiadas cosas — ¿Te dice algo el nombre de "Destiny"?

Decirle, no le decía absolutamente nada porque no lo conocía, pero tenía cierta fama en la ciudad, lo que le permitía intuir lo que sucedía detrás de sus puertas.

—Por lo que veo no habéis perdido el tiempo —afirmó contento de haber desviado la atención de Amelia.

—Ya nos conoces…

Gael asintió mientras miraba el reloj de su abuelo.

—Oye, debo irme. Hoy tengo una videoconferencia a la que no puedo llegar tarde. Sabes que estás en tu casa —indicó poniéndose en pie.

Nathaniel vivía en un coqueto piso en un barrio residencial muy próximo a la universidad, no obstante, ambos tenían la llave de la casa de sus padres, al igual que sabían que siempre serían bienvenidos.

—El fin de semana es el cumpleaños de Valéry. ¿Por qué no nos acompañas? —preguntó Nathaniel levantándose tras él.

—¿Valéry? Hace más de cuatro años que no sé nada de ella. Así que dudo mucho que…

—Escucha, solamente nos juntaremos en el local de siempre a tomar un par de copas. Ya sabes… Como solíamos hacer antes.

—No voy a presentarme a un cumpleaños al que no se me ha invitado, Nath.

Él vio la decepción en el rostro de su hermano, pero dudaba seriamente que Valéry fuese el motivo, por lo que le incitó a hablar.

—Pensé que quizá tú podrías hablar con Amelia. Siempre recurría a ti cuando tenía un problema, así que…

Gael se encogió de hombros ante aquella afirmación que era cierta.

—Amelia tiene mil posibilidades para hablar conmigo si lo necesitase… Además, dudo que lo quiera hacer en el cumpleaños de su mejor amiga. No obstante, intentaré pasarme… —murmuró al ver la cara de su hermano — Supongo que me vendrá bien un poco de normalidad.

Con celeridad se colocó la cazadora y tras rescatar las llaves del coche, volvió a mirarlo.

—Gracias, Gael —susurró Nathaniel que también se mostraba dispuesto a irse.

—No hay de que…Para algo están los hermanos.

Ambos se abrazaron con aprecio… 

Todo iba de mal en peor. 

En el bufete la situación no fue a mejor, pues cada vez que la veía pasar frente a la puerta, sentía un cosquilleo en las manos que lo impulsaba a levantarse para bajar el estor y centrarse en lo que de verdad importaba; su empresa y la de su padre.

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Gael - La Leyenda De Un Moore | Erótica + 18 | Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora