Capítulo 30: Tan solo te voy a pedir una única cosa...

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Gael llevaba cinco minutos sentado en el sofá de los Trambel y sin duda, estaban siendo los cinco minutos más largos de la historia. Amelia se había ido a la cocina con su padre, donde intuía estarían teniendo una distendida charla sobre si debía quedarse a dormir o no. Cinco minutos que se convirtieron en diez o incluso quince.

En realidad, él agradecía el gesto de Amelia, pues estaba deseando meterse en la cama con ella para pasar toda la noche abrazados, pero no quería ser hipócrita, pues sabía que dentro de dos noche no había nada ni nadie que lo pudiese impedir y eso le valía.

Cansado de esperar, se puso en pie dispuesto a entrar en la cocina e interrumpir aquello de lo que estuviesen hablando cuando Jhonny apareció por la puerta. Su padrino lucía tranquilo, aún así, no estaba dispuesto a insistir con algo que ni siquiera sabría si él toleraría.

—Yo ya me iba —murmuró mirando el reloj —. ¿Y Amelia? Me gustaría despedirme de ella.

—Siéntate, hijo.

—Oye, Jhonny… no es necesario.

—Por favor… —insistió.

El bailarín se acomodó en un lado del sofá, esperando a que Gael hiciera lo mismo. Finalmente, el Moore claudicó, aunque sin demasiado ánimo.

—Me ha dicho Amelia que has hablado con tu hermano. Sobra que te lo diga, pero tenéis mi apoyo.

Gael agradeció el gesto de su padrino en silencio, pues sentía que el brillo de sus ojos le delataba por sí solo. Jhonny lo abrazó y ante el silencio de su sobrino, habló:

—Todo se solucionará. Estoy seguro de que Nathaniel terminará superándolo.

—Ni siquiera sé si se puede superar algo así. Tú nunca perdonaste a Laila.

Laila era la hermana de Jhonny. Esta, muchos años atrás, lo había estafado robándole más de treinta mil dólares amparándose en que lo necesitaba para pagar un tratamiento médico que jamás existió. Mentira que les había terminado de distanciar por completo y que, por supuesto, el bailarín jamás perdonó.

—Mi situación era diferente. Yo ni siquiera guardaba relación con ella, mientras que Nath y tú…

—No sé qué es peor. Está muy dolido y no es para menos.

—Yo creo que toda esa unión y amor que promueve la familia Moore os ayudará a estrechar lazos. Solo quiero que sepas que tanto tú como él me tenéis para lo que haga falta.

—Gracias, padrino.

—No me las des. Me ha dicho Amelia que vas a quedarte a dormir.

Gael tragó con dificultad. Aquella era una charla que no esperaba tener jamás…

—No te preocupes. Mañana pasaré a buscarla.

—Gael, puedes quedarte. Tan solo te voy a pedir una única cosa y es que la cuides en Washington. Me consta que siempre lo has hecho aquí y estoy seguro de que lo harás allí, pero necesitaba decírtelo.

—Tienes mi palabra, tío.

—Ahora sube antes de que se te quede la cena fría…

—Pero…

—Anda, ves —inquirió Jhonny tocando con afecto su hombro.

Gael lo abrazó una última vez, para instantes después, subir al dormitorio de Amelia. La Trambel lo esperaba subida en la cama con una bandeja que ocupaba casi todo el centro. En ella había zumo, unos huevos revueltos o incluso algo de embutido que ella se estaba llevando a la boca.

Gael - La Leyenda De Un Moore | Erótica + 18 | Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora