Décimo séptima rosa (2/2)

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Harry tenía frente a sus ojos a su razón de huir de casa. Del miedo. Del llanto. Tenía frente a él a Mark, aquel hombre que se hacía llamar su padre. Aquel hombre que causaba un temblor de miedo en su cuerpo.

Harry sintió que su corazón había dejado de bombear y realmente hubiera preferido eso.

-¿Q-qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste? - miedo.
-¿Y el otro maricón? - asco.
-Louis está tr-trabajando - miedo.
-Perfecto. Ve por tus cosas, te iras conmigo de esta porquería.
-¿A dónde?
-A un puto internado del ejército. Ahí vas a dejar de ser un maricón inservible.

Mark tomó del brazo a Harry y lo llevó a donde él suponía era la sala. Lo aventó sobre el sofá y poco a poco se fue quitando el cinturón.

-Tu madre te ha dejado hacer lo que quieras y por eso eres un maldito homosexual que no sirve para nada, pero yo no te dejare. Eres un maldito niño enfermo y estúpido y yo no tendré un hijo así.

La mano de Mark fue hasta los rizos de Harry y los atrapo, tirando de ellos y llevando a Harry hasta el suelo. Llevó su brazo para atrás y con fuerza lo impactó en la piel de Harry, quien soltó un gran grito de dolor. Un golpe. Dos golpes. Tres. Seis.

La piel de Harry estaba roja, ardía. Sus ojos estaban hinchados y sus mejillas húmedas por la gran cantidad de lágrimas que había dejado salir. Constantes "¡Cállate, maricón de mierda!" salían de la boca de Mark y llegaban hasta los odios de Harry.

Cuando creyó que su piel se rompería y la sangre empezaría salir a chorros, la puerta principal se abrió y su ángel personal había llegado a casa. Louis.

Louis corrió rápidamente y empujó a Mark, levantó a Harry del suelo "ve al baño y cierra la puerta ¡ahora!" le ordenó y Harry totalmente asustado y con la vista nublosa, obedeció. Nunca había visto a Louis tan enojado, y realmente temía lo que podía suceder.

Louis golpeó en el rostro a Mark, y Mark le regresó el golpe. Una pelea comenzó y en un momento Louis dio un golpe más fuerte y Mark cayó al piso. "¡Quiero que te largues de mi casa y nunca más te vuelvas a acercar a Harry, porque te mato!" amenazó. Su sangre hervía y sentía que podría hacer una locura y no arrepentirse. Sí hubiera matado a Mark no hubiera tenido cargo de consciencia.

Mark, herido y con el orgullo golpeado, salió de casa. Y tanto Louis, como Harry, esperaban que fuera para siempre.

Harry salió corriendo del baño y se aventó sobre Louis, abrazándolo con fuerza y llorando en su cuello. Louis acariciaba su cabello, tratando de darle confort y que recordara que él estaba ahí.

-Tranquilo, bebé. Ya se ha ido y no volverá nunca.
-Él te lastimó por mi culpa.
-Dime que en serio no estás preocupado por mí, bebé, tú estás peor, ¡mierda! Ven aquí, debemos curar tu espalda.

Louis sentó a Harry en el sofá y rápidamente fue al baño por el botiquín con gasas y alcohol para poder limpiar la espalda de Harry. "Esto va a doler" avisó y Harry sólo asintió, abrazando un cojín. Louis limpió y puso una crema en toda la espalda de Harry, quien seguía aferrado a un cojín.

"No temas, mi ángel. Te abrazaré y besaré. Ayudare a sanar tus heridas. Yo te protegeré. Nadie te va a lastimar."

Cada palabra venía acompañada de un beso en la espalda de Harry, quien comenzó a llorar en silencio.

-Eres más de lo que merezco- una lágrima cayó por su mejilla.
-No, bebé. Tú nunca tendrás todo lo que mereces porque es tanto que nunca habrá suficiente tiempo. Mereces abrazos y besos infinitos, que te cuiden, te hagan reír, que te amen y te hagan sentir protegido. Bebé, tú mereces el maldito mundo y más, así que nunca más vuelvas a decir que soy más de lo que mereces, ¿de acuerdo?

Más lágrimas bajaban por las mejillas de Harry, y Louis las besó, así que cada lágrima humedecía los labios de Louis, los cuales después hicieron contacto con los de Harry.

"Tú me das todo eso" pensó Harry, pero no interrumpiría el beso, después, tal vez cuando fueran a dormir, se lo diría a Louis.

Rosas Azules.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora