El sonido de tu voz | Min Yoongi

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🎹🐱 YOONGI 🐱🎹

No importo lo mucho que Sooyeon se quejó, yo la acompañe de regreso a casa, al llegar la abuela Haenyeo comenzó a regañarla por no entregar la comida y su ropa mojada, pero en cuanto me vio sus regaños cesaron.

Ahora me encuentro en el restaurante esperando que la lluvia pase, pero por la intensidad en que el cielo se está cayendo, creo que no parara pronto.

Sooyeon y yo estamos sentados en una de las mesas, tomando un té de hierbas medecibales que segun su abuela nos prevendrá un resfriado, sobre nuestros hombros una manta de colores nos cubre a ambos.

En la vieja televisión del restaurante las noticias de emergencia interrumpen la programación habitual, al parecer varias calles de Seúl están inundadas, casi me atraganto con el té cuando me doy cuenta de que todas las calles que mencionan son mis únicas opciones para ir a casa.

—Creo que no podrás ir a tu casa esta noche —me sobresalto ante la repentina presencia de la abuela Haenyeo, ella está parada junto a mí, con sus brazos en jarras, negando con desaprobación a la televisión.

La abuela toca el hombro de Sooyeon llamando su atención, con el ceño fruncido ella voltea.

Casi me carcajeó ante la forma en que su abuela le explica la situación, a pesar de usar unas pocas señas correctas, ella logra comunicarse fluidamente con su nieta.

Sooyeon frunce el ceño molesta, ahora voltea a verme a mí, reclamándome.

Su abuela le da unas palmaditas esperando a que ella se levante y haga lo que le ordeno. De mala gana Sooyeon se levanta, sale del restaurante ignorando la tormenta que cae sobre ella.

—Ten —a los pocos minutos la abuela me entrega un caldo de hueso con dos tazones de arroz, frunzo los labios.

La abuela se sienta frente a mí, observándome muy fijamente como si estudiara mis expresiones.

Algo incómodo, aclaro mi garganta.

—Abuela —llamo la atención de la anciana que me analiza, ella ladea la cabeza dándome a entender que puedo seguir hablando —¿Por qué es tan amable conmigo?

Mi pregunta no parece sorprenderla, todo lo contrario, ella ríe con gracia, como si hubiera estado esperando esta pregunta hace mucho tiempo.

—No es nada malo —ella mueve sus manos negando, pero con una afligida sonrisa dibujada en su rostro —Es solo que tú me recuerdas mucho a alguien.

Frunzo el ceño confundido.

¿Le recuerdo a alguien?

—Había un muchacho muy parecido a ti —ella se adelanta a mis pensamientos —Era igual que tú en todo, sus ojos, su cabello, incluso sus gestos al probar mi comida...

Mi corazón se llena de esperanza, después de tanto tiempo y en el lugar que menos lo esperaba, las respuestas salen a la luz.

—Era mi hermano —susurro apenas, pero ella logra escucharme. La abuela Haenyeo asiente con la cabeza, casi aliviada de que allá atado los hilos yo solo.

— Yoonseok —ella confirma mis sospechas, mis ojos se inundan de lágrimas con rapidez, mi corazón desesperado llora por respuestas.

Paso saliva con fuerza.

—Él venía muy seguido a mi restaurante —ella ríe con nostalgia recordando —Prácticamente, gracias a mí él pudo recuperar peso. Cuando entro por primera vez ppr esa puerta él era tan delgado como tú, rápido recupero peso...

La miro esperando... Esperando a que me cuente todo lo que sepa, ¿Hace cuánto venía? ¿Con quién venía? ¿Le contó algo?

Tengo tantas preguntas que por primera vez podrían tener una respuesta.

—En eso son diferentes —ella se encoge hombros —No he podido hacer que recuperes algo de peso y te aseguro que te alimento bien...

Como si entendiera mi caos mental se levanta de la mesa, apenas unos nuevos clientes entran.

Miro mi plato sin poder evitar que las lágrimas caigan por mis mejillas, tomo la cuchara tomando una gran porción de arroz, agacho la cabeza intentando que los demás no noten mi llanto silencioso.

Como con rapidez la comida de la abuela sin dejar un solo grano de arroz, como si esto fuera capaz de consolarme.

Al poco tiempo, Sooyeon vuelve a entrar al restaurante.

—Llévalo a la posada —su abuela le indica —Pasará la noche con nosotras.

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