57

442 34 11
                                    

🎨🌸 Sooyeon 🌸🎨

Mi respiración lenta y profunda a causa de los pequeños tubitos plásticos en mi nariz me hace removerme inquieta, mi garganta está ceca, mis brazos y piernas están adormecidos, tanto que no estoy segura de poder moverme.

Con pesadez abro los ojos, analizo el lugar detenidamente, a mi lado izquierdo se encuentra una ventana y un televisor empotrado en la pared, justo en la esquina, también hay un pequeño sofá color guinda.

A mi lado derecho hay una pequeña sala de espera, un armario pequeño y lo que yo supongo es, un baño particular.

Sobre el dorso de mi mano derecha tengo puesta una intravenosa, por ella la solución salina medicada se empeña en reparar todo mi trauma físico y prevenir las posibles secuelas.

Siento un malestar extraño en mi costado derecho, justo entre mis costillas, incorporo un poco la cabeza buscando la causa de mi malestar, cuando la encuentro ahogo un suspiro aterrado.

Una sonda plástica se oculta entre la bata hospitalaria que estoy usando, llevo mis dedos temblorosos hasta ella, pero está protegida por gasas y cinta de grado quirúrgico, incrustada en mi pecho.

¿¡Por qué tengo un tubo entre las costillas!?

Dejo caer la cabeza, derrotada, muevo apenas el tubo causándome un enorme dolor en las costillas que se espande por mi pecho hasta el otro extremo de mi torax, no solo en las costillas, sino dentro del pecho.

A mi lado izquierdo un monitor marca todos mis signos vitales, en el dedo índice de mi mano izquierda un oxímetro mide mi saturación de oxígeno  y latidos cardiacos.

Ya veo porque tengo puesta una cánula de oxígeno, mi saturación de oxígeno está algo baja, sesenta porciento no es muy sano que digamos.

También tengo las muñecas envueltas en vendas, cualquiera que me viera y desconociera la situación por la que acabamos de pasar, pensaría que intente quitarme la vida.

Suspiro, estoy muy cansada, el resto de mi cuerpo que no está tan adormecido, está muy adolorido.

Cierro los ojos apretándolos con fuerza.

Yoongi...

Como un suspiro fugas su nombre llega a mis pensamientos, de inmediato una sensación pesada, llena de miedo y preocupación me inunda.

¿Dónde está? ¿Dónde está Yoongi?

Lo último que recuerdo es el ardor que me quemaba por dentro mientras el agua entraba a mis pulmones, la desesperación, culpa y miedo reflejada en sus ojos antes de que el agua me tragara.

Los pitidos que advierten el incremento de mis latidos resuena en mi cabeza atolondrada, el dolor punzante en las cienes hace presencia.

La puerta corrediza de mi habitación se abre, cuando siento la presencia de alguien entrando de inmediato volteo.

El señor Ryu camina hasta mí, su aspecto cansado y sus parpados hinchados me dicen más de lo que él podría llegar a confesar.

Cuando llega a mí, se sienta a los pies de mi cama, su mano izquierda se coloca sobre mi muslo dando tres apretones reconfortantes, pero su mano derecha se mantiene oculta tras su cuerpo, frunzo el ceño, ¿qué está ocultando?

Sonrio enternecida por su gesto, parpadeo con pesadez intentando que el sueño no me consuma, no puedo dormir ahora, debo estar despierta.

Quiero estar despierta.

—-Hola —-los labios de señor Ryu me saludan, aún no tengo fuerza suficiente como para levantar mis manos y saludarlo, así que solo le sonrío.—-¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? —-pregunta preocupado.

El sonido de tu voz | Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora