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🎹🐱 YOONGI 🐱🎹
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Mi respiración pesada y aletargada me hace dar un respiro profundo que remueve todo en mi interior, la luz tenue y los sonidos característicos del entorno hospitalario comienzan a filtrarse en mi conciencia, los pitidos tranquilos por el corazón de alguien, al igual que los ligeros susurros de sus acompañantes.

Puedo sentir la cama bajo mi cuerpo, las sábanas limpias con este color característico a desinfectante, los recuerdos del secuestro y la pecera inundada con ella dentro hacen que mi corazón se acelere un poco, pero por alguna razón, la ansiedad no me aborda hasta el colapso, todo lo contrario, me siento tranquilo.

Aterradoramente tranquilo.

La herida en mi cabeza, punza con sutileza ante el repentino y sutil acelero de mi corazón, puedo sentir las vendas que rodean mi cráneo ejerciendo presión, que causa un ligero malestar en el área golpeada.

Mi atención se concetra en tratar de entender lo que ha sucedido durante mi período de inconsciencia, mis recuerdos son borrosos y desorganizados.

Mi carrera contra el tiempo hasta el acuario cercano al viejo estacionamiento abandonado, la pecera llenándose, mis golpes desesperados sobre el cristal que me separaba de mi Perséfone, sus súplicas porque que me detuviera y la dejara, su cuerpo estremeciéndose adolorido por la asfixia, la ausencia de vida en su cuerpo, el disparo que hizo ceder la pecera, la ola que nos arrastró, el señor Ryu resucitándola, el hospital..

¡El hospital!

Estamos en un hospital, los efectos residuales del somnífero que pasa por mi intravenosa me hacen sentir acogedoramente aturdido o somnoliento, como si mi cuerpo y mente estuvieran dormidos, pero a la vez conscientes de todo lo que nos rodea.

Pestañeos pesados me ayudan a aclarar la vista a medida que tomo conciencia. Estoy en una habitación blanca, a mi alrededor hay una ventana, un pequeño armario y una cortina azul cielo que me separa del resto de los pacientes.

Mi vista viaja a mi antebrazo izquierdo donde un catéter se empeña en mantener el flujo de los fluidos que me mantienen con vida, aturdido, pero son vida.

Mis manos, temblorosas y torpes, hacen a un lado la sabana que me cubre.

Respiro con fuerza al intentar incorporarme, de inmediato mi cabeza pesa más de lo que debería, mi boca está tan ceca que entregaría mi vida por un vaso de agua.

Cuando mis pies descalzos tocan el piso de azulejos blancos, intento ponerme de pie, pero una mano firme que sujeta mi hombro me detiene.

Como si fuera un complejo ejercicio de gimnasia, elevo la cabeza con dificultad para ver al responsable, mi emoción de pánico aún está cegada por el somnífero, mi respiración lenta y pesada me hace tragar con fuerza.

--Aún no puedes levantarte --la profunda voz del señor Ryu me hace temblar, casi temeroso.

Él ejerce una ligera presión que es suficiente como para tumbarme de nuevo en la cama, con suma tranquilidad acomoda la sabana sobre mí, mi ceño se frunce analizándolo.

¿Qué está haciendo?

¿No se supone debería estar ahorcandome con el tubo plástico de la intravenosa, o algo así?

Mi mirada confundida, pero sobre todo somnolienta, lo analizan como si fuera el bicho raro de la habitación, finalmente acerca una silla para sentarse cerca de mi cama.

--Sabés, le tengo un enorme respeto a Sooyeon --el señor Ryu se inclina en su silla lo suficiente como para que pueda ver lo tensa que está su mandíbula --¿Sabes por qué?

Mis pensamientos lentos no me dejan procesar tan rápido como me gustaría su pregunta, cuando estoy por responder, él ladea la cabeza.

--Por qué es una persona, mi persona--suspira con pesadez --Independientemente de que sea mi hija o no, a las personas se les trata con cariño y respeto, siempre y cuando no te lastimen. Sooyeon es una fuerza de la naturaleza, yo la amo porque, a pesar de todo lo que ha vivido, es gentil, humilde y generosa. Supongo que ya lo notaste. Entrega tanto de ella, sin esperar nada a cambio, se que su mera presencia es acogedora...

Sopeso las palabras del señor Ryu como si él fuera mi pastor y Sooyeon nuestra religión, sin que me dé cuenta una sonrisa tranquila se dibuja en mis labios.

--Así que, por ese respeto que le tengo, te daré la oportunidad de explicarme tus razones...

--Señor... --trato de interrumpirlo, pero mi voz aletargada y ronca se corta.

--No me interesan tus razones --me interrumpe negando con la cabeza --Pero a ella sí, lo sé porque apenas volvió de la muerte, lo primero que hizo fue buscarte, a pesar de todo lo que has hecho...

Este peso de culpa aletea en mi pecho asfixiándome, estoy avergonzado. Respiro con profundidad esperando que él continúe, pero no lo hace, él realmente quiere que yo sea el que hable ahora.

Nervioso, recorro la habitación buscando algo que me salve, pero no hay ni un alma, ¿dónde está la rata inoportuna cuando se necesita?

El señor Ryu se levanta y acerca a mí, hasta llegar al regulador de flujo, sus dedos hacen rodar el seguro disminuyendo el goteo de la solución salina, al dejar pasar los segundo, antes lentos, mi mente se despeja de esta bruma de somnolencia.

Más consciente de mi mente y cuerpo, la ansiedad, miedo, y todas mis emociones reprimidas por el somnífero me llegan de lleno, pegando en la diana imaginaria sobre mi esternón, cuando la flecha llena de emociones da en el pecho, inunda mi sistema.

Me remuevo ansioso en la cama, de repente su comodidad desaparece, las sabanas se vuelven ásperas y la bata blanca con pequeños puntos azules me pica demasiado, como si tuviera un millón de etiquetas en cada costura.

Respiro con profundidad, intentando ordenar mis pensamientos, ¿debería contarle desde el principio o solo después de la muerte de mi hermano?

Aclaro mi garganta antes de empezar a hablar.

--Min Yoonseok --apenas susurro, suspiro frustrado, al notar lo débil que suena su nombre --Él era mi hermano.

El rostro del señor Ryu se ilumina con la duda, ¿tal vez resentimiento? Tal vez, ¿culpa?

Bien, voy por el camino correcto.

--Hace seis años su organización asesinó a mi hermano mayor...

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Como les dije en el comunicado de esta tarde, tengo una infección fuerte en la garganta / amígdalas, así que escribir este capítulo fue un poco difícil.

Entre dolor de garganta, tos y un poco de fibrilacion fue difícil concentrarme.

Ya estoy con medicación y me siento un tanto mejor, espero este cap. resuelva un poco sus dudas.

Ya saben, las leo en los comentarios y una disculpa porque sea un capítulo tan corto.

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El sonido de tu voz | Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora