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🎨🌸 Sooyeon 🌸🎨

La abuela le dice que debo ir al viaje ya que pronto iré a la universidad y no tendré tanto tiempo para divertirme, ya sabes, ella siempre ha insistido en que disfrute mi juventud, nunca volveré a ser tan joven en mi vida como lo soy ahora y eso hay que disfrutarlo.

Me desperté temprano, en realidad no pude dormir mucho por los nervios, no había asimilado el peso de este viaje, estoy viajando a la isla Jeju a una boda de una pareja que no conozco, pero que el hermano de la novia me considera lo suficientemente cercana como para asistir al evento.

Es la primera vez que viajo relativamente sola, me refiero a que iré sin Eunhyuk, el señor Ryu o mi abuela, y eso me está matando de nervios.

Espero pacientemente fuera de la posada con mi pequeña maleta de viaje color rosa bebe y una mochila extra, apenas está amaneciendo y las calles son iluminadas con este lindo tono azulado tan característico del amanecer.

El auto del señor Ryu se detiene frente a mí, sonrío entusiasmada de verlo, desde el accidente en el gimnasio él ha estado muy ocupado y estressdo, Eunhyuk todavía no se recupera, así que no los he visto en un corto periodo de tiempo, que, para ser sincera, se siente como si hubiera pasado una eternidad.

—¿Dormiste bien? —el señor Ryu me pregunto mientras lleva mi equipaje a la cajuela, asiento con la cabeza, mientras abro la puerta del copiloto.

Me detengo cuando observo la pequeña caja de regalo color rojo con listón plateado frente a mí, reposa en el asiento del copiloto tan campante y llamativo, frunzo el ceño, cuando siento al señor Ryu frente a mí, levanto la mirada buscándolo.

—Es para ti —sonríe satisfecho por mi expresión sorprendida —Un regalo adelantado de navidad.

Bufo burlona.

Estamos en abril, es más cerca el día de la constitución que Navidad —me burlo.

Entro al auto ajustándome el cinturón de seguridad, esto es una prioridad para nosotros, el señor Ryu nos inculcó esta costumbre desde muy pequeños a Eunhyuk y a mí.

Él dice que es lo primero que debemos hacer al subirnos a un auto es abrochar el cinturón de seguridad antes de encender el motor.

Tomo la cajita de regalo cuando el auto se pone en marcha, por la ventanilla puedo observar como el cielo se tiñe cada vez más cálido, estoy segura de que cuando lleguemos al aeropuerto el sol iluminará la ciudad por completo.

Mi corazón se inunda de felicidad cuando veo la cámara digital, pequeñita, de color negro, apenas lo tomo en mis manos este bonito artefecto rectángulo de los 2000' me llena de felicidad.

Volteo a ver al señor Ryu con una gran sonrisa que espero reflejen la emoción que esto me causa.

—Es mi cámara —él me explica —Me habías dicho que la querías, así que pensé que era un buen regalo, así podrás tomar fotos en tu viaje.

Asiento con la cabeza entusiasmada, más que nada agradecida, suspiro tranquila mientras examino la cámara, en el fondo de la caja hay una cuerda con un lindo bordado, la coloco en la cámara, paso la cuerda alrededor de mi cuello.

Observo mi nueva adquisición emocionada, enciendo la cámara, observando el mundo a través de su lente.

Volteo hasta que el lente enfoca al señor Ryu quien mantiene la vista atenta en el camino, antes de que pueda reaccionar, oprimo el botón en la parte superior para tomar la fotografía.

Río apenada cuando el flash de la cámara me delata, con rapidez desactivo esa función, qué vergonzoso, al menos me paso con él, volteo de reojo observando como el señor Ryu ríe de mi descuido.

Antes de lo que esperaba llegamos al aeropuerto, el auto se detiene frente a estas grandes e imponentes puertas de vidrio, observo impresionada la fachada del aeropuerto, se ve tan imponente y elegante.

Un escalofrío me recorre, los aviones deben ser igual de impresionantes, después de todo, esta solo es el papel en el que están envueltos.

Antes de que me dé cuenta, el señor Ryu está frente a mi puerta, siendo en extremo caballeroso la abre para mí invitándome a salir, me ofrece su mano como apoyo.

Sonrío burlona, él lo nota insistiendo con su mano, la revolotea en el aire con falsa molestia esperando a que yo la tome y salga del auto.

Desabrocho mi cinturón, acepto por fin su mano usándola como un soporte exagerado para salir del auto, una vez estoy fuera él cierra la puerta tras de mí.

Sigo observando el gran edificio frente a mí, el señor Ryu baja mi equipaje entregándomelo discretamente.

—¿Llevas todo lo que necesitas? —esa luz inquietante ilumina sus ojos, nunca me ha gustado que se preocupe por mí, siento que ese sentimiento lo asfixia.

Asiento can la cabeza, mi expresión y sonrisa tranquila logran relajarlo un poco.

—Úsala para lo que necesites —él me ofrece esa tarjeta oscura, frunzo el ceño.

—¿Es la tarjeta de la organización? —pregunto dudosa, el señor Ryu asiente con la cabeza —La abuela me dio dinero, esto es para cosas de los subordinados, la organización necesita los recursos.

—Tú eres la organización —él insiste, más que una petición es una orden, antes de que pueda seguir negándome, él toma mi mano dejando la tarjeta sobre mi palma.

Gracias —digo no muy convencida, él suspira tranquilo, observa sobre mi hombro el aeropuerto.

—No dudes en llamarme si algo anda mal —me indica preocupado, insistente, asiento con la cabeza dándole toda la razón, es mejor que esté tranquilo mientras no estoy —No importa si es una cosa mínima, llámame si algo se siente raro.

Prometo llamar cada noche sin falta —cuando finalizo las señas coloco la palma de mi mano derecha sobre mi pecho del lado izquierdo, el señor Ryu ríe por mis ocurrencias.

Sonrió satisfecha cuando esa chispa de preocupación se desvanece en su mirada.

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No se ustedes, pero a mi el señor Ryu me parece encantador o ¿seran mis daddy issues hablando por mi?

Puede ser.

Si esto fuera un kdrama Park Heesoon interpretaría al señor Ryu. 

Redes sociales: @Naksu

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