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🐉Narrador🐉
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Las infancias son inusualmente atormentadas por los niños grandes que juegan a ser adultos, las reacciones negativas, los gritos, los golpes, incluso una mirada desinteresada causa estragos permanentes en la mente de los niños.

Sumando los terrores que la vida que, por naturaleza o destino, por sí solos causan un daño mayor, ya sabes, cada uno tiene una misión de vida en este universo, en este instante, en esta vida.

Lo difícil de esto es encontrar esa misión, Jimin lo sabía perfectamente, lo supo desde el principio cuando vivía con sus padres y frecuentaba la clínica donde su padre, el doctor Park, trabajaba de sol a sol sin descanso.

Lo supo cuando era acosado por sus compañeros de la escuela por ser demasiado femenino, demasiado frágil, demasiado llorón, pero había pequeños momentos de felicidad donde la vida no era tan mala.

--Te dije que no juegues con eso —-un joven Jimin, con su uniforme escolar y su cabello pelinegro, sonríe con ternura a su pequeña pulga.

--¡Mimi! —-la pequeña de cabello corto y castaño deja los cuchillos con los que sus hermanos entrenaban a un lado, en cuanto su hermano favorito entra al gimnasio, ella se lanza a él, ni siquiera había podido leer sus labios para escuchar el falso reproche, pero lo sentía cerca.

"Mimi" su seña favorita qué hasta la fecha había aprendido era el nombre que ella misma había inventado para su hermano favorito, no era que no apreciara a su hermano Eunhyuk o Junwon, pero para ella su hermano Mimi era unico en el mundo.

--Hola, muñeca –-Jimin se agacha lo suficiente como para verla a los ojos, permitiéndole a la menor leerle los labios, sonriéndole de esa manera tan pura con la que él se permitía mirarla --¿Y el señor Ryu?

Con cuidado toma a la pequeña levantándola por las axilas, con cuidado eleva su menudo cuerpo hasta situarlo en su antebrazo, donde la sostiene firmemente para cargarla.

La pequeña parece disfrutar del juego tan familiar entre ellos, Jimin muestra destreza y precaución al cargarla de esta manera.

--El señor Ryu está en la agencia –-la pequeña escribe en su cuaderno, su caligrafía horrible hace que el mayor reprima una sonrisa, ella trata de explicarle mientras se echa un poco para atrás para poder verlo, de repente, nota la presencia de un tercero en su conversación.

Un chico más alto que su hermano Mimi, con el cabello azabache lleno de luces doradas los mira enternecido, el joven de piel pálida saluda a la pequeña Sooyeon de manera amable.

La pequeña se cohíbe ante la presencia del extraño, con el ceño ligeramente fruncido se aferra con fuerza al cuello lastimado de su Mimi.

--Hoo, ese es Yoonseok —-Jimin ríe por la manera en que Sooyeon se aferra a él —Es bonito, ¿verdad?

La risa encantadora de Yoonseok le hace estremecer, recorriendo su cuerpo con esta vibrante sensación que solo él le ocasionaba, ambos adolescentes se miran entre ellos de esta manera tan suya.

--¿Sooyeon? —-una cuarta voz interrumpe su momento, seguido de esos golpes metálicos que generaban las vibraciones suficientes como para llamar la atención de Sooyeon —-¡Sooyeon! ¡Te he dicho que no te escondas cuando venimos al gimnasio!

La voz de Eunhyuk hace que Jimin suspire con pesar, después de fruncir los labios, baja de sus brazos a la pequeña.

Sooyeon lo mira con la misma expresión, de esta manera tan culpable y juguetona, siendo expuesta en su pequeña travesura.

--Ve —-Jimin le sonríe cómplice –-Después jugamos, ¿te parece?

Sooyeon asiente con la cabeza entusiasmada, había pasado un tiempo desde que su hermano Mimi no estaba de buen humor, hace poco él tenía la mirada perdida y el carácter peor que el de los cobradores.

El sonido de tu voz | Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora