12 - Dolor

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911 | S2 - E18






El funeral de Shannon fue algo que vi desde muy lejos, con gafas de sol y oculta a la sombra de un árbol. La petición de ella antes de morir es algo que se sumó a mis pesadillas.

—Voy a hablar con Maddie —me dijo Buck—, después de todo ya me presentaste a tu madre.

—Y falta mi padre, hermano —dije, reí leve—, haré una carta al departamento de bomberos, debo sacar licencia para poder reposar los cuatro meses que me quedan.

—Vaya, falta tan poco, estoy algo nervioso —dijo, entonces la alarma sonó. 

Me subí de conductora al camión, Buck se sentó de copiloto a mi lado, sonreí cuando el camión de Chim se nos adelantó, escuchamos en la radio que el capitán Nash quería hablar con nosotros, entonces un estruendo nos invadió y lo siguiente que pasó es que estaba en el piso, me dolía demasiado mi brazo izquierdo.

Cuando logré enfocar mi vista bien, vi el camión de bomberos volcado, había fuego, humo y una persona de pie.

Carré mis ojos e intenté enderezarme, mi brazo estaba quizás roto, pero no me obstruía la sangre, me ardía mucho mi pómulo derecho, cuando lo toqué con mi mano que si podía mover vi sangre, el cuerpo me pesaba y pude oír como las sirenas de los policías se nos acercaban.

El humo se disipo y pude ver mejor a mi alrededor, tres compañeros estaban en el suelo, inconscientes y Buck estaba con el pie aplastado por el camión volcado.

Me apoyé con mi brazo bueno e intenté ir con él, me estaba arrastrando y apenas podía dejar de temblar por el dolor, cuando unos pies se me acercaron.

—No te muevas —levanté un poco la vista y vi a un chico, tenía sujetando un objeto en su mano izquierda y su pecho estaba cubierto de un dispositivo que se veía explosivo.

El bombardero gritaba que quería ver al capitán de la 118.

—¿Dónde está el capitán? —gritaba el bombardero, vi a Chim acercarse con las manos en alto.

—Soy el capitán. Te pido por favor que me dejes ayudar a mis hombres —dijo Chim.

—No. No te quiero a ti —dijo el bombardero—. Quiero al capitán Nash.

Un silencio se hizo hasta que Bobby apareció y se acercó al chico, ambos parecían discutir, yo aproveché de arrastrarme más y llegar donde Buck, apenas pude alcanzar a sostener su mano. Vi que el chico estaba listo para hacer estallar la bomba, cuando una mujer lo distrajo, Bobby lo sujeto y cuando lo inmovilizó la policía se lo llevo, ahora todos se nos acercaron, Eddie me giró boca arroba y comenzó a ver mis signos vitales, una camilla legó y solo pude ver como después de verme y ponerme oxigeno iban corriendo a atender a Buck, lloré.

—Buck, no puedes morir —dije al quitarme la máscara de oxígeno, me subieron a la ambulancia y en el trayecto al hospital me dormí.

Cuando abrí los ojos vi un rostro familiar, uno que me alegré de ver.

—Hola papá.

—Hola princesa —dijo al acomodar mi cabello, solo con ese gesto noté que tenía mi brazo enyesado e inmovilizado.

—¿Qué sucedió? —le pregunté, él suspiró.

—Hubo complicaciones, te tuvieron que operar y poner tornillos —dijo al tomar mi mano—. Tus compañeros son muy buenos, me trajeron café, del bueno.

—Son los mejores —dije al sonreír, entonces al bajar mi mirada me quedé helada—. ¿Qué hay del bebé? —dije, él calló—. Papá, dime, por favor —le supliqué al intentar levantarme, él me detuvo y se sentó en la camilla junto a mí.

—Con el accidente, tuviste un parto.

—No, es muy pequeña aún.

—No sobrevivió.

—No —dije antes de que mi voz se quebrara, él me abrazó y yo lloré tan desconsoladamente.

Unos días después Bobby fue a mi habitación en el hospital, me contó que Buck había despertado y me dio mi pésame por la perdida, mi papá me ayudó a subir a una silla de ruedas y me llevó hasta la habitación de Buck, donde ingrese sola.

Contarle a Buck sobre el bebé me afectó doblemente, no sabía que verlo me dolía demasiado, sobre todo porque era quien más se ilusionó con esto.

Dos semanas después me dieron el alta para reposo en casa, mi padre me ayudó a empacar mis cosas, sin embargo, me recomendó no dejar, así como así la estación.

Me puse mi traje formal de bombero, una corbata negra y mantuve mi cabello suelto, pero detrás de mis orejas, mi padre me llevó en silla de ruedas a la estación donde habían puesto mesas, sillas y un hermoso pastel.

—Pronto comenzará el discurso —dijo Bobby a los presentes, desde el accidente su suspensión acabó. 

—Genial —dijo Buck al llegar en silla de ruedas, detrás, empujándolo estaba Maddie, a quien saludé con la mano.

—¿No deberías estar reposando? —le preguntó Eddie a Buck.

—Ya me conocen, no puedo quedarme quieto, menos perderme esto —dijo al sonreír.

—Las personas creen que elegimos esta vida, yo no estoy seguro —dice Bobby, está en frente de todos los invitados y a su lado está Eddie—. A veces creo que esta vida nos elige. Para quienes responden al llamado no puede haber dudas ni equivocaciones. No solo a las vidas a las que servimos dependen de nosotros, también las nuestras. Las vidas de nuestros compañeros bomberos y rescatistas. Hoy le damos la bienvenida a nuestras filas a un nuevo hermano, después de un año de trabajo y dedicación, es un placer oficialmente declarar que tu periodo de prueba ha concluido —Bobbie miró a Eddie—. Bienvenido al departamento de Bomberos de Los Ángeles, bombero Díaz.

—Gracias señor —respondió Eddie al darle la mano. Todos aplaudimos y lo siguiente fue que Chris le llevó el casco de bomberos a Eddie.

Lloré de felicidad, se veía tan feliz, tan completo.

Lo siguiente que sucedió fue que me despedí de todos, incluso de Buck. Mi padre me llevó a New York y ahí hice mi terapia muscular, pues mi columna salió algo dañada por el parto, pero nada irremediable.

5 meses pasaron rápido, pude volver a correr normalmente y de hecho lo hacía seguido.

Ese día vi que las noticias decían que en Los Ángeles hubo un Tsunami que arrasó con la costa.

—Estoy tan agradecida de que ya no seas bombero ahí —dijo mamá, asentí, sin embargo, sentí en mi corazón la preocupación. 

—Mi familia está ahí —dije, ella desvió la mirada.

𝐒𝐓𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐒𝐊𝐘 - 911 [Eddie Díaz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora