911 | S4 - E9
Salí de trabajar a las 6, así que aproveché de ir a un bar, lamentablemente el estar sola no ayudaba mucho, muchos tipos se me acercaron. Salí del bar y me subí a un Uber, le di mi dirección y condujo.
— Oiga, este no es el camino más directo —le dije al conductor.
—Tranquila, es más sencillo por la autopista, en las calles hay mucho tráfico a esta hora —dijo el conductor, suspiré y me recosté en el asiento trasero, apenas había tomado una cerveza, así que no estaba borracha, pero mi mente me atormentaba incluso despierta—. ¿Qué dem...?
El conductor no alcanzó a terminar su frase cuando recibimos un golpe muy brusco, el auto rechinó, yo me golpeé contra un objeto duro y al abrir mis ojos todo estaba oscuro, había gritos de fondo que pedían ayuda, me levanté algo mareada, con cuidado saqué mi pie que estaba atrapado detrás del asiento del conductor, me acomodé y estiré la mano para llegar al cuello del hombre, cuando lo toqué vi que no había pulso, aparentemente se desnucó tras el latigazo del golpe. Me acerqué a la puerta del auto y empujé con fuerza, una, otra y otra, hasta que tuve que pegarle al vidrio con mi pie, ahí recién se quebró y pude salir de auto.
Caí al piso, había cristales de la ventana, me quejé por haber caído sobre estos, cuando estuve en pie vi el accidente, auto tras auto estaban todos colisionados.
—¡Auxilio! —gritaba alguien, me acerqué a su auto y abrí la puerta del conductor, era una mujer.
—Tranquila, te sacaré.
—El cinturón, está no se suelta —dijo, asentí.
—Ok, dame un segundo, voy por un objeto filudo —le dije, ella asintió. Caminé unos pasos y vi cristales rotos, saqué el más grande que encontré y volví con la chica, sujeté el cinturón y fui cortándolo como si fuese una cierra. Cuando el cinturón se cortó, la mujer salió del auto, la ayudé a sentarse en el suelo—. Necesito que te quedes quieta un instante —comencé a revisarla en caso de que tuviese alguna contusión o algo semejante, sin embargo, reaccionaba bien.
—¿Estoy bien? —me preguntó, asentí.
—Sí. Puedes ir por las orillas, alejada de los autos, estoy segura de que los bomberos y paramédicos estarán al comienzo del accidente.
—¿Qué hay de ti?
—Ayudaré a los que están conscientes, a los otros no puedo ayudarlos, no tengo las herramientas.
La mujer se fue caminando, yo fui viendo auto por auto a quienes estaban vivos y quienes no, la mayoría mostraba lesiones y a medida que me iba acercando más al lugar de origen del accidente, más muertos había.
—¿Hay alguien ahí? —oí una voz, fui hacía ella y vi al conductor inconsciente, entonces me di cuenta de que la persona que hablaba era una niña de unos 7 años que iba en el asiento trasero.
—Aguarda —dije, me alejé y vi una varilla de metal, del parachoques de un auto, golpeé la orilla de la ventana y toda esta se rompió—. ¿Estás herida? —le pregunté a verla a penas.
—No —dijo casi llorando—, pero mi papá no despierta.
—Tranquila, los paramédicos ya llegarán, ellos llevarán a tu padre sano y salvo al hospital. Ven —dije, ella entonces se desabrochó su cinturón y se acercó a mí con cuidado, la tomé en brazos y la saqué del auto—. ¿Ves esas luces de ahí? —ella asintió—. Son los bomberos y paramédicos, vamos con ellos para decirles que tu papá debe ir al hospital.
Ella asintió y me abrazó, la cargué hasta llegar donde los bomberos, solo entonces los vi, era Bobby y Athena.
—Tess —dijo Hen al acercarse a mí.
—Ve a la pequeña, no tiene lesiones expuestas, pero hay que tenerla en observación, su padre está un poco más atrás, sexto auto, a la izquierda. Es un volvo —sentí que mi cuerpo se estaba agotando, Chim tomó a la pequeña en brazos y yo caí al suelo, Hen me puso boca arriba y sentí que mi vista se estaba oscureciendo. Vi llegar a otra persona, era Eddie, me miraba preocupado, quería responderle, decirle que estaba bien, pero mi voz no salía, mi vista se oscurecía y dejé de oírlo llamándome.
Camino por un pasillo emblanquecido, todo es muy deslumbrante, sigo caminando hasta ver una puerta frente a mí, al abrirla vi mi casa en New York, todas las cosas estaban igual a cuando era niña.
—T.J. —me giré—, ¿te escapaste de nuevo de la escuela? —mi madre me veía con un semblante serio.
—¿Escuela? —le pregunté, ella suspiró.
—Escucha, sé que tú y T.K. discuten mucho, pero debes de entender que él es tu hermano, y cuando él te necesite debes estar ahí... Porque él estará siempre cuando lo llames.
—No —dije—, la verdad es que nunca te importé. Ni siquiera fuiste a mi graduación. Nunca festejaste mis victorias, pero cuando T.K. necesitaba una muleta acudiste a mí.
—¿Eso es lo que crees?
—Eso es lo que demostraste todo este tiempo. No se trata de que no me ames, eso lo sé y lo acepto, pero detesto que nunca confieses la realidad, que lo amas más a él.
—Es verdad. Lo amo más a él, ¿llorarás como cuando eras niña y huiste al circo?
—No podría, porque la verdad es liberadora —en instantes mi madre se transforma en T.K. y se acercó más a mí.
—Entonces, si te gusta decir la verdad, dila ¿me odias?
—No. Estaba celosa de ti, tú sufres por la ausencia de papá, cuando siempre estuvo a tu lado, eres capaz de amar libremente sin temer a nada, fuiste capaz de salir de las adicciones y mamá te ama como a nadie.
—¿Crees que yo era feliz? —dijo airado—. Juju, la chica genio, Teresa, la que salió de la universidad con honores, ingresó a la academia de policía y después de bomberos, ¿cuál era la necesidad de ser buena en todo?
—¡Fui bombero por ti!
—¿Y tenías que destacar tanto? Además, después te fuiste a Los Ángeles. Lo más alejada de nosotros. Dices que no fuiste bien amada, pero nunca dices que en realidad eres tú la que no sabe amar.
Sentí que no mentía, la razón por la cual me aparté de Eddie es por miedo, por eso me alejé también de Buck.
—No sirvo para amar —dije, mis ojos se pusieron borrosos y cuando las lágrimas corrían T.K. se transformó en Eddie.
—¿Soy el causante de tu dolor? —me dijo, su mirar estaba bajo.
—Jamás.
—Entonces despierta —dijo al tomar mi mano, se sentía tan real el tacto, que me sorprendí y recordé el accidente.
—¿Esto es un sueño? —pregunté, pero no me respondió. Tomé el rostro de Eddie y sonreí mientras mis lágrimas seguían saliendo—. Te amo. Eddie Díaz, desde nuestro primer encuentro en el supermercado te he amado. Cuando estábamos juntos tu tacto me daba felicidad, y cuando volviste con Shannon fui capaz de dejarte ir por el simple hecho de que, si tú eres feliz, yo lo seré.
—También te amo Teresa —dijo, sonreí y lo besé, fue un dulce y suave toque en mis labios.
Abrí los ojos y estaba en una camilla del hospital, vi a Buck a mi lado sonriendo.
—Oye, ya estás bien —dijo.
—¿Qué sucedió?
—Recibiste un gran golpe en el accidente, pero nada grave, los médicos dicen que solo necesitabas descansar —suspiré, entonces recordé el sueño que tuve y fruncí el entrecejo.
—¿Eddie vino? —sabía que solo fue un sueño, pero no sé por qué lo pregunté.
—Am, sí, estuvo un tiempo aquí y después se fue a su casa. A todos les encantará saber que despertaste —dijo Buck al sacar su celular y mensajear.
Solo estuve 2 días en el hospital y otros 2 en casa antes de volver al trabajo, lo bueno es que no me rompí nada. Lo malo, es que no me he encontrado a Eddie en ningún momento y tampoco sé cómo comenzar la conversación.
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𝐒𝐓𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐒𝐊𝐘 - 911 [Eddie Díaz]
Fanfic𝐒𝐓𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐒𝐊𝐘━━ ❝Un día a la vez ¿no?❞ &;;'Teresa Strand es la hija del capitán de bomberos de la 252 de New York. A diferencia de su padre y hermano gemelo: T.K, ella decidió irse a vivir a Los Ángeles, donde se volvió parte de la estación 11...