32 - Vale la pena

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911 | S5 - E13/14





Eddie al otro día había impreso su formulario y lo llevó con Bobby, resulta ser que tuvo una conversación con Chris donde este le dijo que podía volver a ser bombero de campo, pero Bobby no aceptó a Eddie y este se enojó.

Días después Eddie volvió a asistir con el terapeuta Frank, con quien iba a verlo cada día libre.

Una tarde Eddie llegó y se veía algo abrumado, me dijo que estaría en la habitación. Creí que solo dormiría así que lo dejé solo, por mientras Chris estaba jugando en línea con sus amigos en su laptop y yo lavaba los platos, era desestresante ver todo limpio.

Entonces se escuchó un fuerte golpe, y otro y un grito que era de Eddie, corrí a la habitación mientras más cosas se rompían en el interior, pero mis manos estaban mojadas y me costó abrir la puerta, además, había algo que impedía abrirla.

—¿Eddie? —lo llamé, pero no contestó, Chris se acercó llamando a Eddie igual, pero nada—. Chris, voy a darle una patada a la puerta, así que retrocede un poco.

Él retrocedió y yo di una patada, pero nada, di otra y al final la tercera logró abrir una abertura, vi la habitación toda revuelta, me giré y vi a Chris.

—Quédate aquí, ya vuelvo —él asintió, ingresé a la habitación y había unos agujeros en la pared, la caminadora estaba en el suelo, las tapas de la cama igual y los muebles estaban por todos lados, fui avanzando hasta que vi a Eddie sentado en el piso, apoyando su espalda en la cama y sostenía un bate de beisbol. 

Estaba llorando.

Decir que se me quebró el corazón fue poco, me sentí desgarrada.

—¿Qué sucede Eddie? —dije cuando me arrodillé junto a él. Eddie llorando desvió su mirada.

—Están muertos —dijo entre sollozos.

—¿Quiénes? —pregunté.

—Todos los que salvé —dijo entre lágrimas, lo abracé y lloró más cuando me abrazó con fuerza—. Todos ellos, están muertos —seguía diciendo.

Parecía que nunca dejaría de llorar, pero poco a poco se fue calmando, hasta que al final me pidió perdón por manchar mi camiseta con sus lágrimas, sonreí leve, no pude evitarlo, incluso en esta forma se veía tierno.

—Sé que no quieres que Chris te vea así. Lo llevaré a acostarse, ¿vale? —él asintió. Cuando salí le expliqué a Chis lo sucedido, que Eddie se sentía algo mal, pero nada de qué preocuparse, sin embargo, sí que se preocupó. 

Cuando Chris se fue a acostar, Eddie salió de la habitación y fue a la sala, se sentó en el sofá y parecía que quería volver a llorar. Fui al comedor y le llevé agua, me senté en la mesa de centro y estando frente a él tomé sus manos.

—Si no quieres decirme, está bien, pero confieso que estoy preocupada.

—Lo siento. No quería asustarlos —dijo llorando, toqué el rostro de Eddie y al poner mi mano en su mejilla, con mi pulgar comencé a limpiar sus lágrimas—. Perdí el control. 

—¿Qué fue lo que sucedió? ¿Quieres contarme? —le pregunté, él asintió.

—Se supone que debía contactar a algunas personas con las que serví, como parte de mi terapia —dijo—. No hablaba con ellos desde que me mudé aquí. Saqué a cuatro personas vivas de ese helicóptero. El líder murió un par de años más tarde, el resto volvió a casa.

Me levanté para ir por pañuelos, cuando volví él me los agradeció, entonces volvió a tomar mi mano.

—Noah murió en un accidente de auto, Bender murió de sobredosis y Mills... —nuevamente se quebró—. Se suicidó en agosto pasado. Los saqué, pero no los salvé.

𝐒𝐓𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐒𝐊𝐘 - 911 [Eddie Díaz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora