44 - Perdónate

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911 | S6 – E14





—Te ves hermosa —dijo tía Pepa al verme con el vestido puesto, se supone que ya me habían maquillado y peinado, así que solo faltaba esto, la verdad me sorprendió, porque los colores y decoraciones eran de mi gusto, de igual manera el vestido, y resulta ser que tía Pepa confirmó que Eddie eligió la mayoría de las cosas, por mí.

—Me encanta —dije, ella sonrió. Cuando salí de la habitación en la que me había cambiado me dediqué a mirar la estructura del edificio, era un hotel y estábamos en el segundo piso, abajo en el jardín estaba la ceremonia.

Cuando bajé e hice mi entrada mi papá me acompaño, estuve muy nerviosa, pero cuando vi a Eddie con un traje gris claro dejé de preocuparme, el color le hacía destacar sus ojos cafés claros, le sonreí cuando estuve cerca y él a mí, aunque se sintió algo intimidado por mi papá, pero lo olvidó cuando ambos vimos al sacerdote. 

—Ahora pueden darse los anillos —dijo el sacerdote. Miré a Eddie y este estaba algo nervioso, pero cuando tomó mi mano y puso el anillo en la punta del dedo me miró directamente.

—Teresa Joy Strand, con este anillo, yo te desposo. Para amarte, quererte, mimarte y cuidarte, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, por todos los días hasta que mi aliento acabé —dijo al ponerme el anillo, yo hice lo mismo, tomé el anillo y su mano.

—Edmundo Díaz, con este anillo, yo te desposo. Para amarte, quererte, cuidarte y adorarte en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, por todos los días de mi vida y si es posible más allá —dije al ponerle el anillo.

—Por el poder que me es conferido, los declaro marido y mujer, puede besar a la novia —dijo el sacerdote. Eddie se acercó a mí y me besó, sonreí al verlo.

—Te amo —me susurró.

—También te amo —le dije.

Después subimos al segundo piso del hotel, donde había una gran sala muy hermosamente decorada. Tenía una tarima dónde había un micrófono, y después supe que ese lugar sería dónde hablarían algunos conocidos, las mesas formaban un círculo alrededor de un espacio libre en medio.

Cuando llegó la noche y todos comieron y brindaron, llegó el momento de bailar, todos estábamos en el centro de la sala bailando, la abuela se había llevado a Chris y Esperanza, Maddie se fue con Jee-Yun, al final quedábamos la mayoría de la 118, unos conocidos del departamento de policía y los familiares.

—Son las 2 am, supongo que te vas a dormir —dijo T.K. al acercarse a mi mientras bebía champagne de una copa. 

—T.K, me sorprende —dije al verlo—. Tú mejor que nadie sabe que yo no me iré a dormir a no ser que me invites a bailar.

—Por supuesto —dijo al entregarle la copa a Carlos, tomé la mano de T.K. y fuimos al centro de la pista, bailamos desastrosamente y me reí mucho, solo entonces el piso desapareció y todos los que bailábamos caímos.

—Vaya desastre —dijo una voz femenina, abrí mis ojos y vi un gran paisaje verdoso, ya lo había visto antes, estaba en New York, en el cementerio donde estaba mi madre. Entonces miré a mi lado y todo era igual a ese día—. Tener que perder la conciencia para poder hablar conmigo es algo que debes dejar de hacer —dijo mi madre al estar junto a mí, me sonreía.

—¿Mamá? —le pregunté en un susurro.

—Hola mi amor, hace mucho que no nos vemos. Felicidades por casarte —dijo al sonreír.

—Mi boda... ¡T.K!

—Tranquila, es verdad que la estructura se cayó, pero todos están con heridas leves. Están bien.

𝐒𝐓𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐒𝐊𝐘 - 911 [Eddie Díaz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora