𝐒𝐓𝐀𝐑𝐑𝐘 𝐒𝐊𝐘 - 911 [Eddie Díaz]

33 - Familia

911 | S5 - E17

Estaba en el trabajo cuando se mostró en una pantalla lo que sucedía en la central de operadores, un incendio comenzó a extenderse y los bomberos llegaron para sacar a las personas.

—A donde quiera que vayas hay fuego —dije para mí al pensar en Eddie, en ese momento me sentí enferma y fui al baño a vomitar, quizás estaba muy preocupada por él, así que le dejé mensajes de texto para que pueda responderme cuando este bien.

Salí mucho más antes para ir a buscar a Chris a la escuela, lo llevé a casa y mientras la cena se cocía, me dediqué a estar pendiente de las noticias del incendio.

El día pasó, los bomberos rescataron a todos, sin embargo, en el trayecto al hospital una operadora murió. Eddie entonces respondió mi mensaje y me contó sobre Bobby, que salió algo herido, pero está en revisión.

Suspiré de alivio, sin embargo, sentía acidez y nuevamente ganas de vomitar, al final, Eddie llegó y le comenté mis síntomas.

—¿Comiste algo malo? —me preguntó al verme, negué.

—Nada fuera de lo común, quizá sea un resfriado. O el café del departamento —dije al hacer una mueca.

—Tal vez sea eso, deberías ir a hacerte un examen, mi revisión es inconclusa —dijo al reír leve, me beso y fue a desearle buenas noches a Chris.

Al otro día fui al hospital, me hice exámenes de sangre y orina, y en unos 20 minutos llegó un doctor a verme.

—Laboratorio entregó sus resultados, felicitaciones, tiene 13 semanas de embarazo.

Esta vez el doctor no me dio un folleto de una clínica ni tampoco yo esperé recibir uno, salí de la sala y caminé hasta la casa, cuando llegué estaba Eddie en la cocina hablando por celular con su madre.

—Lo sé, es importante, pero es que... —suspiró—. Bien, iremos mañana, sí, llevare a tía pepa. Adiós, mamá, también te amo —Eddie corto la llamada y me observó— Mi padre se retiró, mi mamá hará una fiesta de retiro y quiere que vayamos todos. ¿Fuiste al médico? ¿Qué te dijo? —me preguntó cuando le pasé los resultados del examen, él los leyó tranquilo hasta la parte donde yo también me paralicé.

—Tengo 13 semanas —dije cuando me miró. No sé qué esperaba, pero la reacción de Eddie fue algo que nunca imaginé. Se quedó en shock largos segundos, después sus ojos se cristalizaron de lágrimas y finalmente se acercó a mi para abrazarme, me besó la frente, mejilla, cuello y finalmente la boca. Sostuvo mi rostro con sus manos y sonrió mientras lloraba.

—Te amo —me dijo, y lloré con él.

Cuando Chris llegó Eddie estaba decidido a contarle, y cuando lo hizo este reacciono como el ser maravilloso que es, porque estaba feliz de querer tener un hermano, como sus compañeros.

—Ahora no sé si sea buena idea ir a El Paso —dijo Eddie cuando estábamos en la habitación.

—No huiré de tu familia. Además, si es de problemas familiares, creo que los míos eran iguales o peores a los tuyos —dije.

—Mi papá es... especial.

—El mío se casó 2 veces, salió con una terapeuta sexual, una política y una millonaria, créeme, no hay nada que no haya oído ya.

—¿Y si te molestan? —dijo al acercarse a mí y abrazarme.

—Bueno, hagamos esto, cuando ellos se alteren, nos vamos a algún hotel o a Austin, donde está mi padre —Eddie río y asintió, entonces lo bese.

Fueron dos horas de viaje del aeropuerto de Los Ángeles hasta el aeropuerto de El Paso, después Eddie consiguió un auto rentado y condujo hasta la casa de sus padres, cuando llegamos el sol ya se había ocultado.

—Algo anda mal —dijo la tía pepa al ver salir a la abuela de Eddie de la casa.

—Ni siquiera he apago el motor —dijo Eddie al bajarse del auto, yo me bajé igual junto con la tía de este. La abuela los saludo a ambos y a mí se me quedó mirando unos instantes, hasta que Eddie extendió su mano hacia mí y me la tomó.

—Abue, ella es Teresa Strand, mi novia —dijo Eddie, la abuela sonrió de inmediato y me saludó con un beso en la mejilla.

—Que alegría saber que estas con alguien, y tan linda —dijo la abuela, sonreí.

—Ahora, ¿qué es lo que pasa? —le preguntó la tía a la abuela.

—Tu madre está cocinando todo —dijo la abuela a Eddie.

—¿Qué? Creí que mi hermano había contratado un proveedor de comida —dijo la tía.

—El cual solo podrá calentar y servir la comida —dijo la abuela—. Helena insistió en hacerlo todo ella.

—Todo. ¿Tú no ayudaste en nada? —le preguntó Eddie al entrecerrar los ojos.

—Me dejo hacer los tamales —dijo la abuela.

—¡Ay! Gracias —dijo la tía quién festejo junto a Eddie.

—Ven cariño, vamos a comer —dijo la tía al tomarme del brazo.

—Voy por Chris —dijo Eddie.

Cuando ingrese en la casa, era muy acogedora y bonita, había muchas fotos las cuales tía Pepa no dudo en mostrármelas. Eddie fue a dejar a Chris a su habitación para que este pudiese seguir descansando, después fue a la cocina a saludar a su madre y a mí me dejaron sentada en la sala.

—Creo que iré por las maletas —dije al ponerme en pie.

—Mi sobrino se puede encargar de eso —dijo Pepa, sonreí.

—No, de seguro está cansado de tanto manejar, iré por las maletas.

—Las llaves las tiene él —dijo ella, asentí. Respire profundo y me asome a la entrada de la cocina.

—Es extraño ser desempleado. No tengo a donde ir deprisa, ni llamadas que recibir. No tengo por qué levantarme de la cama a las 4, no, no sé qué hacer con mi vida —dijo un hombre, al que reconocí por padre de Eddie gracias a las fotos.

—Me imagino —dijo Eddie—. ¿Para qué vivir si no trabajas?

—Eddie —dije sin pensar, él quien parecía con la mirada perdida me miró y se dio cuenta de su comentario. La mujer junto a Eddie estaba impresionada conmigo y el hombre también—. Perdón, no quería interrumpirte, es que, quería las llaves del auto para sacar las maletas.

—Sí, yo voy —dijo al sacar las llaves de su bolsillo y acercarse a la puerta, me hice a un lado para taparle el camino, él me miró.

—Yo pedí las llaves, no soy tan débil —le susurre—. Además, yo igual quiero huir —él sonrió en ese momento y me tomó la mano, ambos salimos de la casa y ahí recién me dio las llaves—. Parece que si es tenso el ambiente aquí —dije al abrir la cajuela, él suspiró.

—Perdón, no te presente a mi mamá, es solo que yo, estaba...

—Lo sé, pero recuerda: dar felicitaciones, comer pastel e irnos —él asintió y yo le di un beso, me abrazó.

—Ahora, ayúdame con las maletas, si están pesadas —él río.

—Como usted diga madame.