Say My Name (Yeongyu)

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Beomgyu

Nunca ha habido un momento en mi vida en el que pueda recordar estar tan claramente enojado y excitado al mismo tiempo.

Estoy tan jodidamente cachondo que no puedo pensar con claridad. Me han negado dos orgasmos, y ahora mi garganta está llena de él mientras mis pezones arden mientras él tira dolorosamente con fuerza de las pinzas. Y quiero quejarme de ello. Quiero decir que lo odio. Pero yo no puedo. Ni siquiera un poquito. Todos los sentidos están empapados en Yeonjun. Lo veo, lo huelo, lo pruebo y lo toco todo. Está alojado tan profundamente en mi garganta, su polla es tan jodidamente gruesa que apenas cabe.

Me sale saliva por las comisuras de la boca, me lloran los ojos y me gotea la nariz. Él está en todas partes. Es como si supiera exactamente lo que quiero, lo que necesito, sin que yo tenga que decírselo. Es el tipo grande, brusco y dominante al que me encanta someterme.

Y Dios, es jodidamente molesto. Sería más fácil si fuera una mierda en la cama. Haría que odiarlo fuera más fácil.

Tal como están las cosas ahora, probablemente haría cualquier cosa que él me pidiera si eso significara que volviera a poner sus manos en mi polla. Todavía es muy duro, tiene sus propios latidos y estoy inmovilizado, por lo que ni siquiera puedo tocarme. El agarre que tiene sobre la cadena ha disminuido a medida que continúa bombeando en mi boca, el dolor se convierte fácilmente en un placer abrasador. Él tira suavemente, las abrazaderas me sujetan implacablemente, y ni siquiera puedo evitar la forma en que mis ojos se ponen en blanco mientras gimo a su alrededor. El sonido gutural y ronco de sus gemidos llega a mis oídos, haciendo que mis ojos se abran de nuevo y aterricen directamente en él. El sonido envía calidez a través de mi cuerpo ya febril.

y mi mente de repente se concentra excesivamente en hacer que vuelva a gemir así por mi culpa otra vez. Su mirada sobre mí hace que mi sangre bombee con más fuerza en mis venas, haciendo que mis terminaciones nerviosas ardan. Bajo el brillo rojo, sus ojos parecen negros mientras me mira chuparle la polla. Tiene los labios entreabiertos y el anillo plateado de su lengua brilla a la luz de las velas. Los tendones de su cuello están tensos y los músculos del pecho se flexionan con cada empuje brutal—Joder, te ves tan bien tomando mi polla. Qué buen chico—Sus cejas se juntan y sus dientes se muerden el labio inferior.

Envuelve una mano alrededor de mi garganta, apretando lo suficiente como para cortar parte de mi suministro de aire mientras su enorme polla corta el resto—Quiero bajar por tu garganta, hacer que me tragues mientras luchas por respirar—Sus palabras no deberían excitarme, no deberían saturar mis venas con una necesidad lasciva que no entiendo del todo, pero lo hacen—Pero esta vez...—dice, con la voz tensa mientras continúa bombeando dentro de mí—Esta vez quiero llenar tu puto coño apretado con mi semen hasta que gotee de ti y no seas más que una maldita puta.

Saca su polla de mi boca, inclinándose para estrellar sus labios contra los míos, sumergiéndose la lengua sin piedad. Es rápido y complicado, y cuando termina, gira mi cabeza hacia él mientras gruñe en mi oído, enviando un escalofrío perverso por mi columna.

—Mi puta

No sé qué parte debería preocuparme más; la parte de "esta vez", que indica que cree que habrá una próxima vez, la parte de "mi puta", o la parte en la que simplemente asume que soy pasivo, que no habría manera de que alguien como yo hiciera eso.

Maldita sea. Pero cuando se coloca entre mis piernas, me doy cuenta de que estoy demasiado fuera de sí para que me importe.

La vergüenza y el arrepentimiento probablemente llegarán más tarde, pero ese es el problema de Beomgyu en el futuro.