CAPÍTULO 26: SECRETOS

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Disclaimer: Axis Powers Hetalia no me pertenece; el autor es Hidekaz Himaruya.


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El cierre de un libro retumbó por toda la habitación y supo entonces que ya era tiempo. Sus dedos índices se retorcieron uno contra otro, inseguro sobre cómo debía proceder.

—Tengo un secreto. Pero no es mío.

—¿Y de qué se trata?

—No puedo decirte. Me pidió que no diga nada.

—¿Por qué me lo mencionas entonces? Si te preocupa que lo vaya contando por ahí, te aseguro que no será el caso.

—Tengo que ayudarla.

—¿A... quién...?

—¿Crees que si te cuento podamos ayudarla?

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Bastaron un par de minutos para que se suscite una gran conmoción en esa casa. Fueron suficientes un par de palabras, un rostro impasible y un pasado del que no tenía la más remota idea, pero del cual por lo visto ya empezaría a involucrarse. Ludwig se hallaba a su lado en el sofá, cosa rara, como si quisiera manifestarle su apoyo, como si supiera que estaban siendo arrastrados sin remedio hacia una vorágine de problemas que no les competían, pero de los que ya era muy tarde para escapar.

—¿A qué te refieres con que te encontró? ¡¿Está aquí?!

El chico, más mudo de lo normal, se limitó a menear la cabeza a manera de negación. Gilbert no pudo evitar notar que tenía su penetrante mirada clavada en él.

—Recibí una carta —contestó unos segundos más tarde—, su familia y ella dicen que saben dónde me encuentro. Vendrá pronto. No dijo cuándo exactamente.

—¿Y por qué estás tan tranquilo? —estalló Vuk, a la par que se ponía de pie y se pasaba una mano por la frente—. ¿Cazlov lo sabe?

Era en momentos como esos que Gilbert se arrepentía de no haber indagado un poco más sobre su invitado. Al margen de que el plan inicial era simplemente ayudarlo a ubicarse en la ciudad, una vez que decidieron que permanecería en su casa debió insistir en sus motivos para ir detrás de Emir y la naturaleza de la relación que existía entre ellos; de haberlo hecho, no se sentiría como un pelmazo que simplemente se limita a observar de un lado a otro el rumbo de la discusión. ¿Por qué siquiera dejó que se quede? ¿Por qué había sido tan compasivo con él?

Tampoco era momento para lamentos. Gilbert necesitaba ponerse al tanto de qué estaba ocurriendo, quién era la tal Jelena y por qué su mención los alteraba tanto, y lo averiguaría sin importar si les parecía un entrometido.

—¿Podrían explicarnos qué pasa? Están discutiendo en medio de nuestra sala.

Para su buena suerte, Ludwig se le adelantó. Si se detenía a pensarlo un poco, su hermano parecía sentir cierta misteriosa animosidad en contra de Vuk.

—Es una larga historia—

—Jelena es la chica con la que me prometieron. Viene a buscarme para casarnos.

Ciertamente, Gilbert no se esperaba una respuesta tan sintética. Mucho menos le bastaba.

—Solo vine a avisarte —prosiguió el muchacho, roto al fin el extraño contacto visual que sostenía con Gilbert. Se puso de pie y se acomodó el pantalón (muy a la manera de Roderich, no pudo evitar notar Gilbert), dispuesto a marcharse—. Debo volver. Cazlov sabe y está pensando en algo.

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2023 ⏰

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