Disclaimer: Axis Powers Hetalia no me pertenece; el autor es Hidekaz Himaruya.
A lo largo de su aún corta vida había adquirido diversos conocimientos, no solo gracias a las clases que le habían sido impartidas en el colegio, sino gracias también a experiencias personales. Estas mismas habían dejado cierto impacto, quizá no precisamente profundo, pero definitivamente resultaron reveladoras. Por ejemplo, a sus diez años, cuando algunos niños lo molestaban por su particular color de ojos y cabello, además de ser "tan pálido como la muerte" en palabras de esos chicos, comprendió que no era lo más inteligente del mundo encararlos directamente. Su muy excelente persona no haría eso, más bien hallaría la forma de acabar con esa molestia para luego ufanarse de su victoria.
Poco tiempo después logró asociarse con un par de chiquillos que, creyó, merecían ser sus amigos. Pero a diferencia de otros chicos de su edad, no se lo pasaban juntos de arriba abajo, sino que cada uno conservaba su espacio y se comunicaban por medio de algunos gestos que solo ellos reconocían, de modo que nadie en su aula sospechaba que eran tan amigos como realmente lo eran. Entonces, cuando Gilbert veía venir alguna emboscada para la hora de salida, emitía su señal para que sus amigos, Francis y Antonio, dos niños extranjeros, intercepten a una parte de la banda de buscapleitos, dividiéndolos en tres grupos, y así ya no era gran problema enfrentarlos. Por supuesto, los resultados de su plan eran evidentes; y nadie entendía cómo el "mocoso canoso" se salvaba siempre e incluso los compinches terminaban heridos, hasta humillados, porque Gilbert no perdía oportunidad de burlarse de su fracaso. Así, la amistad se prolongó hasta ese momento, cada vez estrechando más y más los lazos entre ellos.
Durante esa época Gilbert comprendió que era mucho mejor elaborar algún plan. Comprendió la importancia de la estrategia.
"Marchar separados, combatir juntos". [1]
También aprendió que una estrategia era buena solo si se convertía de forma rápida en acción, la inmediatez era de vital importancia. Pero para su desgracia, ese definitivamente no era el caso. Y quizá si hubiera tomado más en cuenta ese factor, no le habrían sorprendido los resultados posteriormente. Aunque podría acusar también al estado pasional en que se encontraba entonces.
Elizabetha y Roderich no se hallaban en Alemania. Sus padres los habían mandado un mes a Italia para disfrutar de su "luna de miel" –término que enfermaba a Gilbert–, seguros de que lo pasarían de maravilla en un país tan hermoso. Así que, contrario a sus deseos, no podía dar inicio a su muy brillante y asombroso plan.
Gilbert ya había estado pensando en qué pasos debía seguir.
Sin embargo, a diferencia de aquella experiencia escolar, no se trataba de muchos enemigos, sino algo un poco más sencillo –aunque desagradable, definitivamente–. Para empezar, no sería absolutamente necesario convocar ni a Antonio ni a Francis, porque toda la responsabilidad del plan recaería en él; quizá un par de veces le echarían una mano, pero nada más. No iban a emboscar a varios muchachos, después de todo. La base de su plan estaba cimentada en conocer a su enemigo.
Gilbert "conocía" a Roderich desde muy niño, ya que su casa y la de Elizabetha quedaban muy próximas a la suya. De pequeños, Gilbert disfrutaba molestando a la niña, y en ocasiones, cuando la visitaba con las mismas intenciones, la encontraba parloteando de algo con Roderich, incluso jalándole de la manga de su muy pulcra camisa. Era muy chico entonces, por eso no comprendía por qué le fastidiaba tanto ver a su amiga interesada en aquel niño. A sus ojos Roderich no pasaba de un niño mimado y arrogante que necesitaba siempre estar acompañado de una nana que lo vigilaba desde una distancia relativamente prudente, como si fuera de cristal y temiera siquiera que caiga al piso y se haga un raspón, por más pequeño que fuera. Él, muy por el contrario, disfrutaba de estar solo y poder recorrer toda extensión de terreno que tuviera a su disposición, ya sea el jardín de los Héderváry, el suyo propio o, incluso, el de los Edelstein. Porque hubo ocasiones en las que pasó tardes en esa casa, y solo le quedó clara una cosa: era supremamente aburrido estar allí. Todo mundo intentaba controlar lo que hacía y pretendían que permanezca quieto en la silla, bebiendo té y comiendo galletas.
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Sind wir freunde? (PruAus)
FanficTras relizarse la boda entre Elizabetha, su amor de infancia, y Roderich, el "señorito" estúpido, Gilbert decide idear un plan asombroso e infalible para acabar con ese matrimonio por conveniencia. AU / Yaoi / PruAus / Romance y Drama. Pixiv ID de...