Disclaimer: Hetalia Axis Powers no me pertenece; el autor es Hidekaz Himaruya.
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—¡Me estoy mojando, idiota!
—Yo... ¡Yo puedo detener la lluvia!
—Mentiroso.
—¡Claro que puedo! —volvió a presumir—. Soy tan asombroso que lo haría si quisiera, pero es divertido verte hecha un asco.
—No sé qué hago perdiendo el tiempo contigo —refunfuñó, arrugando la frente.
Ambos niños intentaban cubrirse de las pesadas gotas de lluvia bajo la copa de un árbol. El frío de la tarde se hacía más presente a cada minuto, y ya veían venir un regaño por sus fachas y su desobediencia. Supuestamente debían pasarla tranquilamente tomando el té y entretenidos con los juguetes de Elizabetha; pero no. Gilbert la jaló de la muñeca para conducirla hasta la parte más oscura del extenso jardín. Los Héderváry aún tenían algo de qué jactarse, después de todo.
Así, luego de muchas horas trepando a los árboles más frondosos para acariciar pichones, dio inicio la lluvia. En un principio no fue gran molestia, por supuesto, ya que ambos se esforzaban en demostrar lo poco que les afectaba ver sus ropas húmedas. Gilbert tenía la blanca camisa pegada a su pecho y respiraba con cierta dificultad por causa de la humedad, mientras que a Elizabetha poco le importaba tener la basta de su vestido empapada, porque incluso sentía que le estorbaba al echarse a correr detrás de Gilbert para hacerle pagar cualquiera de sus atrevimientos. Pronto la tierra se volvió fangosa y entonces, a sus tiernos años, les sorprendió lo que surgía de ella.
—¡¿Q-Qué es eso?!
—No lo sé... Acércate, Gilbert.
—¿Yo por qué? Mejor tú.
Elizabetha chasqueó la lengua y recogió su vestido hasta las rodillas para poder acuclillarse. Su cabello húmedo cubría su frente y le dificultaba un poco ver, pero cuando estuvo más cerca descubrió que aquello a lo que temían no pasaba de gusanos. Con torpes movimientos emergían, retorciéndose en medio del lodo, felices de recibir toda esa humedad.
—Deberíamos darle uno de estos a tu querida ave.
—¿Esos bichos?
—TODAS las aves comen gusanos, ¿qué no lo sabes?
—Sí, pero esas son aves comunes. La mía es genial —sentenció, cruzándose de brazos, aún negándose a acercarse a los insectos.
—Como digas —resopló ella, tomando uno entre sus dedos. Elizabetha se puso de pie en un brinco, y una macabra idea cruzó su mente—. Oye, Gilbert... —Con pasos medidos, dejando muy profundas huellas, se aproximó a su compañero, meneando el gusano. Gilbert palideció (si acaso es posible), retrocedió un paso y estuvo a punto de trastabillar.
—¿Q-Qué haces? —Tragó duro.
Ella le regaló su mejor sonrisa burlona y se echó a correr, dispuesta a alcanzarlo y meterle el gusano entre la camisa y la espalda.
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El juego no les duró demasiado. Media hora luego de iniciada su carrera por atrapar a Gilbert, la voz de su madre resonó por todo el jardín. Supo entonces que se había acabado su momento de libertad.
Gilbert no le permitió alcanzarlo, más por imaginarse la vergüenza que le provocaría que Elizabetha le toque que por imaginarse un gusano escurrirse por su espalda. Cuando llegó el momento de su despedida, simplemente la dejó marcharse, con la promesa de volver a los pocos días para jugar juntos.
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Sind wir freunde? (PruAus)
FanfictionTras relizarse la boda entre Elizabetha, su amor de infancia, y Roderich, el "señorito" estúpido, Gilbert decide idear un plan asombroso e infalible para acabar con ese matrimonio por conveniencia. AU / Yaoi / PruAus / Romance y Drama. Pixiv ID de...