── 16. proofs of death

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(CHAPTER SIXTEEN)
pruebas de muerte

DEJAR A NEVILLE INMÓVIL EN EL SUELO NO PARECÍA UN BUEN AUGURIO

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DEJAR A NEVILLE INMÓVIL EN EL SUELO NO PARECÍA UN BUEN AUGURIO. EN AQUEL ESTASO DE NERVIOS, cada sombra de una estatua les parecía que era Filch, y cada silbido lejano del viento les parecía Peeves que los perseguía.

Al pie de la primera escalera, divisaron a la Señora Norris.

—Oh, vamos a darle una patada, sólo una vez —murmuró Ron, recibiendo un golpe en el hombro, por parte de Olivia.

Mientras pasaban con cuidado al lado de la gata, ésta volvió la cabeza con sus ojos como linternas, pero no los vio.

No se encontraron con nadie más, hasta que llegaron a la escalera que iba al tercer piso. Peeves estaba flotando a mitad de camino, aflojando la alfombra para que la gente tropezara.

—¿Quién anda por ahí? —dijo súbitamente, mientras subían hacia él. Entornó sus malignos ojos negros.—Sé que están aquí, aunque no pueda verlos. ¿Aparecidos, fantasmas o estudiantillos detestables?—Se elevó en el aire y flotó, mirándolos de soslayo.—Llamaré a Filch, debo hacerlo, si algo anda por ahí y es invisible.

Harry tuvo súbitamente una idea.—Peeves —dijo en un ronco susurró—, el Barón Sanguinario tiene sus propias razones para ser invisible.

Peeves casi se cayó del aire de la impresión. Se sostuvo a tiempo y quedó a unos centímetros de la escalera.—Lo siento mucho, sanguinaria señoría —dijo en tono meloso—. Fue por mi culpa, ha sido una equivocación... no lo vi... por supuesto que no, usted es invisible, perdone al viejo Peeves por su broma, señor.

—Tengo asuntos aquí, Peeves —gruñó Harry—. Manténte lejos de este lugar esta noche.

—Lo haré, señoría, desde luego que lo haré —dijo Peeves, elevándose otra vez en el aire—. Espero que los asuntos del señor barón salgan a pedir de boca, yo no lo molestaré.

Y desapareció.

—¡Genial, Harry! —susurró Ron.

—¡Bravo, James!—celebró también Olivia.

Unos pocos segundos más tarde estaban allí, en el pasillo del tercer piso. La puerta ya estaba entreabierta.

—Bueno, ya lo ven —dijo Harry con calma—Snape ya ha pasado ante Fluffy. —Ver la puerta abierta les hizo tomar plena conciencia de aquello a lo que tenían que enfrentarse. Por debajo de la capa, Harry se volvió hacia los otros tres.—Si quieren regresar, no se los reprocharé —dijo—. Pueden llevarse la capa, no la voy a necesitar.

—No seas estúpido —dijo Ron.

—Harry, no empieces—dijo Olivia.

—Vamos contigo —dijo Hermione.

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