── 02. the most anticipated letter

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(CHAPTER TWO)
la carta más esperada

OLIVIA ERA A VECES MUY DISTRAIDA, Y SE INCREMENTABA CUANDO TENÍA ALGÚN PENSAMIENTO en su cabeza, en ese momento se encontraba observando desde su habitación el inmenso jardín trasero de su casa, llevaba una semana desde su onceavo cumpleaños esper...

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OLIVIA ERA A VECES MUY DISTRAIDA, Y SE INCREMENTABA CUANDO TENÍA ALGÚN PENSAMIENTO en su cabeza, en ese momento se encontraba observando desde su habitación el inmenso jardín trasero de su casa, llevaba una semana desde su onceavo cumpleaños esperando la carta que le permitiría entrar en su escuela soñada, cada día esperaba con ansías que llegara un búho con una carta de Hogwarts, el mejor colegio de magia y hechicería del mundo.

—¡Olivia baja a comer! ¡Es la última vez que lo repito!— por toda la casa se escuchó el grito de Porpentina Scamander, llevaba quince minutos llamando a su nieta pero Olivia no escuchaba.

Olivia salió de sus pensamientos cuando el quinto gritó de su abuela resonó por la casa, sabía que si llevaba tiempo llamándola era mejor no hacerla esperar más—¡Voy!— gritó como respuesta. Los pequeños pasos resonaron por las escaleras, se notaba que estaba corriendo, cosa que su abuela siempre le recriminaba. —¡Abuelo! ¡Abuela! ¿ha llegado alguna carta para mi?— una pequeña castaña de ojos color miel con pequeños destellos verdes llegaba corriendo a la cocina.

—No pequeña, aún no.— respondió Newt con una sonrisa traviesa, Olivia sabía que esa sonrisa solo salía a relucir cuando ocultaba algo, podía decir con orgullo que conocía muy bien a su abuelo.

—Abuelo...

Sabiendo que ya lo habían descubierto sacó de atrás de su espalda un sobre, pero no era cualquier sobre, era el sobre que contenía la carta que Olivia había estado esperando desde su cumpleaños número once. —¡Mira lo que te llegó!

El grito que salió de la garganta de la niña resonó por todo el lugar, estaba demasiado feliz, Newt le entregó el sobre y Olivia no esperó ni un segundo más para abrirlo.

Señorita O. Scamander
Segunda Habitación a la derecha, Segundo Piso
Dorset
West Country

Al voltear la carta está tenía el selló de Hogwarts y en este los cuatro animales representativos de las respectivas casas de Hogwarts.

COLEGIO HOGWARTS
DE MAGIA Y HECHICERÍA

Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera Clase,
Gran Hechicero, Jefe de Magos,
Jefe Supremo, Confederación
Internacional de Magos)

Querida señorita Scamander:
Tenemos el placer de informarle de que dispone de un cupo en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Le adjuntamos la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su búho antes del 31 de julio.

Muy cordialmente,
Minerva McGonagall
Directora Adjunta.

Al terminar de leer en voz alta la carta, sus abuelos la felicitaron, sabían lo emocionada que estaba su nieta por estudiar en Hogwarts, nadie podía quitarle de la cabeza ese castillo.

Cada que su tío Leo Scamander visitaba la casa con su hijo; Rolf, él y Olivia se la pasaban en la biblioteca viendo información sobre el colegio en la copia de Historia de Hogwarts que tenían y compartiendo las anécdotas de las aventuras que sus respectivos padres habían vivido allí.

—¡Le iré a escribir a Rolf, se alegrará mucho de que por fin llegará mi carta!—dicho esto Olivia salió de la cocina, y ni siquiera prestó atención a los regaños de su abuela para que volviera a cenar.

—¡Le debiste haber dado la carta después de cenar!— le recriminó Tina a su esposo, con una mirada retadora.

—Lo sé querida, pero no aguantaba ver su carita de felicidad, me recordó a Zai cuando le llegó su propia carta.

(...)

Después de mandarle una carta a su primo mostrando cuán emocionada y feliz estaba, volvió al primer piso, sabía que la comida ya estaba servida y no quería que se enfriara o desperdiciara.

Y mucho menos quería hacer enojar a su abuela.

—¿Cuándo iremos al Callejón Diagon a comprar las cosas que necesito?—preguntó la menor con verdadera emoción cuando ya se encontraba sentada y había dado un par de cucharadas a su cena.

—Oli, hasta dentro de cuatro meses empiezan las clases, podrías esperar a que sea agosto por lo menos.

—¿Hasta agosto, abuela?— Olivia quería tener consigo todos sus materiales en el menor tiempo posible, pero en especial, quería tener su propia varita en sus manos, eso era lo que más anhelaba.

—¿Qué te parece si vamos el treinta y uno de julio?— preguntó Newt a su nieta viendo su entusiasmo por ir al Callejón.—Así esperamos un poco más, pero no tiene que ser hasta agosto.

Olivia rio un poco por las ocurrencias de su abuelo, del treinta y uno de julio a agosto había solo un día de diferencia, pero lo dejaría pasar. —Está bien, pero mientras, ¿podrías contarme más historias de mamá, abuelo?

—Claro que si pequeña.— Con una sonrisa en su rostro llena de nostalgia Newt siguió comiendo incitando a su nieta a hacer lo mismo.

Olivia Scamander sabía la historia de su madre; sus abuelos y tío se la habían contado cuando estuvieron seguros de que Olivia la entendería; o bueno, le contaron la gran mayoría. Desde siempre sus abuelos le recordaban cuanto la había amado y le contaban varias de las vivencias de Zaida en Hogwarts, era esa la razón de querer ir a esa escuela, quería clasificar en Hufflepuff, como toda su familia, pero más que todo lo quería hacer por su madre.

Sus abuelos le hablaban de lo orgullosa que estaba su madre de ser una tejona y también le hablaban de su madrina, que tristemente tampoco pudo conocer, ya que había muerto un tiempo después de su nacimiento. La poca información que tenía de ella era que había clasificado en Ravenclaw y que era del mismo curso que su madre; Marlene McKinnon.

Marlene y su mamá habían sido mejores amigas. Siempre había soñado en encontrar esas amistades que durarían para toda la vida en Hogwarts, quería encontrar a su mejor amiga allí, quería encontrar a su Marlene.

Por el contrario de su papá no sabía nada, al parecer no había muerto, pero cada que intentaba sacar a relucir el tema, sus abuelos o su tío ponían mil excusas o cambiaban el rumbo de la conversación, y si tenía algún padrino o no, tampoco sabía de su existencia.

Sus abuelos la criaron y ella estaba completamente agradecida, los amaba con todo su corazón, pero aunque ella negaba que no necesitaba a un padre, le dolía, le dolía saber que la habían abandonado y necesitaba saber el por que, necesitaba saber las razones, pero más que todo...

necesitaba a su padre.

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