── 15. spiders, spiders and more spiders

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(CHAPTER FIVETEEN)
arañas, arañas y más arañas

AQUELLOS DÍAS, LA SALA COMÚN DE GRYFFINDOR ESTABA SIEMPRE ABORRATADA, PORQUE a partir de las seis, los de Gryffindor no tenían otro lugar adonde ir

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AQUELLOS DÍAS, LA SALA COMÚN DE GRYFFINDOR ESTABA SIEMPRE ABORRATADA, PORQUE a partir de las seis, los de Gryffindor no tenían otro lugar adonde ir. También tenían mucho de que hablar, así que la sala no se vaciaba hasta pasada la medianoche.

Después de cenar, Harry sacó del baúl su capa para hacerse invisible y pasó la noche sentado encima de ella, esperando que la sala se despejara. Fred y George retaron a jugar al snap explosivo a Harry y Ron, y Ginny se sentó a contemplarlos, muy retraída y ocupando el asiento habitual de Hermione, con Olivia al lado peinándole el cabello.

Harry y Ron perdieron a propósito, intentando acabar pronto, pero incluso así, era bien pasada la medianoche cuando Fred, George y Ginny se marcharon por fin a la cama.

esperaron a oír cerrarse las puertas de los dos dormitorios antes de coger la capa, echársela encima y salir por el agujero del retrato.

Este recorrido por el castillo también fue difícil, porque tenían que ir esquivando a los profesores. Al fin llegaron al vestíbulo, descorrieron el pasador de la puerta principal y se colaron por ella, intentando evitar que hiciera ruido, y salieron a los campos iluminados por la luz de la luna.

—Naturalmente —dijo Ron de pronto, mientras cruzaban a grandes zancadas el negro césped—, cuando lleguemos al bosque podría ser que no tuviéramos nada que seguir. A lo mejor las arañas no iban en aquella dirección. Parecía que sí, pero...

Su voz se fue apagando, pero conservaba un aire de esperanza. Olivia internamente también esperaba que estuvieran equivocados, sus recuerdos del bosque prohibido no eran los mejores.

Llegaron a la cabaña de Hagrid, que parecía muy triste con sus ventanas tapadas. Cuando Harry abrió la puerta, Fang enloqueció de alegría al verlos. Temiendo que despertara a todo el castillo con sus potentes ladridos, se apresuraron a darle de comer caramelos de café con leche que había en una lata sobre la chimenea, de tal manera que consiguieron pegarle los dientes de arriba a los de abajo.

Olivia se sintió mal, así que se la pasó acariciando sus orejas.

Harry dejó la capa sobre la mesa de Hagrid. No la necesitarían en el bosque completamente oscuro.

—Venga, Fang, vamos a dar una vuelta —le dijo Harry, dándole unas palmaditas en la pata, y Fang salió de la cabaña detrás de ellos, muy contento, fue corriendo hasta el bosque y levantó la pata al pie de un gran árbol.

Harry sacó la varita, murmuró: «¡Lumos!», y en su extremo apareció una lucecita diminuta, suficiente para permitirles buscar indicios de las arañas por el camino. Olivia lo imitó.

—Bien pensado —dijo Ron—. Yo haría lo mismo con la mía, pero ya saben..., seguramente estallaría o algo parecido...—Harry les puso una mano en sus hombros y les señaló la hierba. Dos arañas solitarias huían de la luz de la varita para protegerse en la sombra de los árboles.—Vale —suspiró Ron, como resignándose a lo peor—. Vamos.

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⏰ Última actualización: Nov 02 ⏰

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