Cap.3 Wendy, la segunda llave.

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Levy despertó y por instinto miró el sillón donde Gajeel había dormido; no estaba ahí, solo una nota.
Ella se acercó y tomó el trozo de papel, lo abrió y leyó:
"Gracias por cuidar de mí, pero no quiero causarte molestias.
-Gajeel Redfox."
Levy miró la nota una y otra y otra vez hasta que la había memorizado, y sin pensarlo, se puso los zapatos y salió lo más pronto que pudo de su habitación. Algo muy en el fondo de ella le decía que debía verlo, que no podía dejarlo, su corazón latía con mucha fuerza.

-¡Ouch! -exclamó una pequeña voz infantil.
-Wendy, lo siento -respondió Levy después de haber tropezado con su hermana menor.
-¿A dónde vas con tanta prisa?.
-Yo, yo debo ir a un lugar -dijo con prisa- nos vemos luego.
Sin que Wendy pudiera despedirse, Levy se fue.

Wendy era la hija menor del rey, a penas tenía 14 años, casi una señorita, y era realmente buena con la medicina. Su cabello era muy largo y color azul, un poco más fuerte que el de Levy, y sus ojos marrones.
Su instinto de hermana no le permitía dejar a Levy así nada mas, entoces decidió entrar a su habitación. Un olor extraño inundó su fosas nasales; olor a hombre. Ahora si que tenía preguntas que hacerle a Levy, pero algo le llamó la atención; un libro abierto encima de la mesita de noche. Se acercó a verlo en busca de respuesta. El libro se titulaba "Los 6 dioses", era un libro viejo que relataba la historia de 6 dioses en cuerpos humanos, que habían nacido sólo para destruir y traer consigo la discordia. Ojeo las páginas y llegó a una que le llamó mucho la atención, pues en el se relataba la historia de un jovencito, quizá de su edad: "el dios del fuego azul".

Levy salió del castillo, ignorando las miradas de intriga a su alrededor, luego llegó a la ciudad y empezó a caminar. Hacia tanto que no salía, todo era fascinante, desde los puestos de extrañas frutas del continente vecino hasta las vitrinas de las tiendas llenas de pasteles de crema y fresa. Mientras seguía caminando chocó con alguien.
-Deberías fijarte por donde caminas -dijo esa persona.
Levy se incorporó y alzó la mirada para encontrarse con esos rojizos ojos, los de Gajeel.
A Levy le volcó el corazón.
-¡Gajeel! -dijo Levy, emocionada.
-Ah, eres tú, la enana que me ayudó.
-¿Cuál enana? -gritó enfadada- ¡Soy Levy de Ágata, la princes...
-¡Callate, idiota! -Gajeel le tapó la boca antes de que terminara esa oración- ¿a caso quieres que los guardias se enteren que su tesoro más preciado salió sin permiso y armar un alboroto?.
-No puedo respirar -murmuró ella.
-Lo siento -Gajeel le quitó la mano de la cara- tú empezaste.
-¡Claro que no, tú fuiste!.
-Tsundere -Gajeel suspiró y se cruzó de brazos.
-¡Tonto, tonto, tonto! -decía Levy mientras, forzosamente, intentaba golpear el duro pecho de Redfox.
-Si que te ves linda haciendo rabietas -sonrió Gajeel.
Levy sintió el rubor subir por sus mejillas.
-Como sea, ¿por qué te fuiste sin avisar?.
-Deje una nota.
-Eso no es suficiente -contestó ella.
-Así que mejor decidiste buscarme por la ciudad, ¿eh? -Gajeel la miró pícaro.
-¡Deja de hacer... eso! -dijo Levy.
-¿Qué cosa? -contestó Gajeel.
-Eso, mirarme así.
-¿Tiene algo de malo?.
-Sí, hace que me... ruborize -murmuró ella.
-Esa es la idea, no te imaginas lo linda que te ves así -dijo Gajeel.
-Ya déjame en paz -murmuró ella.
-Como quieras -Gajeel se dio la vuelta y empezó a caminar.
-¡no se suponía que debías irte!.
-A ver, ya sé que estás preocupada por mí, pero tú debes volver al castillo. Si te interesa, me quedaré en la posada de la calle Bowerstone.
-Está bien -dijo, decepcionada.
Gajeel suspiró.
-¿Te parece si nos vemos hoy en la noche, aquí? Pero a una hora donde podamos hablar libremente -sonrió.
-Claro, está bien -contestó Levy, muy feliz.
Ambos se despidieron, Levy se fue y Gajeel se encaminó a la posada.

-Gajeel está enamorado -dijo Natsu.
-Idiota -murmuró Gray mientras bebía de su taza de té.
-¿Qué carajos hacen en mi habitación? -respondió Gajeel.
-¿Pensé que nos quedaríamos todos juntos? -añadió Laxus.
-Pues pensaste mal -dijo Gajeel, fastidiado.
- Gajeel, no cambies el tema, ya sabemos que te gustó la plana peliazul -dijo Jellal, muy serio.
-¡No me gusta!.
-¿Entonces qué hacías con ella?.
-Parece que no puedo hablar con nadie, a demás, ella no es como el mal parido de su padre -Gajeel se cruzó de brazos.
-Eso es porqué no sabe con quien se está metiendo -añadió Laxus- deja que se entere de quien eres y ya veremos.
-Bien, sólo no te enamores -murmuró Gray.
-No lo haré, si quieren, no volveré a verla.
-No, en realidad creo que tu idea es acertada -dijo Natsu- recuerda que queremos vengarnos del viejo, y que mejor idea que llevándonos a sus amadas princesas.
Todos asistieron.
-Paso, no soy la clase de hombre que juega con el corazón de una chica -Gajeel se cruzó de brazos- eso te va más a ti, Natsu.
Natsu suspiró enfadado.
-Has lo que quieras, cuando sea tarde y te des cuenta de nuestro propósito no digas que no te lo advertí.
-Claro -respondió Gajeel.

Era hora de cenar, Levy estaba sentada de lado derecho del comedor, en frente de Wendy, quien no le quitaba la mirada de encima.
Levy terminó y fue hacía su habitación. Esperó a que todos durmieran, se puso un vestido lila hasta la rodilla y salió del castillo.
No se percató que alguien la seguía.

Gajeel se alistaba para su velada, se puso unos pantalones de mezclilla y una playera negra.
Escuchó un paso y se volteó.
-Supongo que ya estás listo para tu cita.
-Romeo...
-Todos duermen, y puedo ir a levantarlos.
-Pero no lo harás -dijo Gajeel.
-Llévame contigo y no diré nada -contestó Romeo.
-No me molestes.
-Quiero conocer el mundo, he estado encerrado por 16 años -añadió Romeo- no voy a molestarte, sólo quiero pasear.
-Pero promete no decir ni una palabra sobre esto a nadie.
Romeo asintió.

Levy caminaba con miedo, luego vio a Gajeel y una sensación de seguridad la calmó.

-Hola -dijo él- pero que lindo vestido.
-No creí que le prestarias atención -se rió Levy.
-Bueno, ¿quieres caminar?.
Ella asintió.

Era muy divertido caminar con él, la noche era fría y Gajeel no dejaba de sonreír. No sabía si era porqué no había hablado con una chica en años o simplemente le fascinaba estar con Levy. En realidad no prestaba mucha atención a lo que ella decía, porqué estaba completamente perdido en su sonrisa.
Si hubiera tenido esa sonrisa en sus días de prisión, no le habría importados morir ahí, porqué su oscuridad parecía tener, por fin, un final.
Levy sentía algo similar a un mareo, su corazón seguía latiendo rápido, y se sentía muy cómoda con eso. Tal vez era porqué jamás había hablado con un chico o realmente ellos estaban hechos el uno para el otro.
Se acercaban cada vez más, ella frenó preocupada.
-¿Qué hora es? -dijo ella.
-Que importa.
-Si se dan cuenta de que no estoy en mi habitación...
Gajeel acercó su rostro al de ella.
-Más te vale no arruinar este momento... por favor -dijo él.
Se podía escuchar la respiración de ella, sus mejillas estaban sonrojada; Gajeel tomó una de sus mejillas con una de sus manos.
-No te sonrojes, eso me mata.
Levy suspiró y sonrió, luego lo miró a los ojos.
-¿Por qué siento esto cada vez que estás cerca mío?.
-Averiguemoslo -murmuró el y acercó más su rostro.
Gajeel la abrazó por la cintura, se inclinó un poco y la besó.
-¿Qué demonios haces, Gajeel Redfox? -pensó para si mismo.

-Ese muchacho está besando a Levy -murmuró Wendy, ya que la había seguido.
-No es de buena educación espiar a los demás -dijo una voz masculina.
Wendy volteó.
-Un gusto conocerte al fin, portadora de mi alma -dijo la voz de ese muchacho.
-¿portadora de tu alma?.
-¡Liberame! -exclamó él.
Wendy dio un suspiro y su vista se nubló. Cuando volvió en si, un aura azul rey emanaba de sus manos, como una delicada esfera, luego se la entregó al muchacho.
Él la comió, de alguna forma.
-Ahora, hasta pronto.
Le lanzó un hechizo a Wendy, esperando cambiar su memoria, pero cuando trataba de irse ella le sostuvo el brazo.
Él se volteó.
-Esa clase de cosas no funcionan conmigo -dijo Wendy- ahora quiero que me digas tu nombre, qué es eso de "portadora de mi alma", por qué mi vista se puso oscura y quien demonios se supone que eres.
El chico se quedó en shock, con los ojos como platos.
-Yo, no puedo decirtelo -dijo, nervioso.
-O lo haces, o te convertiré en el hombre más buscado de todo el continente -advirtió ella.
-Bien, ya entendí. Me llamo Romeo Dragneel, pero lo demás no puedo decirtelo, no aquí.
-Entonces vamonos -Wendy se puso seria.
-¿A dónde? -preguntó Romeo.
-A donde sea, siempre que puedas decirme que está pasando.
Romeo suspiró.
-Bien, entonces te llevare de aquí, pero recuerda que fue tu idea, así que sígueme.
-Bien -contestó ella, tratando de ocultar el miedo que sentía.
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Gajeel no puede evitar sentirse bien al lado de Levy pero ¿realmente la besó o hará caso al plan de Natsu?
Y Romeo es liberado, ¿a dónde se llevará a Wendy?

Ajfjajdksk GaLe :0
Wendy hardcore!
Y muchas gracias por su apoyo :3
Atentamente:
MrsSutcliff7

Un ángel para cada demonio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora