Cap. 9 La dama de agua y el caballero de hielo

7.3K 531 54
                                    

-¿Qué demonios... sucedió? -preguntó ella sin dejar se ver sus manos que habían creado agua.
-¿Cómo... tan rápido? Creí que pasaría al menos una semana antes de que eso pasara -respondió Gray nervioso y sorprendido.
-Gray-sama... -Juvia estaba a punto de romper en llanto por el miedo que ella misma se provocaba.
-¡Tranquila, tranquila! -Gray corrió a abrazarla.
-¡¿Qué demonios estás pasando y por qué pasó esto?!.
-¡Deja de gritar y te lo explicaré! -Exclamó él y obligó a Juvia a seguirle.
Gray le contó a Juvia todo, porqué era la única manera de calmarla. Le contó sobre el pasado, sobre lo que hizo y lo que pasó y sobre la magia que ella poseía; le costó trabajo creerlo pero a este punto, después de verse tirando agua, ya nada era imposible.
-Ahora prometeme que no dirás ni una sola palabra.
Juvia asintió sin pensarlo.
-Buena chica -Gray la abrazó y decidió llevársela de paseo.
Mientras caminaban, Juvia le tomó la mano, él se sorprendió y paró.
-Gray-sama, por favor ayudeme a poder controlar mis poderes -murmuró ella.
-Juvia, pero yo no utilizo el agua.
-Pero sí el hielo; agua congelada, por favor, ayúdame.
Gray suspiró y se volvió a ella.
-Mañana, muy temprano, cuándo nadie pueda vernos -dijo él-. A las 3am.
-Es demasiado temprano, a esa hora estoy contando ovejas -se quejo la peliazul.
-¿Quieres o no? -preguntó Gray exasperado.
-¡Sí! -respondió Juvia.
A partir de ahora pasaría cada día de al menos un mes con Gray.

-¿Crees que debimos dejarlos solos?.
-Gray ya sabe lo que pasará si embaraza a una chica -contestó Gajeel.
-¡¿Embarazar a mi hermana?! -exclamó Levy.
-No es como si fuera a pasar, me refiero a que ambos ya están grandes y saben lo que hacen.
-Bueno -dijo ella-. Creo que Juvia se la pasará bien, pero no sé nada respecto a ese muchacho.
-Gray es una buena persona... siempre que no le hagan enfadar.
Siguieron caminando y por accidente se tocaron las manos, después de eso, no se dieron cuenta cuándo fue qué sus manos se entrelazaron.
-Me agrada estar contigo -murmuró Levy sonrojada.
-Sí, soy muy agradable -bromeó él.
Levy le dio una palmadita en el hombro y se hecho a reír.
-Hey, tranquila, vas a hacerme llorar -bromeó Gajeel y acercó su rostro al de ella-. No deberías hacerme enfadar.
Levy sintió el rubor subir por sus mejillas por la cercanía de él.
Cuándo pensaría Gajeel que una enana cabello azul le robaría el corazón, o peor aún, hacerlo mortal, y aunque intentó alejarse, simplemente no pudo contra ese sentimiento, y terminó besándose esa misma noche con la enana. Seguro que los chicos lo matarían si lo vieran, pero no le importó, porqué se sentía bien con Levy, y eso lo hacía feliz.

Juvia y Levy volvieron a casa una hora después.

Amaneció.
El cielo se miraba tan azul como el mar, y la gente parecía hormigas desde el balcón del tercer piso del castillo.
Juvia no pudo cerrar los ojos en lo que restó de la noche, pensando en lo que Gray le había dicho, fue al baño mil veces, la primera para vomitar de los nervios y las otras para intentar, con éxito, sacar agua de sus manos. Escuchó que alguien llamaba a su puerta, entonces se dirigió a abrirla, para encontrarse con la mirada marrón de Levy.
-¿Te desperté? -preguntó Levy.
-No, adelante -Juvia se hizo a un lado y Levy pasó a la alcoba-. ¿Qué sucede?.
Levy cerró la puerta con seguro.
-¡Me besé con el chico de ayer!.
-¿Con Gajeel, en serio? -preguntó Juvia.
-Sí, y fue tan lindo -Levy estaba ruborizada-. ¿Cómo te fue con Gray?.
Juvia se estremeció al escuchar su nombre y recordó cada detalle de la noche anterior.
-To-todo estuvo bien -murmuró con tristeza.
Levy no solía ver a su hermana hablar con ese tono, y vaya que la conocía bien.
-¿Qué pasó? -preguntó con cautela.
-No, nada, en serio -Juvia sentía el estomago en la boca- quisiera estar sola por ahora. Lo siento.
Levy se sintió mal de tan sólo verla así, y salió de su habitación; aún se sentía feliz por el beso.

-¡Tragate ésta, Natsu! -Gray se despertó temprano y congeló el trasero de Natsu, quien aún estaba dormido.
El pelirosa soltó un grito e inconscientemente empezó a lanzar fuego a todas partes.
-¿Cuál es el maldito alboroto? -dijo Laxus al entrar a la habitación de Natsu y ver el fuego por todas partes-. ¡Idiota, se está quemando la cortina!.
-Yo la apago -dijo Gray orgulloso y congelo la cortina.
-¿Ya es hora de molestar a Natsu? -preguntó Gajeel entrando a la habitación.
-¡Maldito Gray, voy a matarte! -gritó Natsu.
-A ver, lanzame fuego -exclamó Gray.
-Momento ¿y Jellal? -preguntó Laxus.
-Lo vi salir hace como 20 minutos -contestó Gajeel.
-Bien, allá él -dijo Laxus-. A demás, yo también me liberé y no ando electrocutando el trasero de otros.
-Es porqué eres un amargado -bromeó Gajeel.
-Bien, cómo sea, iré a ver a Romeo -Natsu se levantó de la cama-. No se coman mi desayuno.

Por otra parte, Erza terminaba de darse un baño, cuando alguien tocó a su puerta; era Lucy.
-¿Qué sucede, Luce? -preguntó Erza al ponerse el vestido de encaje verde.
-Te buscan -dijo Lucy emocionada.
-¿A mí?.
-Un chico de lo más lindo, cabello azul y un tatuaje extraño en el rostro, y tiene tu medalla real -exclamó Lucy.
Erza pensó automáticamente en Jellal y su rostro se enrojecio.
-Entonces sí sabes quién es -Lucy saltaba de emocion-. Ve a verlo, te espera en el salón, pero debes verte encantadora.
Erza no decía nada, y la rubia la peinaba y arreglaba las arrugas del vestido, hasta que la vio mejor.
Erza salió pero se dio la vuelta en cuanto puso los pies en la tierra.
-Lucy ¿qué debo hacer? -preguntó nerviosa.
-No sé, sólo se tú misma, pero no te pases.
Erza asintió y fue a verlo.

-Erza -dijo Jellal al verla y ponerse de pie.
-Hola Jellal -contestó ella.

Un ángel para cada demonio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora