Hace 16 años, los 6 temibles dioses de la destrucción azotaron el pacífico reino de Ágata, y su rey, Makarov, con su descomunal fuerza, fue capaz de detenerlos y confinarlos en la oscuridad del calabozo de su castillo. Para ese entonces sus dos hijas mayores tenían apenas 4 años, Lucy 3 y tanto Juvia como Levy 1 año; Wendy no había nacido aún, entonces Makarov mando a sus pequeñas muy lejos para que no tuvieran ningún recuerdo de lo ocurrido en Ágata. Los 6 dioses estaban demasiado débiles, por lo que Makarov aprovechó a sellar sus poderes, y ¿Cómo lo hizo? Fácil, les quitó el alma.
-¿Tienes algo que decir antes de pasar tu eternidad aquí, Gajeel Redfox? -dijo Makarov acercándose a la celda del dios del hierro.
Gajeel se volvió; parecía conmovido.
-El conocimiento no siempre es bueno -respondió Gajeel.
Makarov le miró estresado.
-Hasta nunca -dijo Makarov-. Pedazo de chatarra.
Makarov se volteó y siguió caminando hasta la siguiente celda.
Al llegar, le dirigió una mirada retadora al siguiente condenado.
-¿Tienes algo que decir, Romeo Dragneel? -dijo.
Romeo lanzó una carcajada teñida de sarcasmo.
-Las heridas no sanaran fácilmente -exclamó el chico.
Makarov frunció el ceño y cerró la celda.
-¿Algo que valga mi tiempo, Gray Fullbuster?.
Gray estaba sentado en la dura cama de su prisión, alzó la mirada para ver al anciano.
-No hay hielo sin agua -respondió Fullbuster.
Makarov pensaba en lo absurdo que se veía haciendo esto y cerró la puerta de la prisión del chico de hielo. Siguió hasta la siguiente.
-¿Algo que sea de interés, Laxus Dreyar? -dijo Makarov completamente fastidiado.
El rubio lo miró sonriente.
-No hay luz sin oscuridad -murmuró Laxus.
Makarov lo fulminó con la mirada y cerró la puerta con un fuerte golpe.
-¿Qué hay de ti, Natsu Dragneel?.
El chico de cabellera cereza lo miró desesperado, acercándose a él violentamente y parándose en seco.
-¿Cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno? -dijo frenético.
-Cuando tenga la respuesta te la diré -respondió Makarov-. Adiós. Makarov cerró la celda y siguió hasta la última, dónde se hallaba un chico de cabello azul con un extraño tatuaje en el rostro.
-¿Tus últimas palabras, Jellal Fernandes? -Exclamó Makarov.
-Las estrellas me han hablado sobre un mundo donde solo hay soledad y tú -respondió Jellal.
-Completamente loco -dijo el anciano-. De ti esperaba algo más decente, vaya que fue una perdida de tiempo.
Entonces se cerró la puerta de la celda del chico del tatuaje y Makarov salió del calabozo, con las 6 almas bajo su poder.En la actualidad, Levy era quizá la más inteligente y madura de las 6, por lo tanto, siempre se le confiaba muchísima información sobre el reino.
-Levy.
-Padre, ¿qué sucede? -respondió Levy a la voz de su padre.
-Ven conmigo, debo contarte algo.
Levy asintió y se fue al lado de su padre.
Ambos caminaban por el jardín, hablando de mil y un temas de interés, hasta que Makarov mencionó "eso".
-Levy, querida hija mía -dijo- No eres la mayor, pero si en quien más confío. Es hora de decirte ese secreto que he guardado todo este tiempo; la razón por la cuál no puedo salir de la ciudad.
-¿Qué sucede? -preguntó Levy con curiosidad.
Makarov suspiró.
-Debajo del castillo, en el calabozo, se encuentran los 6 dioses de la destrucción.
-Padre, no voy a creerme ese cuento -dijo Levy-. Todos sabemos que los dioses de la destrucción sólo son un cuento para asustar a los niños malos.
-¡Levy de Ágata, no digas eso!.
-Pero, padre, ¿qué tan real es esto que me dices?.
-Todo -respondió- hace 16 años ellos destruyeron todo a su paso, entonces yo los detuvs y los sellé. Por eso no puedo irme de aquí, porqué si lo hago nadie podrá cuidar de ellos.
-¿por qué me cuentas esto?.
-porqué cuándo yo no esté aquí tu tendrás que hacerlo.
Levy abrió los ojos, parecían platos.
-Levy, si quieres podemos olvidarnos de esto, al menos por ahora -dijo Makarov tratando de tranquilizarla.Ambos regresaron dentro del castillo, Levy fue a su habitación y Makarov a la sala del trono.
Levy tenía muchos libros en su habitación, y una cama inmensa en medio; las paredes eran azules con detalles en palo de rosa y un precioso tocador de madera de abeto con un gran espejo en el centro. Ya había anochecido, posiblemente todos dormían, pero ella no lograba conciliar el sueño.
Una voz susurraba su nombre. La muchacha intentaba dormir, pero cada que lo hacía, aquella voz sonaba más fuerte.
Levy se paró, intentando hallar esa voz, así salió de su habitación y empezó a caminar. La voz se escuchaba más cercana, cada vez más y más cercana. Cuando pudo darse cuenta ya estaba en el calabozo. Recordó lo que su padre había dicho pero sus ansias por saber que la estaba llamando eran mayores. Caminó hasta una celda muy oscura, parecía que alguien estaba dentro y entonces el pánico se apoderó de ella.
-No debes temerme -dijo la misma voz que la había estado llamando.
-¿Quién está ahí? -murmuro Levy, muy asustada.
Como respuesta, un chico endemoniadamente alto, de cabello oscuro y ojos rojizos salió de las sombras.
-Yo -respondió aquel chico.
Levy no supo si fue la impresión o eso que llaman "amor a primera vista" lo que sintió, porqué no podía quitarle la mirada de encima al chico, y su corazón latía con demasiado fuerza.
Como hipnotizada se acercó más a él.
-Liberame, hija de Makarov, portadora de mi alma -Exclamó, firme.
Levy abrió la celda sin pensarlo; sin duda estaba en algún tipo de trance. De sus manos salió una especie se aura azabache, misma que el chico tomó y de alguna manera comió, luego de eso Levy se incorporó.
-Ahora, adiós -murmuró el chico, después de lanzarle un hechizo a Levy a lo cual toda su vista se puso negra.A la mañana siguiente, el chico amaneció sobre una muy cómoda cama, le levantó para encontrarse con una mirada café, observándolo sonrojada.
-Me alegra que hayas despertado.
-¿Dónde demonios estoy? -dijo él. -En mi habitación -respondió Levy.
-Eso es más que obvio, enana -dijo- ¿Qué sucedió? -mintió.
-¿No lo recuerdas? Ayer por la noche te encontré desmayado en mi jardín, entonces te traje aquí, y por favor no hagas ruido, nadie sabe que estás aquí -respondió la chica.
-Cielos, cuando le lancé el hechizo del cambio de memoria no creí que sería algo tan estúpido -pensó él.
-Supongo que ya te sientes mejor, ¿por qué no te das un baño mientras voy por el desayuno?.
-Ah, sí, esta bien -dijo sonriendo.
Levy se sonrojó y salió con rapidez de la habitación.-Bien, ya saliste y tienes tus poderes, ahora solo te falta liberarlos a ellos y por fin podremos vengarnos del maldito anciano -pensó él-. Solo debo encontrar una forma de quedarme aquí por un poco más.
El chico caminó hasta el baño y se quitó la ropa, luego se metió a la regadera. Al salir vio unos pantalones grises al igual que una camisa de un azul pastel; se los puso, aunque la camisa era algo ajustada por lo que su buena anatomía podía notarse.
Regresó a la parte principal de la habitación y vio a Levy con el desayuno sobre una mesita de centro color café.
-A desayunar -dijo Levy sonriente.
- Tú le das comida a los extraños ¿no?.
-Cielos, si que eres hostil, muchacho.
-No me llamo "muchacho" -dijo con ligera hostilidad.
-Entonces dime como te llamas.
-Soy Gajeel Redfox.
-Soy Levy de Ágata.
-Bonito nombre, pero yo te llamare enana -Gajeel rió.
-Por supuesto, gigante -Levy también rió.
-No me dió gracias.
-Sólo come, ¿quieres? -dijo ella.
-Oye enana ¿podría quedarme otro día más aquí?.
- ¡¿Eh?!.
-No tengo a donde ir.
-¿No tienes casa, familia, amigos?.
-¿Y si te digo que todos están muertos? -preguntó Gajeel.
-Vaya, entonces ¿por qué estás aquí? -preguntó Levy.
-Mi hermana -contestó él- Murió hace poco, por eso me dedique a viajar hasta que llegué aquí -mintió.
Levy lo miró conmovida.
-Bueno, puedes quedarte aquí, pero solo hasta mañana.
-Gracias -sonrió, haciendo que Levy se pusiera como un tomate.Pasó el día, hasta que llegó el momento de dormir. Levy había pasado todo el día charlando con Gajeel, y cada vez su corazón latía más y más rápido.
-Tú puedes dormir en aquel sillón -dijo Levy señalando un sillón color hueso- yo dormiré en la cama.
-Sí, está bien -respondió él.
-Gajeel -mencionó Levy mientras se subía a la cama- se que esto sonará incómodo, pero si intentas hacerme algo mientras duermo, gritaré muy fuerte, lo que significa que tanto mi padre como toda la guardia del castillo vendrán y te irá muy mal, incluso podrían encerrarte en el calabozo.
-¿Otra vez? -murmuró Gajeel.
-¿Dijiste algo?.
-No, no, no te preocupes, no te haré nada -respondió fastidiado.
-Entonces, buenas noches -dijo ella.
-Descansa -respondió él.Levy ya estaba dormida, y Gajeel en camino hacia el calabozo.
Llegó y abrió todas las celdas.
-Vaya que odio la oscuridad -dijo un chico rubio.
-Gracias, Gajeel -Murmuró un chico de cabello oscuro.
-Voy a matar a ese maldito anciano -exclamó un chico de unos 14 años.
-Mejor dicho, vamos a matarlo -añadió un chico de cabello rosa.
-No puedo esperar para irme de este asqueroso lugar -dijo un joven de cabello azul.
-Recuerden que aún no tienen poderes, aún siguen sellados, pedazos de estúpidos -dijo Gajeel.
-Es tan cierto -contestó el rubio.
-No te preocupes, pronto los recuperaremos, Laxus -dijo el peliazul.
-supongo que si, Jellal.
-¿Y como vamos a recuperar nuestros poderes? -dijo el niño.
-No tengo idea, Romeo -dijo el de cabello rosa.
-Sólo dices tonterías, Natsu.
-Callate Gray.
-Nuestras almas no pueden estar alejadas de nosotros ¿recuerdan? -dijo Gajeel- donde quiera que estemos nuestras almas siempre nos seguiran. Ahora salgan de aquí, pronto volveré con ustedes, así que por favor usen esa maldita telepatía que tienen.
-Tan gruñón como siempre, Gajeel -Murmuró Jellal.Todos los chicos a excepción de Gajeel salieron del palacio.
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Bueno, hay que aclarar.
Natsu y Romeo son hermanos.
Las chicas se apellidan "de Ágata".Gracias por leer ♥
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Un ángel para cada demonio ©
FanfictionLo mejor de las almas gemelas es que pueden ser enemigas o amantes, pero siempre estarán juntas, aún si un enorme secreto trasciende sobre ellas. Todos tenemos un destino, así como para cada ángel se hizo un demonio. (Fairy tail fanfic)