Capitulo 17

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Narra James

Ahí está, sentada en la cama, mirándome con los ojos como platos.

No se esperaba mi visita, lo sé.

Pasaron unos minutos, nadie entendía que pasaba, entonces Mery habla:

-¿Podríais dejarnos hablar? -Tiene la voz ronca y entrecortada, lleva tiempo llorando. Entonces continúa: -a solas... .

Todos se levantan, y salen de la habitación. El rostro de la chica que ahora mismo esta sollozando, me suena familiar... Podría verla mejor, si se quitara las malditas manos de la cara.

Entonces se cierra la puerta, con un pequeño golpecito, dejándonos solos, el uno al frente del otro.

-¿Qué haces aquí? -me pregunta. 

-¿Eres consiente de que yo podría decirte la misma pregunta? - le respondo.

-No fue nada, solo...-suspira y continúa- me desmayé, eso fue todo, solo un simple desmayo, dentro de poco ya estaré en el campus de nuevo.

No se si creermelo o no, pero tengo cosas mas importantes que hacer, se que esta bien, así que, ya me puedo ir a buscar a Jeff y Brian.

-Vale, oye ¿Sabes donde están Jeff y Brian? -pregunto cambiando de tema, tiene una cara de confusión, parece que le molestó que cambiara de tema, pero se que lo agradece.

-No, no he hablado con ellos desde ayer, ¿Qué pasa? ¿Dónde están? ¿Están bien? -me pregunta alterada.

-¡Seguro que si llego a desaparecer yo, no te habrías puesto así de histérica!.

-No, ellos me caen bien, tu no. Ellos no son unos capullos...

Me apoyo contra la pared que tengo detrás de mi.

-Ya, yo tampoco lo soy.

-Yo no estaría tan seguro de ello...- dice y a continuación sonríe, yo la acompaño.

Cuando nos quedamos callados, y nuestros ojos quedan mirándose fijamente durante unos segundos, otra sonrisa se forma en mi rostro. A ella también se le forma, y me alegra que aun teniendo esos ojos rojos,esa palidez en la cara y esos labios secos que trasmiten dolor, encuentre algo en el fondo, alguna energía u otra cosa, suficientemente capaz para hacerla sonreír unos segundos más.

-¡Mery! -Grita alguien desde afuera. Abren la puerta y aparece una enfermera.

Solo voy a decir... Que parece una bendita actriz porno.

Es rubia, con los ojos marrones, mas o menos tendrá 26 años. Tiene la bata blanca que no es nada sexy, pero ella, con el botón que taparía su abundante pecho sin abrochar, deja al descubierto su escote y hace que sea realmente sexy.

-Hola -me dice con una sonrisa traviesa en sus labios. Quita su mirada de mí y se centra en Mery- Mery, ya te podemos hacer el escáner. Tienes suerte, no habían muchas personas que iban a revisarse los pechos hoy.

-¿Los pechos? -digo, un poco sorprendido. Mi vista va hacia Mery, y baja hasta sus grandes pechos.

Seguía con la visión puesta en los pechos de Mery, entonces ella se percata de lo que hago y con una mano se tapa su pecho y con la otra me levanta, cariñosamente, el dedo corazón, con una preciosa cara de asco.  

Nos reímos y entonces responde:

-Vale, ya voy, ¿podría esperar unos minutos?.

-Claro -dice la enfermera y se va.

-Será mejor que me vaya, y que puedas...- intento decir mirando sus pechos. Trago saliva-...revisarte los pechos.

Cuando acabo de decir la frase la miro a los ojos y ella a mí.

Una sonrisa se le forma y entonces dice:

-Si será lo mejor. Necesitas, urgentemente a una chica, parece que eso va a explorar de un momento a otro.

Dice fijándose en mi erección, entonces bajo la mirada hasta mi entrepierna y se ve un abundante bulto.

Nos echamos a reír a carcajadas, y noto como también la sangre que tenia en mi entrepierna, aparece en mis mejillas.

-No solo mis manos son enormes ¿no crees? -digo con una sonrisa malevica.

Se echa a reír, y entonces habla:

-¡Lárgate ya, anda!.

-vale vale, ya me voy.

Salgo por la puerta y antes de cerrar, asomo la cabeza para verla:

-¿Seguro que no quieres que me quede y que baje esto contigo?.

Inmediatamente coge la almohada de su cama y me la lanza.

Tiene tan mala puntería que le da a la esquina de la pared, a 2 metros de mí.

Veo como ahora sus mejillas están ligeramente coloradas, y entonces continuo:

-Al menos yo tengo puntería para tirar almohadas... Y para tirarme otras cosas también... -nos reímos y entonces por fin habla:

-Eres un tonto, ¡vete!.

-Seré tonto, pero se que te mueres por mis huesos ahora mismo...

-¡Creído! -me grita con voz avergonzada.

Lo sabia

Y entonces, nos reímos por ultima vez antes de que cierre la puerta.

Sus familiares deben de haber bajado a la cafetería a tomar algo. Me quedo en frente de la puerta. Una sonrisa de oreja a oreja se me forma al pensar en lo que acaba de suceder.

-Adiós...Mery -susurro, para que yo solo lo pueda oír.

Entonces me voy andando, por donde he venido.

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Narra Mery

Cuando sale, me muerdo el labio inferior, me acuesto ligeramente de lado en la cama, recordando todo lo que acaba de pasar, que sin duda, me ha quitado el ceño fruncido de inmediato.

-Adiós...James -susurro, cierro los ojos, y sonrió por undécima vez en estos 5 minutos.

La torpe vida de Mery DallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora