El Show debe Continuar

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30 de Abril

Termino mi llamada con el Señor Clark. Veo la hoja con la dirección y numero de Maia, la asistente. Clari y yo decidimos ir esta tarde a su casa a hablar, por ahí tendríamos suerte.

- ¿Por que no lo haces vos? - pregunta Clari desde el sofá comiendo helado.
- ¿Que haga que?
- Estar esta noche con Nathan.
- Estas loca, el helado te afecto la cabeza - esta loca ni porque estuviera borracha estaría con Nathan.
- Amiga necesitas acción.
- ¿Y tu que? Hace mucho que no te acuestas con alguien.
- Mi caso es especial.
- A ver explicame eso - me siento a su lado y le arrebato su helado, ella me responde con un puchero.
- Yo he decidido no acostarme con nadie - dice naturalmente.
- Yo también, aparte no he conocido a nadie.
- Tienes a un dios en frente tuyo y no eres capaz de pegarle un mordisco.
- Creo que ya es hora de ir a la casa de Maia - digo para safar de la situación.
- Siempre encuentras la forma de escapar... por ahora.
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Tocamos el timbre y esperamos pacientemente frente a la puerta de madera elegantemente decorada. Vale aclarar que es una linda casa. Escuchamos unos pasos y somos recibidas por Maia y su cara de pocos amigos al recibirnos, que no intento disimularla.

- ¿Que quieren? ¿Que hacen aquí? - pregunta mal humorada. Alguien no recibe una alegría por mucho tiempo...
- Una pregunta a la vez rubia - contesta Clari - venimos a pedirte un favor.
- Y ustedes dos creen que yo lo voy a hacer.
- Exacto - respondo.
- Pierden su tiempo - dicho esto intenta cerrar la puerta.
- A cambio de dinero - la puerta se detiene y Maia nos mira con interés.
- ¿De cuanto estamos hablando?
- ¿No te paga lo suficiente el Señor Clark? - le pregunto. Ella me mira mal y recibo un codazo de parte de Clari que me manda a callar.
- Eso lo acordaremos después de que hagas el trabajo - cuando se trata de negocios Clari es la indicada.
- Bien, diganme que es lo que necesitan.
- ¿Podemos pasar? - pregunto.
- Adelante.

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- El pollito acaba de entrar - nos dice Max por el altavoz.

Nosotras nos encontramos en el auto de Clari comiendo pizza, amamos la comida. Nathan ha llegado hace una hora y esperamos resultados.

- Entendido príncipe - responde Clari.
- ¿Quien tuvo la idea de poner apodos? - digo terminando mi porción.
- Max y yo.
- Haganme acordar que no este de acuerdo la próxima vez.
- Mala onda - responden los dos al mismo tiempo.

Pasan horas y no obtenemos resultados. Se ve que le esta tomando mucho trabajo o simplemente se van a quedar hasta muy tarde.

- Oigan chicas esto no esta dando resultado - nos exaltamos cuando Max habla. Me estaba quedando dormida.
-¿A que te refieres con que no hay resultados? - pregunto alarmada. Otro plan que no funciona.
- La ha rechazado y el pollito se esta yendo. ¿Que hacemos ?
- Me parece que tendrías que ir vos Eli - propone Clari.
- ¿ Que? ¿ porque yo?
- Mira este es tu problema con él, no metas a otros en el medio, hay personas que te ayudan como Max y yo y hay otras que lo hacen por ti - me dice Clari. Se que tiene razón y nunca lo he pensado. Creo que por eso todos mis planes han salido mal, tengo que hacerlo por mi misma.
- Tiene razón Clari - habla Max.
- Tu callate príncipe - respondo. Suspiro y salgo del auto. Bien, puedo hacerlo solo espero que no me rechace. Me encamino hacia el bar y repito en mi mente << solo una noche>> varias veces.

Entro en el bar y visualizo a Nathan charlar con Max en el mismo lugar que la ultima vez. Me arreglo un poco pongo mi mejor sonrisa y hago mi camino. En cuanto Max me sonríe Nathan se da la vuelta y me mira. Me mira de arriba abajo sin pestañear.
No estoy muy elegante vestida pero lo que llevo es acertado, una pollera azul oscuro por encima de las rodillas y una camisa blanca sencilla, con poco maquillaje y el pelo suelto sin arreglar demasiado.

- Hola chica del agua - saluda Max. Obviamente Nathan no tiene que saber que nos conocemos.
- Hola y hola a ti - le sonrió a Nathan. Este me mira un poco extrañado, lo entiendo, he sido tan mala con él que puede llegar a desconfiar.
- Hola Srta. Carter - saluda cordial.
- Puedes llamarme Eli - me siento a su lado un poco más cerca ya invadiendo su espacio personal. No te adelantes Eli.
- Esta bien... ¿Que haces por aquí? - mira para todos lados como si buscara a alguien.
- Solo pasaba, si estas esperando a alguien mejor me voy - digo mientras me levanto.
- No quedate - me sostiene de la mano - no espero a nadie. Estoy solo - veo un mensaje oculto en lo ultimo que dijo.
- Que raro que no estés con Judith - sonó muy celosa.
- Termine con ella - esto me toma por sorpresa.
Miro a Max reprochándole silenciosamente no habérmelo contado, él se encoje de hombres y murmura un "lo siento".
- Que pena - aunque verdaderamente no lo siento.
- ¿Quieres ir a un lugar tranquilo? - propone dejando la paga de su bebida.
- Mmm si, la verdad que aquí se esta poniendo mas caluroso - mentira pero no sabia que decir.
- ¿Mi casa te parece bien? - pregunta inseguro.

Ir a su casa implica dos cosas, o tenemos relaciones o no solo una charla normal, lo que ahora no me apetece. Se ve tan guapo, su cabello un tanto despeinado y sus ojos azules no hacen mas que dejarme embobada. Me pregunto que pasara si lo beso... se que desde el principio dije que lo odio pero creo que ya no, el pasado me empuja a seguir con mi plan pero el presente me dice que lo olvide todo y caiga ante él.

- Me parece perfecto - sonrió.

Salimos del bar y veo el auto de Clari y a ella adentro. Le hago señas de que me voy y que esta todo a lo que ella responde haciendo sonar la bocina, que disimulada.
Minutos después entramos al departamento de Nathan. Me tomo un tiempo para ver alrededor, es espacioso y lindo, no hay mucha decoración pero lo que tiene lo hace acogedor. Me siento en el sillón y él se dirige a la cocina regresando con dos vasos de agua.

- Aquí tienes - me entrega el vaso.
- Gracias - tomo un sorbo y lo miro, esta muy pensativo mirando hacia el frente - ¿Donde esta el baño?
- Por el pasillo la segunda puerta a la izquierda - me dirigo a esa dirección y aprovecho para buscar su oficina que se encuentra el fondo del pasillo.
Entro con cuidado e inspeccionó el lugar, con prisa me encamino hacia su escritorio y empiezo a buscar. Me doy por vencido al ver que no tiene su proyecto por ningún lado. Guardo todo y salgo.

- Te tardaste mucho - dice Nathan cunado regreso.
- Soy una chica - digo obviando lo obvio. Vuelvo a mi lugar al lado de él. Él se gira y se queda mirándome - ¿Que sucede?
- Eres muy hermosa - suelta de golpe.
- Gracias - siento mis mejillas calentarse - tu no te quedas atrás.
- Solo una cara bonita - río cuando hace una mueca que lo ver más atractivo.

Poco a poco se acerca a mi y siento su respiración chocar en mi mejilla. Inconscientemente acerco mi cara a la suya y nuestros labios se rozan por un momento. Nuestros ojos se conectan y ya se que no hay nada que nos detenga, esa chispa que he intentado ignorar se hace presente. No me dejo manipular por el pasado y me dejo llevar. Nuestros labios se encuentran de nuevo esta vez con más intensidad. Sus manos viajan hasta mis mejillas y me sostiene. Repasa con su lengua mi labio inferior y yo lo dejo entrar. Lo único que se escucha en la sala son nuestras respiraciones agitadas producto de nuestra batalla por v quien controla el beso. Rompe el beso y recuesta su frente en la mi. Intento recuperar el oxigeno perdido.

- Dime que si por favor - pide en susurros.
- ¿Si a que? - pregunto haciéndome la tonta.
- Ven a la cama conmigo.
- Acabas de romper con tu novia - digo.
- No, rompí hace bastante, no la traigas aqui. No la pongas entre nosotros - pone sus brazos alrededor de mi cintura pegandome a su cuerpo. Posiciono mis manos en su pecho y siento como su corazón late fuerte al igual que el mio - solo di que si - vuelve a besarme.
- S-si - logro articular.
- Si que .
- Me quedo contigo esta noche.

Vengo a VengarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora