CAPITULO 13

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Arabella.

No recuerdo cuando fue la última vez que sonreí como tonta a la pantalla de mi teléfono mientras mensajeaba con otra persona. De hecho, si abriera la actividad de mi Instagram en la última semana, notaría una evidente entrada mucho más activa que en fechas anteriores.

Puedo decir con seguridad que hace dos semanas, entraba a mi Instagram una vez o dos al día, pero desde que cierto jugador de fútbol americano envía emojis con cada mensaje, yo rara vez salgo de la aplicación.

Pensé que la emoción se desvanecería conforme pasaran los días, que los temas de conversación se volverían aburridos como regularme me sucede con otras personas. Sin embargo, con Mason, la conversación es de no terminar.

Las ojeras bajo mis ojos y las miradas curiosas de Lana, papá y Jay en el estudio al verme bostezar a cada segundo, dan fe de que no he dormido mucho estos días. No puedo creer que pasamos la noche entera enviándonos mensajes y, aunque una parte de mí se encuentra bastamente atemorizada, también siento una emoción casi asfixiante con cada mensaje.

Jay me lanza un guiño caprichoso al momento en que mi productor me da un par de minutos de receso en medio de la grabación, sus ojos no se alejan del movimiento que hago para apropiarme del teléfono que no he visto en dos largas horas. Papá habla con Lana, ambos tienen una reunión con el organizador del concierto en Boston así que se irán pronto, lo que me dejará a un Jayden curioso con más posibilidades de acercarse a mí en busca de respuestas.

Ignoro a mi amigo, sonriendo como tonta ante el mensaje de Mason.

Mason Chapman

¿Estás libre? Tal vez podamos hacer esa llamada que nos debemos por quedarnos dormidos.

*carita triste*

Contengo la forma en que mis labios pretenden curvarse aún más, considerando seriamente la posibilidad de colocarme en cubrebocas para que no se me note.

Levanto la mirada, encontrando los ojos de Jay clavados en mí, analizándome como un halcón a punto de avecinarse. Él ladea la cabeza un poco, enarcando una ceja en forma de pregunta que genera un simple encogimiento de hombros como respuesta de mi parte.

No hemos hablado mucho del tema, no cuando quiero mantener la reserva con todo, especialmente ahora que paso gran parte de mi día en estudio y ensayos de coreografías. Ensayar desde meses antes es un tormento porque llego cansada a casa, pero de alguna forma, me alivia tener en qué concentrarme durante el día. Es una buena forma de ponerle un freno de manos a toda la situación con Mason, sé que la necesito para no olvidar que debo tomarme las cosas con calma y ver el panorama completo antes de pensar en caer por ese hombre.

Aprovechando que Lana llama a Jayden, evitando que se me acerque, le envío un mensaje a Mason aceptando:

Tengo un par de minutos justo ahora. Si no estás ocupado...

Alcanzo a leer el mensaje enviado solo una vez antes de que mi pantalla cambie por completo y una llamada suya a través de Instagram se cruce en la mitad. Agradezco que solo sea una llamada, sin videos, sin nada más que una conexión de voz que me daría tiempo de cortar en unos minutos sin pensar que le estoy viendo el rostro.

Deslizo el dedo por la pantalla, armándome de valor mientras camino lejos al contestar. Me arrincono en una de las esquinas, pegando el teléfono a mi oreja mientras que reposo la espalda en la pared, enfocando los ojos son en mi tenis y no en las personas que pueden estar observándome.

—Un chicle a que estás sonriendo —es lo primero que dice y lo pierdo, se me sale la sonrisa incluso si no lo quiero.

—Al paso que vamos me dañarás los dientes con tantos chicles.

TACKLE (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora