Mason.
Hago estupideces cuando estoy borracho.
Y la cruda moral que he sentido desde hace varios días que cometí la mas grande de ellas me ha perseguido no solo en los entrenamientos, sino en la vida misma.
Luego de tener una racha casi intachable siendo el jugador que menos daba de qué hablar en los tabloides, pasé a llenar portadas de revista en cada maldito supermercado del país. Obtuve un buen regaño luego de que casi me peleo con varios reporteros llegando a mi departamento, pero Garrett evitó que, además de ser echado del equipo ante un arrebato, también fuese a prisión por lesiones personales.
Pax estuvo dispuesto a acompañarme en mis ganas de golpear a cada fotógrafo de esta ciudad que trató de llegar a mí en vano y, desde entonces, tanto él como Ford tratan de estar cerca de mí todo el maldito tiempo. Es asfixiante. Sobre todo porque tenemos un juego importante mañana y lo único que deseo es pegarle a algo...o alguien.
Sentado en el sofá de la sala de mi casa, caigo en la rutina. Tomé la decisión de no salir para evitar las cámaras, para evitar los chismorreos y más aún, para evitar hacer algo que repercuta en mi vida profesional de manera irremediable.
Estar expuesto te hace eso, replantearte la forma de reaccionar. Esconder emociones no es fácil, pero es algo a lo que te acostumbras si estás en el límite de ser masacrado a nivel nacional y, en algunas ocasiones, internacional. Con mi deseo de llegar al Super Bowl latente, no puedo darme el lujo de que me saquen esta temporada. Necesito una meta, un objetivo y es ese.
Esa es la única manera que he conseguido de concentrarme en algo que no sea la mujer que me dejó atrás. Ni siquiera éramos algo consolidado, pero se sintió como si me hubiera arrancado el puto corazón. Ni siquiera supe como reaccionar hasta que estuve frente a la situación y, aún así, no reaccioné bien.
Ella no ha dado señales de vida más allá de sus conciertos y su aparición ocasional en las historias de Instagram. Nunca habla ella, solo son fotografías en estudio, en conciertos y nada más. Es lo único que me da para hacerme saber que está bien y, aunque duele, eso me basta.
Mentira.
No, no me basta en absoluto. Porque la quiero a ella. Conmigo. Junto a mí.
Y no la tengo.
Sé que no debí enviar esas flores hace varios días, mucho menos la carta que debí quemar en llamas ardientes cuando terminé de escribirla. Garrett dijo que me arriesgara, Paxton que era pura mierda. Y, por primera vez, debí hacerle caso a Pax, no al maldito flores y corazones de Ford que no sabe una mierda de como manejar una relación estable porque la suya es una maldita tapadera para el mundo.
Los videos del concierto de Arabella de anoche en Nueva York saltan en mi tiktok cuando ingreso. Mi página principal está llena de ella y no hace más que incrementar el vacío en mi pecho a medida que bajo luego de deleitarme viéndola.
Ella luce bien. Casi feliz. Llena de vida al subirse al escenario.
Es lo único que el mundo tiene de ella: sus conciertos.
Es lo único que le da a la prensa y al mundo.
Es lo único que tengo de ella.
Y quiero más.
Pero me conformo con verla a través de una pantalla, sabiendo que está bien.
—Estuve leyendo sus comentarios respecto a cantar canciones tipo covers en mis conciertos. Es algo que me gusta mucho y, como vivo para complacerlos, decidí cantar una por concierto.
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TACKLE (+18)
RomanceEn el juego de la fama, nunca hay lugar para un desliz, pero en la travesía de la vida es inevitable no tenerlos. Arabella Sinclair se juró que, tras varias rupturas amorosas que terminaron con su rostro siendo objeto de criticas en los tabloides...