CAPITULO 30

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Arabella.

El número al que ha llamado se encuentra fuera de servicio.

De nuevo, me topo con una pared de ladrillos al instante en que trato de llamar a Mason. Es la tercera vez del día y nada más son las nueve de la mañana. Él solo desconectó la línea de su teléfono cuando al tercer día llené su buzón.

No sé dónde está, nadie lo sabe. Solo sé que estuvo en el juego del domingo y que a partir de allí, su rastro se perdió de los periodistas, de sus amigos y de mí. Garrett se sorprendió cuando lo llamé, Lana lo hizo ciertamente cuando le pedí que consiguiera entre sus contactos el número privado del mejor amigo de Mason ya que Pax, quien me ayudó en el hotel, también dejó de atenderme.

La respuesta de Garrett Ford fue un simple: Es la primera vez que Mason hace esto por una chica, así que no tengo idea de cómo será su actuar. Lo siento, Arabella, pero no puedo traicionar la confianza de mi amigo.

La llamada que tuvimos demoró cinco minutos y cuatro de ellos fueron míos pidiéndole que por favor le dijera a Mason que me contestara o que me permitiera hablar con él. No he obtenido nada sobre ello y, desde entonces, todo ha ido en caída fuerte.

—Arabella, estás en otro lado. —Papá me mira, comprensivo, pero a la vez, severo—. Tienes un concierto esta noche, cariño, necesitamos que te enfoques en eso.

—Lo sé, papá.

—Los de la productora nos están presionando por una respuesta. Firmaste para el nuevo álbum y paraste las grabaciones por todo lo que ha pasado. Nosotros te entendemos, pero, cielo, tienes un contrato firmado y...

—Iré el lunes —prometo lo mismo que hace unos días.

Como si mi papá supiera que soy caso perdido, me observa, analizándome, considerando probablemente si es mejor discutir o dejarlo pasar. Sé, al instante en que se pone de pie y avanza por toda la sala de mi departamento, que ha escogido la primera opción.

—Arabella, ¿qué está pasando?

—Mason terminó las cosas conmigo.

Decirlo en voz alta, duele más de lo que esperaba. Papá no lo sabía, solo Lana, a quien tuve que darle una explicación cuando me encontró llorando antes del último concierto. No quiero la atención del mundo, ni siquiera la de mi familia porque no la merezco, no cuando todo esto que está pasando es culpa mía y de todo lo que me he reprimido hacer.

Mason acabó nuestra relación por mis miedos, por no tomar las riendas de la situación a tiempo antes de que todo explotara. Si tan solo hubiese sido sincera conmigo y con todos, antes de que lo de Aiden pasara, esto no hubiese sucedido, pero no lo hice y eso me puso aquí.

Luego de que salieran anónimamente las fotos de Aiden, la prensa comenzó a vincularlo con las mujeres con las que me engañó en el pasado. Y él no es como yo. Él salió a defenderse con más mentiras en las cuales estuve en su boca, él salió a decir que habíamos terminado y luego me perdonaba y que era en esos periodos de tiempo que él salía con otras. Eso no es lo más jodido que salió de su boca, porque esta vez, el nombre de Mason salió de sus labios.

Él lo involucró y ahora, sus agentes de relaciones públicas ni siquiera quieren ver a Lana para arreglar todo el desastre. Para mi alivio, no ven a Mason como el malo, ya no. Las especulaciones han sido tantas que en este punto, ya nadie sabe qué versión creer, porque si bien Aiden se ha embarrado a sí mismo, eso no quiere decir que crean en los comunicados de prensa que han salido por parte de los míos.

—¿Por qué no me dijiste, cariño? Pensé que no se habían visto por todo esto, no que ustedes habían terminado.

—Él terminó conmigo —lo corrijo, queriendo clavármelo en la memoria para que me siga doliendo, para que la culpa me siga jodiendo—. Y es mi culpa.

TACKLE (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora