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—Eso es todo por hoy... mañana, hablaremos de ti... — señaló a Seungmin. —Y de ti — señaló a Yeonjun. Espero que pasen una linda noche, por cierto... ¿Alguien quiere ayudar al idiota ese? — miré de reojo a Yeonjun, no dude en levantarme.

—Yo — ella sonrió y asintió. Camino hasta donde él estaba, saco unas llaves y abrió su malla, lo señaló con la arma y le hizo una seña de que caminara a mi malla, él lo hizo con dificultad, estaba desangrándose. Ye-ji introdujo una llave en el candado que cerraba mi malla y mientras ella se distraía haciendo eso, le hice una seña a Yeonjun, él asintió levemente.

—Espero y pienses durante esta noche, hermanita — sonrió, abrió la malla.

—¡Ahora! — Yeonjun la empujó con fuerza y la hizo entrar a mi malla, mientras que él tomó rápidamente el arma y la pateó hacia un lugar lejos de ella. Tomé de los hombros a Ye-ji y la estrelle contra el duro pavimento. Mis manos fueron hacia su cuello, ella pataleaba con desesperación para que la soltará.

—¡S-Suéltame! ¡E-Estúpida, eres una malagradecida! — ella ganó fuerza y me hizo rodar, quedando ahora yo abajo de ella y con sus manos en mi cuello. —¡Te voy a matar y después haré lo mismo con estos idiotas! ¡Ni siquiera podrás salvarlos de la muerte dolorosa que les espera! — abrí la boca, en busca de aire.

—¡No! ¡Suéltala, suéltala! — escuché como movían la malla fuerte, creando un ruido bastante irritante.

—¡Ya basta!

Ví de reojo como Yeonjun levantaba el arma de forma adolorida y apuntaba al brazo de Ye-ji, así qué, sólo espere y cerré los ojos al escuchar el sonido de un disparo hacer eco.

—¡Maldición! — tomé aire y ví a Ye-ji tomar su brazo, tratando de detener la hemorragia que empezaba a salir de su brazo, se quitó de encima mío y se recargo en la malla, me levanté rápidamente, le quite las llaves y me levanté, pero volví a caer por el agarre que se formó alrededor de mi tobillo. Caí de cara, haciendo que las llaves salieran volando lejos de mi alcance.

—¡Tú te vienes conmigo! — Yeonjun trato de volverle a disparar, pero el arma se quedó sin balas, maldije y sentí su peso encima mío, mientras su sangre caía en mi espalda y jalaba de mi cabello hacia atrás. De pronto, sentí algo metálico en mi cien. —Nunca pensaste que tendría un as bajo la manga, ¿No? — rió, Ye-ji apunto a Yeonjun y me removí debajo de ella.

—¡No! ¡No le hagas nada, Ye-ji! ¡No! — ella rió y bajo el arma, volviendola a posar en mi cien.

—Lo dejo vivir y a todos ellos, pero con una condición — asentí rápidamente.

—¡No Yeji, no dejes que esa estúpida bruja te engañe! — cerré los ojos, olvidándome de su voz, haciendo como si no estuviera ahí.

—¿C-Cuál es la condición?

—Que seas ahora, lo que siempre debiste ser — tragué saliva, cerrando los ojos y pensando.

—E-Está bien. Acepto.

—¡No! ¡No Yeji! — negué con la cabeza. No podía hacer otra cosa para salvarlos y sacarlos de esto. Todo era mi culpa, quizás si jamás me hubiera relacionado con ellos, no estarían aquí y menos en esta situación.

Ye-ji se levantó, aún apuntándome con su arma e hizo que me levantará rápidamente, me hizo recoger las llaves y abrirles la malla a todos, a quienes arrinconó en una esquina, mientras el arma continuaba en mi cabeza.

—Bueno hermanita, despídete de tus lindos compañeros y de tu precioso novio — mis ojos se toparon con Hyunjin, quién negó con la cabeza y yo también lo hice, mientras dejaba que unas lágrimas salieran de mis ojos. —¿Listo? Vámonos — me hizo girarme, dándoles la espalda, pero con el arma en mi cabeza.

Mientras que en mi cabeza, ya se había formado un plan de ataque y huida.

Al salir, Ye-ji cerró una reja más grande, dándome cuenta que los estaba dejando encerrados nuevamente.

—Oye, prometiste dejarlos libres. —Y eso hice, sólo que les cueste salir de aquí — sonrió, cerró el candado y volvió hacia mí. —Vámonos.

Empezamos a salir de ahí, sin rumbo fijo.












»¿Quién mató a Wongyoung?«  [2 Hwang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora