»¿Quién mató a Wongyoung?« [2 Hwang]

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—¿Desde cuándo? — pregunto, aún acostado en la cama, dónde Seungmin lo dejo después de que se desmayara.

—Desde que me la metiste, dah — Seungmin hizo una mueca de asco.

—¡Yeji! — reclamó.

—Yah — bufé. —Desde hace una semana me enteré, tuve que ira escondidas de ustedes dos al hospital y hacerme una muestra de sangre, donde dió el resultado positivo de embarazo — expliqué, Hyunjin se quedó en silencio y Seungmin lo notó.

Le dí una mirada para que nos dejara solos y así fue.

— Hyunjin.

—No estoy listo para ser padre, pero, daré mi mejor esfuerzo, trataré de ser siempre un hombre de bien, proteger y poner primero a ti y a mi futuro bebé — sonrió, cosa que se me hizo tierno.

—¡Eres tan tierno, joder! — apreté su mejilla y sin pensarlo mucho, me senté a horcadas, dejando mi trasero en su miembro sin vergüenza alguna, digo, ya estoy embarazada, ¿Qué podría suceder?

—Y-Yeji, no te muevas mucho — sonreí y asentí. —Por cierto, ¿Por qué no me lo dijiste? — mordí mi labio inferior y desvíe la mirada. — Yeji.

—Estaba insegura — confesé, él soltó un suspiro y se sentó, recargandose en el respaldo de la cama.

—Te escucho.

—No quiero que mi bebé tenga la misma vida que yo, no quiero ser como mi madre — él asintió. Dos días después que fui dada de alta en el hospital, le conté la verdad sobre mi madre, sobre sus actos despiadados que me obligaba a ver cuándo era niña, ese día me abrí completamente a él y le conté absolutamente todo, entendió y supo comprenderme, así qué, ahora entiende a lo que me refiero.

— Yeji, sabes que no será así, estás trabajando muy duro con eso, para evitar agobiar a nuestro bebé en el futuro, además, ese bebé, traerá felicidad y mucha paz a la casa, te aseguro que será una excelente madre — sonreí y me incline para besarlo, él respondió al instante, posando sus manos en mi cintura.

Hasta que un carraspeo nos hizo separarnos. Ambos giramos hacía el marco de la puerta de la habitación, Seungmin tenía los brazos cruzados y su mirada sería en Hyunjin.

—¿Y bien? — preguntó. Rodé los ojos y suspiré, para después bajarme de encima suyo.

—¿Y bien qué? — pregunté.

—¿Ya se negó a hacerse cargo del bebé? Porque tengo un bate de béisbol al cual estrenar y no me molestaría...

—¡Cállate! — le grité. —Nadie se negó a nada, ya deja el drama, Minnie.

—Bueno, en ese caso...¿Para cuándo la boda?

—¡Kim Seungmin!

—¡Sólo me ocupo de que tengas una vida próspera!

—¡Próspera va a ser la golpiza que te voy a dar!