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—Él es mi hijo, Park Soobin.

—Iugh.

Miré al chico que estaba frente a mí, debo admitir que está muy bien hecho y sobretodo, cuidado. Obviamente, mi cara de desprecio, lo dije sólo porque es hijo de mi ex profesor.

—Hijo, ella es una ex alumna de la Universidad, creo que te he hablado de ella — el rubio me mira y asiente, escaneandome con la mirada.

—Sí, la que se desmayo a media clase. La recuerdo — abrí mi boca indignada y miré a Jimin.

—Voy a demandarte por hablar cosas privadas de mi vida — lo señale. —Y tú, mocoso, ¿Cuántos años tienes? — pregunté.

—Veintisiete — abrí mi boca sorprendida y miré a mi ex profesor.

—¿Qué demonios? Oiga, dónde escondió a su hijo todos estos años, nadie en la Universidad sabía que tenía un hijo — refute.

—No es como si me gustará compartir mi vida privada con mi alumnos — chasquee la lengua y miré al tal Soobin.

—¿Qué estudias? — pregunté.

—Derecho penal.

—Jodida mierda.

Poco después, Jimin, nos invitó a pasar al comedor, invitandome a comer con ellos, ahí fue donde conocí a su esposa.

—¿Señora Park? — sí, definitivamente no me esperaba esto.

—Hola linda, es un gusto volverte a ver — miré a Jimin.

—¿Tuvo a Soobin con la profesora de literatura? — no podía creerlo. No, dios, que trauma.

—SÍ, me cautivó con sus hermosas palabras sacadas de libros. Me conquisto con su lengua intelectual.

Hice una mueca.

—Demonios, acabo de quedar traumada — ambos rieron y la señora Park no dudo en servirnos a todos.

—Dime cariño, ¿Qué te trajo por acá? — preguntó, mientras bebía un poco de su jugo.

—El auto de mi hermano — dije.

Ella rió, sabiendo y captando mi sentido del sarcasmo. Ella realmente me adoraba en la Universidad.

—Me refiero a qué, ¿Cuál fue la razón para que viajaras hasta acá? Tengo entendido que vives un poco retirado de aquí — asentí.

—Vine por la ayuda del profesor Park, creo que, él es la única persona con la que puedo compartir mis análisis personales sin parecer una jodida loca — noté la mirada preocupada de Jimin, pero no me interesó mucho.

—Pero, ¿No hay nadie más ayudándote en el caso? Quiero decir, siempre que hay un problema de este tamaño, suelen poder desde dos a tres personas a investigar el caso — ah, mi querido hijo Park. Es un inteligente, pero sigo viéndolo como un idiota, sólo por estudiar Derecho penal, yo también pase por ahí, pero, ese es otro tema.

—Sí, tengo a tres compañeros, uno que no lo ascenderán de puesto si el caso no se resuelve, a otro, que sólo va por los cafés y a mi querido amigo y atractivo compañero, ah, ese idiota realmente es guapo — ellos rieron. —Pero sus atributos absorben toda su inteligencia, así que es idiota papanatas — dije.

—Yeji siendo Yeji, desde tiempos remotos — reí ante el comentario de Jimin. —Pero...¿Cuáles eran tus análisis personales, que te hacían ver cómo loca? — pregunto, para después, llevar un bocado de comida a su boca y empezar a masticar.

—Sólo veía los movimientos de los demás y podría decir con ayuda de los pequeños detalles, que era lo que había sucedido antes — le reste importancia.

—Oh, ¿Tienes poderes psíquicos? — alcé una ceja a mi ex profesora de literatura.

—No — dije. —Es más, como una maldición.

—Uhm, ¿Puedes...?

De acuerdo, ni siquiera sé qué demonios estaba haciendo, ¿Jugando con la maldición? Creo que será entretenido.

—¿Segura? — ella asintió, dejando el tenedor en su plato y mirarme fijamente. —De acuerdo, sólo no se asuste y trate de echarme de su casa.

—No lo haré, linda. —Solté un suspiro y asentí. Ahora fui yo la que dejó su tenedor en el plato y la miré.

—Esta mañana dudo en hacer esta cena, ¿No es así? — se sorprendió. — Por el movimiento constante de sus pupilas sobre su esposo, hijo y sobre mi al llevarnos un bocado a la boca, quiero pensar que haría barbacoa, pero cambio de idea. Por lo que veo, su hijo es vegetariano y por su complexión, creo que práctica danza y usted, suele hacer pilates. ¿Me equivoco?

Las caras sorprendidas de la profesora de literatura y su querido hijo, son lo bastante satisfactorias para mí. Mientras que Jimin, suelta una risa y continua comiendo.

—Por eso fue una de mis alumnas favoritas — le sonrió y continúo comiendo.

Hasta que mi teléfono empieza a sonar. Lo saco de mi pantalón y veo el nombre.

—Discúlpenme un momento, mi perra fiel, me llama — les sonrió para después, levantarme de la mesa y caminar a la sala, dónde podré charlar con más tranquilidad. Una vez que llegué ahí, conteste. —¿Ahora qué?

—¿¡Cómo que ahora qué!? ¿¡Se puede saber dónde mierdas te metiste!? ¡Llevo buscándote desde hace horas!

—Oye, ya sé que me amas, pero vamos, hazlo menos notorio que me enamoro.

—¡Déjate de tonterías! ¡Tienes que venir inmediatamente a la comisaría!

—¿Y eso? ¿Bangchan se declaró abiertamente gay? — bromeé.

—¡Choi Yeonjun ha sido detenido y están acusándolo de haber matado a Wongyoung!

—No pueden acusarlo de algo que no hizo, cuándo no hay pruebas de ello, lo sabes, ¿No?

—¡Ese es el problema! ¡Él no lo ha negado!

Joder.

—Estaré allá lo antes posible — dije, y cuando pensé que colgaría, le llamé. — Y Hyunjin...

—¿Qué?

—Mereces una cita conmigo.

No lo deje protestar, porque lo iba a hacer, cuando colgué.

Sólo espero que lo que Jimin haya dicho, no sea verdad y Yeonjun sólo este cubriendo al verdadero asesino.




»¿Quién mató a Wongyoung?«  [2 Hwang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora