Capítulo 4 ~ Tropiezos inesperados ~

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- ¿¡Qué demonios haces aquí!?- exclamé a regañadientes y dándole una mirada fulminante al ver la actitud tan fresca y descarada con la que se atrevía a presentarse aquí como si nada y de paso, meterse en mi vida personal 

- Tratando de conseguir a mi asistente - me susurró al oído

- Oh, ¿y quién es este apuesto caballero? - preguntó una de ellas encantada al ver a Nicolas

- Soy... - intentó decir pero yo lo detuve

- Nadie. No es nadie - interrumpí - Y si nos disculpan, tenemos que hablar un momento en privado - dije tomándolo del brazo y apartándonos de la fiesta y de todos

- ¿¡Qué crees que estás haciendo!?- reclamé enfurecida

- Ya te lo dije, tratando de recuperar a mi asistente - respondió sinvergüenza 

- ¿¡Cómo te atreves a venir hasta aquí!? ¿¡Cómo.... ¿¡Cómo me encontraste!?

- Tengo mis métodos, ya que debo saber sobre las personas que trabajan para mí. - dijo como si eso justificara el que esté aquí. 

- Si vienes a rogarme para que te acompañe, pierdes tu tiempo porque no voy a ir.

- De hecho, es todo lo contrario. Ya que no me vas a acompañar, pues yo te voy a acompañar a ti.

- ¿¡Qué!?- exclamé atónita


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Mientras tanto desde alguna ventana....

- Oh, pero mira eso! Ya hasta discuten como si fueran un matrimonio - dijo la señora número uno con la que Nicolas y Lexi estaban hace un momento, espiándolos a lo lejos  

- Así parece. Si siguen así, van a terminar casados más pronto de lo que creen - respondió la señora número dos 

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De vuelta a donde Nicolas y Lexi...


- No es broma. He venido a acompañarte - respondió Nicolas 

- Pues no quiero tu compañía.

- Por favor, quisiera ver como acaba esto - dijo con un tono de burla

- ¿Hasta dónde quieres llegar?

- Pues, que como lo veo, no tienes otra opción que venir conmigo, ¿o prefieres quedarte para que esas señoras te coman viva? Admítelo, cualquier cosa es mejor que volver allá dentro. - odio decirlo, pero tiene razón. No quiero regresar a responder preguntas que no quiero responder y a que me hostiguen con que "¿la boda pa' cuándo?"

- Esta bien... - rezongué - Pero, con dos condiciones.

- ¿Cuáles?

- ¿No voy a perder mi trabajo después de lo de, hace rato?

- Debo admitir que ganas no me faltaron de despedirla ante tal insubordinación de su parte, pero, cómo ve, estoy aquí así que, no. No perderá su trabajo. - a lo que suspiré aliviada - ¿Cuál es la segunda?

- Habrán reglas después de esto, para que no se vuelva una costumbre eso de estarme llamando y solicitándome a cada rato

- Creo que puedo lidiar con eso. Si eso es todo, entonces nos podemos ir. - dijo empezando a caminar y a lo que yo suspiré antes de seguirle el paso. Nos dirigimos a la entrada principal en donde se encontraba estacionada su limosina Cadillac.

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