Imaginarán mi sorpresa al escuchar semejantes palabras sin saber como reaccionar
- ¿C-cómo así?- titubeé
- Usted sabe de lo que hablo. No se haga. - dijo rodeando el escritorio para acercarse a donde estaba sentada - Ambos podemos sentir lo que está surgiendo entre nosotros - dijo arrinconándome con sus brazos
- No sé de que habla- respondí nerviosa
- Vamos, no te hagas. Se ve que tú también lo quieres - dijo muy seductor
- Y-yo... - intenté de decir pero antes de que pudiera hacerlo ya me encontraba siendo devorada por los labios de este hombre que me besaba apasionada y ferozmente.
No estaba pensando con la cabeza fría. Me dejé llevar por el momento y por la intensidad y la pasión con la que me besaba. Todo mi cuerpo ardía ante sus caricias y por más que sabía que esto no era correcto, ahora que lo probé, ya no podía resistirme más. Estaba totalmente a su merced. La tensión fue subiendo mientras él me tomaba de la cintura y me sentaba encima del escritorio. Mis manos fueron rápidamente a desabrochar su camisa, dejando al descubierto su perfecto abdomen mientras que él arrancaba mi blusa. Se inclinó hacia mí, haciendo que terminara tumbada en el escritorio y que tirara todo lo que estaba en él por el calor del momento mientras que Nicolas se abría paso por mis curvas. Ninguno pudo resistirse más a este fuego que estaba empezando a arder dentro de nosotros, y sin pensarlo, dejaría que allí mismo me hiciera suya.
- ¿Señorita Evans? Señorita Evans.
- ¿Qué? ¿Qué!? - dije alarmada despertándome de al parecer el ¿sueño en el que estaba?
Parecía que me había quedado dormida en mi escritorio y el Señor Theissen había tratado de levantarme. Al caer en cuenta de ello, y que lo tenía parado justo enfrente mío mirándome como a un espécimen raro, traté de pasarme las manos por el rostro para ocultar mi cara de desprevenida por haberme quedado dormida.
- ¿Estaba durmiendo? - preguntó con desdén
- Disculpe, yo solo estaba... tomando una siesta, sí. Para recargar energías para el resto de la noche - traté de sonar convincente, pero estoy segura que fue más embarazoso! Ugh! Ni sé lo que estoy diciendo. Mejor voy a dejar de hablar para no seguirme humillando a mi misma.
- Claro, sí... - y aclaró la garganta - En todo caso, creo que esto le puede ayudar más - dijo entregándome un vaso de café - Y también le traje esto, ya que me imaginé que no había comido - y me entregó una bolsa de papel, a lo cual yo estaba atónita ante tal gesto de su parte
- Oh, gracias. Enserio se lo agradezco.
- No es nada. - pausó - Debo reconocerlo, es muy dedicada. Así que, siga así en su trabajo.
- Claro, señor. - respondí antes de que se dirigiera a su oficina, y una vez entró, solté un gran suspiro de alivio.
"¿Siesta? ¿Enserio, Lexi?" - dije para mí misma recordándome de la vergüenza que acababa de pasar y... mierda! ¿¡Qué fue ese sueño!? No, no, no, no, no, no! No debo estar soñando estas cosas. No es profesional. ¿¡Ahora cómo lo miraré después de eso!? Genial! Sólo espero no haber dicho nada mientras dormía.
Tomé el café y la bolsa que me había dado, la cual tenía adentro un plato de comida. Decidí tomar unos cuantos bocados ya que no me había dado cuenta de que me estaba muriendo de hambre. Sí que me vino bien esto. Aunque, me sorprende este gesto de él. Me pregunto por qué ahora de repente lo habrá hecho... ¿Quién diría que debajo del gran Nicolas Theissen se esconde alguien de buen corazón? Quizás no es tan cruel y despiadado como yo pensaba...
"Ugh! ¿¡Pero que estoy diciendo!? Ya mejor concéntrate en lo que te queda por hacer".
Y eso hice, pasé el resto de la noche terminando lo que me faltaba, y el tiempo ni me importó. Pasaron las horas y por fin logré terminar de verificar todos los números que aparecían en el directorio. Pensé que jamas acabaría, y ahora que lo terminé, me sentía toda una triunfadora ya que esos números no habían podido conmigo. Eso es!!
Las 4:29am era la hora que apuntaba mi reloj. No puedo creer lo mucho que me tomó terminar esto. Le entregué mi trabajo al Señor Theissen y luego volví a mi escritorio para terminar con los pendientes que tenía para ayer. Al cabo ya es prácticamente el otro día, ¿no?
Pasó más de una hora y ya había concluido con todo, así que me dispuse a tomar mis cosas para irme, a ver si por lo menos dos horas de sueño son suficiente para sostenerme. Llamé al ascensor y solo me quedó esperar a que llegara a mi piso.
- Cielos! Que mal se ve, señorita Evans. - dijo mi jefe aproximándose a mí
- Bueno, ¿¡y cómo esperaba que estuviese a las 5:20 de la mañana y sin dormir!?- respondí sin pensarlo con mal genio e irritada a lo que él se mantuvo en silencio
- ¿¡Y usted cómo cree que llegué hasta aquí!? ¿Durmiendo y descansando? No señor, yo me sacrifiqué y trabajé duro para estar en donde estoy.
- Eso lo sé muy bien - me limité a decir y en ese momento se abrieron las puertas del ascensor y ambos entramos en él.
- ¿Sabe qué? Mejor tómese el día y descanse, al fin y al cabo hoy no estaré en todo el día.
- ¿Lo dice enserio?
- Claro. Se ve que lo necesita.
- Em, esta bien. - respondí algo dudosa
- Pero no se acostumbre. - respondió volviendo a ser el mismo jefe frío y sin corazón - Hasta mañana, Evans. - dijo saliendo del ascensor tan pronto las puertas se abrieron y yo me dirigí a mi auto.
Aunque iba toda cansada y explotada, iba feliz de que por fin podría tener el descanso que necesitaba. Llegué a mi casa casi al amanecer y fui directamente a recostarme en mi cama, en donde caí inconsciente al instante.
Unas horas después me encontraba abriendo los ojos y tratando de recordar cómo había acabado así. Miré mi reloj y eran las dos de la tarde. Decidí por fin levantarme para tener el resto del día para mí.
He visto como muchas personas viven y se desviven por su trabajo, como hacen de su trabajo su vida y como pasan el resto de su vida haciendo lo mismo: levantándose para ir a trabajar a un trabajo que no los hace felices para luego terminar la jornada todos agotados y llegar a sus casas sin ánimos de nada para luego ir a descansar y volver hacer lo mismo del día anterior y así sucesivamente. Lo he visto y cuanto más consciente soy, más segura estoy de que no quiero eso para mí. No quiero terminar así, no quiero vivir para eso, y aunque ahora mismo parece como si lo estuviera haciendo, confío en que no será así para siempre y que mi esfuerzo de ahora valdrá la pena y la posibilidad de que pueda tener mi trabajo de ensueño. ¿Y qué si no es así? ¿Qué si las cosas no cambian? Pues, me tocará tomar la decisión de abandonar una vida con un trabajo seguro y estable, pero monótona y que no me llena por una vida que puede que no exista para mí, pero, sé que no lo averiguaré si me quedo en donde mismo y no salgo a buscarla. A veces uno debe armarse de valor para pelear por la vida que uno quiere y defender sus sueños.
El resto de la tarde me puse a cocinar algo, comí, y me preparé para ir al gimnasio. Después de una hora, había regresado a mi casa y me fui a dar un baño relajante mientras leía un libro. Cuando terminé, me senté en mi escritorio y me puse a trabajar en mi proyecto secreto. Después de unos minutos, veo que aparece una notificación en mi laptop y pulso sobre ella para ver que dice y...
Recordatorio:
Boda de Meghan el domingo
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La Propuesta
Storie d'amore~ Lexi ~ No tengo el corazón roto, ni siquiera tengo cicatrices emocionales, Porque nadie ha sido lo suficientemente fuerte como para derribar mis muros. No creo en el amor verdadero. Yo no dejo entrar a las personas. Y definitivamente, no necesito...