Capítulo 22 ~ Eras importante ~

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- ¿¡Qué estás haciendo aquí!?

- Tratando de encontrar a alguien que sepa decirme algo sobre mi hija. - dijo acercándose a mi para abrazarme. - Al parecer no nos llegó el memo sobre tu nueva residencia. - dijo mirando alrededor 

- Sí, mamá, también me dio gustó verte, pero ya tienes que irte.

- Ah!- gritó ignorando totalmente mi comentario - ¿Y quién es este hombre tan apuesto? - se dirigió a Nick.

- Por lo visto, usted es la madre de Lexi. - respondió Nick

- La misma en persona. - dijo mi madre y Nick le besó la mano.

- Es un gusto conocerla, señora.

- Por favor, dime Gisela.

- Soy Nicolas Theissen, el prometido de su hija.

- ¿¡Qué!? No! No me digas! Ah, claro, ¿¡por qué eso no me toma por sorpresa!? ¿Será porque la noticia está por todos los medios y me enteré por ellos y no de la boca de mi propia hija? - dijo sarcásticamente mirándome. 

- Madre, ¿qué es lo que quieres?

- ¿Qué no es obvio? Quiero estar cerca de mi hija, y más en este momento tan importante. No vas a dejar fuera de tu boda a tu propia madre, ¿o sí?

- No, pero, no puedes aparecerte así como si nada.

- No habría tenido que llegar a esto si tan solo me hubieras devuelto las llamadas.

- ¿¡Dónde está papá!?

- Oh, él se adelantó a nuestro hospedaje, pero yo no pude esperar más para venir a verte. - dijo tomándome de las mejillas. - Mi pequeña por fin se casa, ¿quién lo diría? Jamás pensé que este día llegaría. ¿Cómo puede ser que mantuviste a este hombre escondido por tanto tiempo?

- Fue por esto mismo. - dije con la poca paciencia que me quedaba - En fin, madre, si nos disculpas, los dos tenemos cosas que hacer y estamos muy ocupados. - dije tratando de correrla. 

- Esta bien, esta bien, lo entiendo. Los dos tienen sus cosas, pero, le prometí a tu padre que no me iría de aquí hasta que acordáramos tener una cena con ustedes.

- Sí, okey, eso no va a pasar.

- Pero hija, hace tiempo que no te vemos y, queremos compartir contigo y con tu prometido. 

- Lo siento madre, pero... - iba a decir hasta que Nick me interrumpió. 

- Lo que Lexi quiere decir es, que nos encantaría comer con usted y su esposo. - lo que me encantaría ahora mismo es poner mis manos alrededor de su cuello y estrangularlo en este instante. Quiero matarlo.

- Magnífico! Luego les enviaré los detalles. Hasta entonces!- y literalmente se fue de ahí mi mamá dando brincos de alegría.

- ¿¡Por qué hiciste eso!?- le reclamé a Nick tan pronto cerró la puerta.

- Porque se ve que quiere pasar tiempo contigo.

- ¿¡Y no se te ocurrió siquiera consultarme!? ¿O escuchar lo que tengo que decir?

- Es tu madre. No entiendo porque el alboroto.

- Es por eso mismo! UGH!! - grité de frustración - Esta es una terrible idea. No vamos a ir. Luego nos inventaremos una excusa y vamos a cancelar.

- ¿¡Qué!? ¿Por qué?

- ¿Y todavía lo preguntas? Creí que por esto mismo era que no hacías esto de las relaciones, para evitarte las comidas familiares. 

- Pero, por cómo lo veo, ella no dejará de insistir, e incluso puede llegar a entrometerse demasiado y acabar con nuestro plan. No debemos correr ese riesgo. Además, son solo tus padres, ¿qué puede salir mal?

- Pues todo! No los conoces como yo, y no sabes en lo que te estás metiendo!- dije perdiendo los estribos.

- Wow, cálmate! Es solo una comida y ya.

- Es más que eso! - grité y me fui furiosa de ahí, maldiciendo todo.

Salí al jardín y me senté en una de las bancas indignada. Aún no podía creer que él se haya atrevido a hacer eso, y me haya arrebatado mi elección. Justo cuando pensaba que nada se podía poner peor, viene y pasa esto. Todo era perfecto hasta que ellos aparecieron de nuevo en mi vida. Por más que trato, aún siento su sombra encima de mí. Aún no acaban de entender que lo que quiero es que me dejen en paz.

- Algo me dice que todo esto no es solo por la invitación de tu madre. - escuché a Nick decir mientras se sentaba a mi lado.

- Hubiera preferido dejar a las familias fuera de esto, ¿sabes? Siento que le estamos viendo la cara a todos. Se están ilusionando con algo que no es real. Nunca quise lastimar a nadie así, ahora veo que no pensé bien las cosas.

- Nunca quisimos esto, y no lo estamos haciendo con una mala intención. Te prometo que ellos estarán bien, se repondrán de esto. Pero no podemos echarlos a un lado para siempre, vamos a estar juntos por un largo tiempo, así que, no tenemos de otra. - y yo solamente me limité a suspirar, manteniéndome cabizbaja. - Ahora, en cuanto a tu madre...

- Desde que recuerdo, han sido pocas las personas que les he presentado a mis padres. No les presento a cualquiera. Pero de las pocas que conocen, mi madre se la pasa preguntándome a cada rato por ellos. Y ya no sé de muchos de ellos, o nos distanciamos. De cierta manera ese hecho no me afecta, pero no ayuda el que mi madre siga trayendo gente de hace 10 años y me siga preguntando por ellos. Eso incomoda porque, si les presentas a alguien a tus padres es porque es importante, ¿no? Porque uno no presenta a cualquiera ante su familia. Entonces, ¿cómo les dices a ellos que alguien importante para ti, simplemente, ya no forma parte de tu vida? ¿Con qué cara se los dices? Si nadie cercano a ti lo conocía pues es más fácil que salga de tu vida sin desordenarla, y te quitas ese peso de encima de tener que explicarles a todo el mundo el por qué, de un día para otro, simplemente ya no está. Pero cuando más de una persona sabe de él, entonces te tienes que enfrentar a conversaciones incómodas y a tocar el tema. Y duele tener que fingir que no es nada, que no significó nada, y que no fue importante. Y ahora que mi madre lo sabe, se encargará el resto de su vida de recordarme de ti a cada instante.

- Sé a lo que te refieres... Las reuniones familiares solo son para preguntarte "¿y la novia pa' cuándo?", "¿Y para cuándo los hijos?"- y ambos reímos 

- La familia realmente nos impone esa carga encima, como si tuvieran el derecho de tomar decisiones por nosotros sin siquiera preguntarnos si es lo que realmente queremos para nosotros. Es como si, eso es lo que se espera de nosotros, e inevitablemente ese es nuestro destino.

- Lo bueno de todo esto es que, al menos, ya no nos molestaran con la pregunta de la pareja.

- Por ahora, pero, una vez esto acabe, quedaremos como los tíos o sobrinos divorciados y "dejados".

- Creo que puedo soportarlo. - respondió con humor - En cuanto a la comida, creo que deberías darles una oportunidad. Se ve que quieren compartir contigo.

- ¿Enserio no te vas a dar por vencido?

- ¿Qué te puedo decir? Soy un obstinado sin remedio. - y suspiré resignada. 

- Conste que fue tu idea, y que no estoy del todo de acuerdo con ella. 

- Bien, entonces pondré "Cena de terror con los suegros" en agenda.

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