Capítulo 11 ~ Tensión en el aire ~

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A la mañana siguiente me desperté y después de lavarme la cara, decidí bajar por algo de comer. Al parecer no habían rastros de Nicolas por ninguna parte, así que me relajé y fui directo por mi desayuno a la cocina.

- Buenos días. - y salté del susto al cerrar la nevera y observar a Nicolas sentado en la barra desayunando.

- Ay! No te había visto. - dije consternada -B-buenos días.

- Eso lo pude notar.

- Escucha, no quiero problemas. Solo vine por mi desayuno y me iré de aquí.

- No, por favor. No tienes que hacerlo.

- No quiero molestar. Me lo dejaste muy en claro ayer. - reproché

- Lexi, sobre ayer...

- No quiero escucharlo, ya dijiste todo lo que tenías que decir ayer.

- Creo que esto de vivir juntos va a ser más difícil de lo que pensé.

- Al parecer una mansión no es suficiente para los dos. - bromeé y ambos reímos, lo cual calmó la tensión del ambiente.

- Escucha, creo que, tendremos que establecer reglas mientras vivamos bajo el mismo techo, para evitar que nos matemos entre nosotros.

- Totalmente de acuerdo. Por fin dices algo inteligente. - exclamé y él rodó los ojos

- Como sea, eso no era lo único de lo que te quería hablar. ¿Recuerdas la entrega de premios que está por venir?

- ¡Cómo olvidarlo!

- Pues, necesito tu ayuda. Necesito que vengas conmigo a la oficina y me ayudes a ordenar los últimos detalles.

- ¿Cuándo? ¿¡Hoy!?

- Pues claro! Mientras más pronto mejor.

- ¿No conseguiste a alguien más que te ayudara con eso?

- Tú eres la que mejor sabe de esto, y enserio necesito tu ayuda o sino los premios serán un desastre.

- En teoría, sigues siendo mi jefe, así que no creo que tenga otra opción.

- Esa era mi otra alternativa en caso de que te negaras a aceptar por las buenas. - dijo dándole un sorbo a su jugo

- Pues ni te mortifiques porque te voy a ahorrar la molestia. 

- Perfecto! - pausó - Ah, por cierto, ya conseguí una organizadora de bodas. Tenemos cita con ella la próxima semana 

- ¿Tenemos? ¿Cómo que tenemos?

- Sí, tú y yo, yo y tú. Tenemos que reunirnos con ella.

- Pensé que dijiste que tú te harías cargo de eso.

- Sí, pero, solicitó que ambos estuviéramos personalmente para ponernos de acuerdo sobre los preparativos de la boda. Ella cree que ambas partes deben involucrarse en los arreglos de la boda, ya que una boda es de dos.

- Ugh! No puede ser. ¿Es lo mejor que encontraste?- protesté

- Es la mejor de toda la región. Te aseguro que, aunque esto del matrimonio no sea lo tuyo, al final del día vas a disfrutar y vas a quedar encantada con todo esto.

- ¿Enserio es necesario?

- Bueno, yo solo digo que, al menos, deberías buscar verte bien ese día. Además, solo serán unas pocas reuniones en las que tendremos que estar los dos sólo para hablar sobre lo que queremos y elegir. Ya luego serían las reuniones personales sobre la prueba del vestido, maquillaje y todo.

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