Capítulo 25 ~ Desde el lecho de los amantes torturados ~

39 3 0
                                    


Al día siguiente, Nick formalizó mi ascenso, me entregó mi plataforma y puso a mi disposición todas las herramientas que necesitaba para mi nuevo cargo. Y era obvio que no podía ocultar mi emoción. Era un sueño hecho realidad. Por fin podría tener mi propio espacio.

- Esta sería tu oficina, ¿te parece bien?- Nick se encargó personalmente de enseñarme cual sería mi nueva área de trabajo. 

- Es perfecta!- respondí encantada - Gracias. - dije sin ocultar la emoción en mi rostro

Y empecé a trabajar de inmediato con todo lo que había por hacer. Estuve preparando y creando mi página y mi perfil, y los diseñadores gráficos también me ayudaron con eso y con la creación de mis cuentas. Me reuní con los productores y los editores para agendar un plan de trabajo a largo plazo para mi canal, y la parte más divertida fue realizar una sesión de fotos para mi perfil. Quedaron espectaculares! Estuve trabajando arduamente los días siguientes para el lanzamiento y para empezar a poner el plan en acción, y todo mi enfoque se dirigió en eso.

En cuanto a Nick, pues, después de la cena de aquella noche, no hemos vuelto a hablar del tema. De hecho, no hemos tenido tiempo casi de vernos porque cada quien ha estado en lo suyo. Las pocas veces que nos hemos podido ver ha sido cuando él ha pasado por mi área o por donde estoy trabajando y se queda a contemplar lo que estoy haciendo. Él se asegura de que yo lo vea y de que note su presencia, y en cuanto lo hago, él me da una sonrisa traviesa y luego sigue su camino y con lo que estaba haciendo. Se me hace algo poco inusual en él, y aunque trate de ocultarlo, creo que está muy satisfecho con el trabajo que estoy haciendo y con la decisión que tomó.


Un día, muy entrada la noche, me encontraba en mi cuarto y había terminado de trabajar en uno de mis próximos artículos. Decidí tomarme un descanso y salir por un vaso con agua.

- Lilith, ¿dónde está Nick? ¿Aún no ha llegado? - pregunté bajando las escaleras y al ver a Lilith en el primer piso 

- No, señorita. Me avisó que hoy llegaría tarde. ¿Por qué? ¿Necesita algo?

- Oh, no. Solo... quería saber su paradero.  - respondí fingiendo interés

- Por supuesto. Yo ya me voy, ¿necesita algo más antes de que me vaya?

- No, descuida. Que descanses, Lilith!

- Hasta mañana, señorita. - y seguí mi camino hacia la cocina y por el vaso con agua. Aunque, no dejaba de pensar en lo extraño que era que él aún no hubiera llegado. No es como que fuera de mi incumbencia o me importase, pero, aún así, la idea no dejaba de rondar en mi cabeza. A mi conocimiento él no tenía nada del trabajo, y no tenía idea de dónde podría estar. Una vez me serví agua subí nuevamente a mi habitación. 

"¿Por qué me debería preocupar por él? Si no es mi responsabilidad. Lo que haga o deje de hacer me tiene sin cuidado. Él es libre de hacer lo que quiera siempre y cuando no rompa las reglas de nuestro trato. Ni siquiera me interesa en lo absoluto." - trataba de convencerme a mí misma mientras me acomodaba para dormir. Apagué la luz y me sumergí entre las sábanas.

Mientras me llegaba el sueño me puse a pensar en Nick y en mi punto sobre las relaciones. Una situación como ésta, en una relación "real", traería muchos problemas, ya que empezarían los reclamos y los celos por la hora en que llega, asumiendo que es la chica la que se queda esperando al inútil de hombre que tiene que no la valora. Por su cabeza pasarían un millón de pensamientos: "¿por qué no ha llegado? ¿Dónde estará? ¿Con quién estará? ¿Por qué no me ha escrito? ¿Qué estará haciendo? ¿Le habrá pasado algo?", cuando lo único que le ha pasado es que nació hombre y ellos no toman para nada en consideración los sentimientos de las mujeres, ni piensan lo mucho que un minuto de retraso puede afectar al cerebro de una mujer. Son insensibles. Y luego, cuando por fin llega, empiezan las discusiones por saber donde estaba y el por qué de su retraso, todo para que al final ambos se vayan a dormir peleados y con un sabor amargo.

Pero, luego está el otro lado, la parte en la que hay noches en las que ambos no duermen en la misma cama, ni bajo el mismo techo. Ese es el mayor reto que pone a prueba la confianza y la fidelidad del uno al otro, ya que se cuestionan todo el tiempo el por qué el otro no les ha escrito o no les ha hablado, y aunque creen saber donde están, se cuestionan que estarán haciendo y si él también la estará pensando como ella a él. Y así es como se queda dormida, con muchas interrogantes e inquietudes, y con la esperanza de que a la mañana siguiente, la siga amando y eligiendo, y de que siga estando allí. 

Por momentos como esos es que agradezco tanto el no estar atada a una relación, porque me evita demasiados conflictos y preocupaciones innecesarias. No tengo que preocuparme de su paradero, ni de quién se le acerque. Y eso es algo de lo que no se habla. Si tu pareja es muy atractiva, y muy extrovertida, y se encuentran en una misma habitación pero están aparte, te la pasas mirando cada 5 segundos a donde está él o ella para ver que está haciendo y con quien está. Te la pasas vigilando de que nadie, ni una posible amenaza, se acerque y venga a quitarte lo que es tuyo. Te preocupas de con quien habla, y te comes la cabeza tratando de averiguar las intenciones de aquella que se le acaba de acercar y de que lo que podrán estar hablando. Tú, mientras tanto, tratas de disimular y de aparentar que eso no te molesta ni te incomoda en lo más mínimo, cuando por dentro, maldices a cada instante el que él tenga que ser tan atractivo y extrovertido porque sabes que todo eso es una carga extra para ti, porque sabes que vas a tener que compartirlo, te guste o no. Y no puedes hacer más que cuidarlo de lejos, aunque tu estómago se retuerza a cada instante al ver lo "atento, caballeroso, y gentil" que es con otras o al ver lo mucho que se inclina a ellas al hablar y cómo les presta toda su atención. Te toca ver como, por un simple instante, se olvida de repente de ti, y no hay mayor tortura que esa. Nadie se merece pasar por eso. Y ya que sé que nadie va a preocuparse de cuidar de mi cuando me sienta así, me toca a mí cuidar de mi misma, y así es como me protejo de llegar a caer allí.

Y sin más, poco a poco me fue ganando el sueño hasta que quedé profundamente dormida.




Los días siguientes casi no coincidíamos en la casa Nick y yo. Cuando él estaba en la casa, yo no lo estaba, y así sucesivamente. De vez en cuando nos topábamos el uno con el otro o veíamos cuando el otro salía. Yo, mientras tanto, estaba ocupada con uno de mis próximos proyectos que requeriría una gran parte de mi tiempo. 


Nicolas' POV:

Esta semana ví entrar y salir a Lexi muy a menudo de la casa. Salía por las tardes y regresaba hasta muy tarde en la noche. No era como que me interesara en lo más mínimo lo que hiciera, pero, no podía evitar notar que siempre salía de aquí muy arreglada y presentable... demasiado presentable, y eso era lo que llamaba mi atención. ¿A dónde podría ir tan arreglada así? Pareciera como si fuera a una cita, no lo sé. Y no sería capaz de preguntarle directamente por sus salidas nocturnas. Me estaría tomando demasiado atrevimiento, además de que, en lo poco que hablábamos, no mencionaba nada de ello. Poco a poco, con los días, mi curiosidad comenzó a crecer cada vez más, y juré que iba a obtener respuestas, de un modo u otro.

La PropuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora