Capítulo 3 ~ Sueños Frustrados ~

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- Mamá, ¿enserio tengo que ir?- protesté

- Ya déjate de protestas que sí vas a ir- respondió al otro lado del teléfono 

- Pero mamá, si no voy, estoy segura de que ni se darán cuenta de que no fui. 

- No digas estupideces que los Brown nos invitaron especialmente a nosotros. Vamos, los conoces de toda la vida, y Meghan es tu amiga.

- Era. - enfaticé mientras recordaba como ambas crecimos y tomamos caminos separados que inevitablemente nos llevaron a distanciarnos. - Bien sabes que hace tiempo no hablo con ella. Estoy segura de que solo me invitó por compromiso y por lo bien que se llevan nuestras familias.

- No digas eso, sólo, ven a la boda. Te va a hacer bien. Necesitas distraerte y salir un poco. 

- Bien... - dije a regañadientes 

- Y por nada del mundo se te ocurra faltar, ¿eh?

- Te veré ahí el domingo, mamá. Hasta entonces. - y terminé la llamada

Creo que no tengo opción, pero, tal vez mi mamá tiene razón. Tal vez y sí me haga bien ir y salir de la rutina. Solo espero no arrepentirme. 


Domingo

Era el domingo por la mañana y en cuanto me levanté, empecé a prepararme para la boda. Después de unas horas, ya estaba lista, solo estaba dando los últimos toques a mi look. En eso, escucho sonar mi celular y me estiro para tomarlo.

-¿Evans? - escuché decir al otro lado de la línea 

- ¿Señor Theissen?

- Sí, mira, necesito que esté presente en la reunión con los inversionistas esta tarde. Es muy importante - y resoplé desalentada

- Señor Theissen, yo... no puedo hoy. Ya tengo planes para hoy, tengo un compromiso.

- Pues me tiene sin cuidado. ¡Cancélelos! Deshágalos, pero no puede faltar hoy. - dijo en tono arrogante lo cual hizo que me hirviera la sangre al tomarse el atrevimiento de darme órdenes y entrometerse en mi vida personal solo para que trabaje fuera de horas laborables. Y lo que más me molesta es su actitud al pedírmelo. Quizás no tendría problemas en ayudarlo si tan solo fuera más amable, pero por cómo está, no pienso hacerlo, y no pienso soportar que me trate de esa manera. Y no me importa que sea mi jefe. Ya pasé todo este trabajo en arreglarme y ya me había hecho a la idea de que iría a la boda, y no me arreglé para nada, así que voy a ir. El trabajo no me va a venir a arruinar mis planes. Además, ahora mismo prefiero hacer cualquier cosa que no sea estar trabajando un Domingo para el amargado de mi jefe. Sé que es mi jefe, pero eso no le da el derecho de estarme dando órdenes fuera de la oficina. Ya es hora de que lo ponga en su lugar.

- ¿Sabe qué? No. No pienso hacerlo, ¿cómo la ve?

- ¿¡Cómo ha dicho!?

- Ya me oyó. No voy a ir. 

- ¿¡Está consciente de las consecuencias que esto puede traer para usted!?

- Sí. Sí lo sé muy bien y haga lo que le dé la gana. A ver si tiene suerte para encontrar a alguien a quien adiestrar a tiempo con la entrega de los premios y la alfombra roja a la vuelta de la esquina. Que tenga buen día. - y con eso enganché, respirando agitadamente después de haber sacado todo eso de adentro de mí, pero, sí que se sintió bien hacer eso. No saben las ganas que tenía de ponerlo en su lugar. Ya me había tardado.

Me sentí como toda una ganadora al no haber dejado que me pisoteara y por no haber cedido a sus caprichos. ¿Quién dice que lo suyo no es más importante que lo mío? Además, estoy segura que si decía que sí, se volvería una costumbre y cada que hubiera una emergencia él querrá que yo lo deje todo y salga corriendo a donde él, cuando no. Debo aprender a respetar mi tiempo y a hacer que los demás lo respeten. Sin más, tomé mi bolso y me dirigí a mi auto para ir al lugar en donde se llevaría acabo la ceremonia.

No sé si soy la única pero, últimamente todos mis conocidos y gente cercana que están de mi edad, se andan casando y teniendo hijos. Es enserio! A cada rato ando escuchando de alguien que se acaba de comprometer o que acaba de enterarse de que está embarazada. Y no me lo tomen a mal, me alegro por ellos, pero, de cierta manera se siente esa presión de que como todos lo están haciendo, yo también debería porque ya estoy en esa edad y "estoy tarde". Y quizás siquiera no estaría pensando en eso sino fuera por todo lo que está pasando a mi alrededor. Muchas bodas, muchos nacimientos, todo pasando a una gran velocidad, cómo si ese fuera el fin último que debemos perseguir. Cómo si ese debería ser mi sueño también. Una vez de niña lo fue pero, los sueños cambian, y ahora tengo otros sueños más importantes que el tener una familia. Preferiría realizarme como persona primero.

Sé que pocos lo entenderán, y siento la presión de grupo como si indirectamente todo el mundo esperara eso de mí. Como sí les debiera una gran ceremonia y una criatura más a esta sociedad. Aunque esté muy segura de lo que quiero ahora, el ir a tantas bodas y baby showers te pone a pensar y reflexionar. Incluso me atrevería a decir que te pone a dudar porque, al ver a los novios decir 'acepto' y besarse como señal para sellar su compromiso, te hace querer tener algo así, aunque sea por ese instante. Y si antes no te importaba, ellos harán que ahora sí te importe.

Pasamos a la recepción en donde todos se encontraban celebrando ya con sus bebidas en mano y bailando. Yo por mi parte, me encontraba sentada en una de las mesas tomando mi copa de champán mientras veía a los demás divertirse y celebrar a lo lejos. 

- Lexi, querida!!!- escuché decir y era la mamá de Meghan que se dirigía hacia mí

- Señora Brown, ¡qué gusto verla! - respondí forzosamente al saber la que me esperaba

- Ay, pero, que guapa te ves! No has cambiado nada.

- G-gracias - dije con una leve sonrisa

- Oh, queridas, ella es Lexi Evans, amiga de Meghan. - respondió dirigiéndose a las otras dos señoras que venían con ella -Ella y Meghan prácticamente crecieron juntas - y ellas expresaron sorpresa y asombro ante tal declaración 

- Oh, que bien! Así que prácticamente son de la misma edad, ¿no?- preguntó una de ellas

- Sí. - respondí tomando otro trago de mi champán para aguantar lo que se venía...

- ¿Y tú también piensas casarte pronto, querida?

- Eh, no. No tengo planes de casarme por lo pronto.- me limité a decir 

- Pero tienes a alguien por ahí, ¿no? Ya sabes, ¿a tu chico especial?- preguntó la señora Brown

Estaba a punto de responder cuando en ese instante, fui interrumpida por una voz gruesa a mis espaldas que se acercó a nosotras, y que me tomó por sorpresa.

- Señoritas... 

- ¿¡Qué estás haciendo aquí!?- dije tan pronto me dí la vuelta y ví de quien se trataba 

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