RISING | KYLO REN, FINN

quienes son.

escalé por la minúscula ventana, encontrando otros dos droides a los que terminé por aplastar al caer sobre ellos. hicieron un ruido metálico, como una lata aplastada contra el suelo. luego zumbaron, y chispearon cuando sacaba los pies de encima de ellos.

hice una mueca, mirando a mi alrededor. dos botones, uno azul y uno rojo, además de un panel que mostraba una cámara dónde podía ver a finn mirando con cara preocupada por la ventana pequeña por la que había entrado gracias a él.

─¿contraseña?─pregunté con una voz nasal, pegando mis labios contra el micrófono, apretando el panel, finn miró a todos lados y luego vió directo a la cámara dejando su susto de lado.

─¡blues, no es gracioso!─repitió y yo me reí aún mirándolo por el panel.

─mhmm... no, esa no es la contraseña...─respondí por el micrófono, y el bufó cruzándose de brazos.

─¿dejame entrar?─preguntó cansado y yo sonreí conteniendo mi risa, dejé que se quedará un momento en silencio para que termine la frase, lo captó un tiempo después─ ah, por favor...

apreté el boton azul, abriendo la puerta y levantando algo de polvo de afuera en el proceso, está se cerro luego de que entró automáticamente.

─¿bien? ¿terminaste de divertirte?─se burló sonriéndome, yo rodé mis ojos negando con la cabeza.

─la diversión nunca acaba.

caminamos por el pasillo que era adornado por una extraña luz amarillenta, que en momentos parecía fallar y que hacía parecer al lugar más repugnante de lo que ya se veía.

─no debe haber mucha más gente aquí.─advertí a finn, y el me miró asintiendo, su rostro no lo demostraba pero estaba nervioso. quise tomar su mano para tranquilizarlo, pero no lo hice.

pasamos por varias celdas oscuras, dentro parecía haber otros seres vivos... o no tan vivos, cosa que no estaba segura debido a la cegante oscuridad.

─oye, rojita...─una voz me hizo voltear con el ceño fruncido─ ¿de donde sacaron tu y tu amigo esas llaves?

el hombre ahora abrazado a la celda, apunto a las manos de finn, él me miró como buscando aprobación y yo me centré en el canoso anciano.

─¿rojita?─pregunté, casi ofendida por su apodo horrible.

─si, tu cabello...─dijo apuntando su cabeza─ no recuerdo que uno de nuestros guardias haya sido rojita, ¿o si chewie?

un sonido extraño provino de detrás de él, haciendo que me sobresalte, antes de ese grito extraño todo permanecia en constante silencio.

─¡claro que nos va a ayudar!─se quejó el hombre molesto, finn sostuvo mi muñeca para decirme algo al oído.─ ¡no, claro que no! ¡no la ofendí!

─creo que... la nave es de ellos.─susurró como si tuviera sentido el estado de la nave, yo lo miré con obviedad, mientras le quitaba las llaves de la mano.

─¿de casualidad...─me acerqué al hombre cortando con la pelea que tenía con su amigo─ tiene una nave...?

─¡si!─dijo con desesperación, incorporándose, mirando hacia atrás con rapidez y de nuevo a mí, celebró con sus manos─ te lo dije, chewie, ella enviaría a alguien.

─¿una nave basura... que estaba estacionada en una base de la primera órden?─terminé mí frase y el me miró molesto, volviendo a sostener la celda con molestía, di unos pasos atrás sonriendo.

─oye, ¿basura?─preguntó molesto, intentando atraparme como podía de su limitado lugar─ no debes saber lo que es una buena nave... o buen gusto en general, ¿que hay con tu cabello?