C7

116 10 5
                                    

Revisaba junto a Hyungwon la extensa agenda de trabajo de la semana. Los dos llegaban una hora antes de su jornada laboral al estudio para tener una reunión con Kihyun y Minhyuk, la campaña estaba por comenzar y debía estar todo listo. Se turnaban para obligar a Jooheon a ponerse de pie todas las mañanas. No era difícil despertarlo. Lo difícil era que lo hiciera de buen humor, para suerte de Changkyun, solo le tocaban los días malos a Hyungwon.

- Almuerzo con quien? - pregunto desde el baño.

Changkyun se esforzó por no mirar a través de la puerta entreabierta.

- El primer ministro de Busan.

- De que se supone que hablare con el?

- Hyungwon estará a tu lado, te envió a tu celular esta mañana los temas de interés del hombre.

Cuando salió, su fuerza de voluntad lo traiciono y volteo hacia el. Jooheon noto que se abotono mal la camisa así que tuvo que desabotonarla y comenzar. Lo que le dio una vista en primera fila de su abdomen marcado. Changkyun se cuestiono por un momento que era lo peor que podía pasar si se le lanzaba. Y el maldito entalle del pantalón no ayudaba, sus muslos se miraban firmes contra la tela, los recorrió con la vista hasta llegar a su...

- Oh querido, la ropa no te deja ver bien? Me la quito si quieres - se mordió el labio inferior.

Le puso mala cara tratando de disimular, pero considero por un momento aceptar.

- Me aseguraba de que te vestiste correctamente - le paso el saco.

- Las ultimas dos semanas, evolucionaste de ser una pulga rezongona a un gato mandón.

- Tu padre me concedió el deseo - lo ayudo a ajustar su corbata - quien lo diría, Lee Jooheon a mi cargo.

El sonrió sin humor.

- No por mucho.

- Me extrañaras cuando me vaya, torpe - le dio un empujón con el hombro.

En las ultimas dos semanas, habían compartido un sin fin de momentos amor/odio. Aunque se sentían cómodos el uno con el otro, aun estaba la cuestión del porque se encontraban en dicha situación. La boca de I.M. y el orgullo de Jooheon.

- Tu agenda estará hasta el tope las próximas tres semanas.

- Necesito descansar, llevo sobrio todo este tiempo, creo que enloqueceré.

- No enloquecerás, el próximo fin estarás libre.

Se miro en el espejo para asegurarse de que su vestimenta estuviese lista. Pudo ver el reflejo del mas delgado. Llevaba un pantalón de vestir negro entallado, una chaqueta de cuero encima de un cuello de tortuga que se ajustaba a su abdomen y a su cintura diminuta. Nunca se acostumbraría a verlo, era una maldita tentación andante, pero por mucho que lo provocara no parecía caer en su juego.

- Entonces no vendrás a trabajar? - lo cuestiono.

- Y decidir con quien te acuestas también? No gracias.

A el se le curvaron los labios.

- Podemos ir de nuevo al restaurante de dumplings o continuar con mis clases de manejo.

- Ya manejas bastante bien, y ya tengo cosas que hacer.

- Incluye encerrarte en la casa de alguien que no sea Minhyuk?

- A usted no debería importarle eso - puso los ojos en blanco.

- Creí que te agradaba?

- Mi trabajo exige que sea amable contigo - le paso el celular con la agenda - ya vas tarde.

El Hijo del presidente - JookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora