Camino por el pasto fresco hasta toparse con la entrada. Toco un par de veces y no se sorprendió cuando nadie atendió. Una corriente de aire frío lo alcanzó, haciéndolo temblar. Se cubrió lo mejor que pudo con el saco. El sol se había escondido por completo.
Giro la cerradura, tuvo suerte. Estaba abierta.
La puerta hizo eco en el recibidor al cerrarse. Supo en dónde lo encontraría. A mitad del pasillo, primera puerta a la derecha, la luz se colaba por la rendija. Abrió temeroso, lo encontró en el piso, inclinado sobre su cuaderno. Dibujaba moviendo su mano con violencia. Con rabia borraba y volvía a dejar trazos sobre la hoja, maldecía por lo bajo. Alcanzó a ver una botella de whisky a medio beber entre sus piernas. No noto su presencia hasta que lo escuchó acercarse.
Contrario a su visita temprano, el lugar se encontraba repleto de cuadros. La luz era muy tenue, si la apagara era probable que la luna alumbraría más. Vio a un costado un caballete y sobre el un lienzo con una tela encima, cubriendo lo que fuese que hubiera pintado.
- Que haces aquí?
Lo sobresaltó la rudeza de su voz. Tragó saliva y caminó hacia el.
- Te estaba buscando.
- Que, querías ver al idiota de Lee echo mierda? - pregunto a la defensiva - Que quieres?
- Solo quiero hablar - sus ojos seguían fijos en el intrigante lienzo cubierto - Porque la tela?
- Aún no está terminado - se puso de pie con la botella en la mano - Dime que haces aquí? Mi padre no está, deja de creer que tienes poder sobre mí!
- Por que estás tan a la defensiva, no eh dicho nada.
- No, de echo es raro, teniendo en cuenta que eres experto en tener una opinión sobre lo que hago.
Sintió un golpe en su orgullo, ciertamente se lo había ganado, no le contestó. Se limitó a observarlo.
En verdad deseaba mirar debajo de esa tela. Dio un salto cuando giró hacia el con brusquedad.
- Que diablos quieres I.M. ? - vociferó - te quedas ahí parado como si me estuvieras juzgando.
- Nada, veo tus cuadros y me doy cuenta que eres muy bueno, tienes un don.
- Gracias, pero ya lárgate.
- Sí, pero antes, hay que hablar, la señora Yeojoo...
-No por favor, ahora no quiero saber nada de las malditas elecciones.
- Jooheon, enserio es importante.
Jooheon puso la botella sobre un mueble, apretándola del cuello, clavó sus ojos furiosos en el.
- No tienes derecho de estar aquí, se supone que es mi lugar seguro - caminó hacia el - Que tengo que hacer para que me dejes en paz?
- Lee, no tienes que aislarte - trató de tomar su mano pero se apartó - se lo que se siente estar solo, la soledad es horrible cuando dejas que te consuma, tu tienes a muchas personas de tu lado, no finjas que no.
- Crees que es fácil? -gritó con fuerza - Vine hasta aquí para alejarme de todo, de la maldita Casa Azul, del Hospital donde mi padre lucha por su vida! Puedes dejar de jugar al juez por un minuto y tratar de entender? Si mi padre muere se acabó, que pretenden Yeojoo y Chae que haga? Que ponga de piedra mi corazón y luche por un maldito puesto que para empezar yo ni siquiera estoy listo para tomar?
Se llevó ambas manos detrás de su cabeza. Sus ojos estaban perdidos, tristes y llorosos. Algo dentro de el se hacía pedazos.
- Fue horrible despertar en aquel hospital, estuve un mes en terapia intensiva, me indujeron un coma para curar los huesos rotos, era solo un niño, no pude despedirme de ella. Lloré por ella toda la maldita recuperación, sólo me tranquilizaban diciendo que ella estaba en otra habitación, sabes lo tráumante que fue recibir mi alta y que en lugar de encontrarme con sus brazos, mi padre me llevará a una fría tumba? No lo sabes I.M., se que no eh sido un santo, pero que más quiere la vida de mi? Porqué amenaza con quitarme a mi padre?
ESTÁS LEYENDO
El Hijo del presidente - Jookyun
FanfictionLee Jooheon candidato a la presidencia e hijo del Presidente de Corea del Sur, creció siendo un arrogante, grosero, narcisista hijo de papi... O al menos eso era lo que I.M. Changkyun pensaba de el, hasta que termino trabajando de su chofer. Lee era...