Capítulo 9. Cedric, Noche extraña.

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Al llegar a su habitación la  miré sentarse con algo de dificultad, me acerqué a ella para ayudarla a  reposar su cuerpo en su cama, me agradeció con una pequeña sonrisa

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Al llegar a su habitación la miré sentarse con algo de dificultad, me acerqué a ella para ayudarla a reposar su cuerpo en su cama, me agradeció con una pequeña sonrisa.

Yo aparté mi mirada rápidamente, aún preocupado por la idea de no poder controlarla como todos los demás, así sería fácil manipular toda la situación. Hacerle creer lo que yo quiero y que deje de hacer preguntas que no puedo responder.

« ¿Por qué carajos ella es la excepción? En mis padres no funciona porque tengo esa clase de emoción y sentimientos enlazados por ellos, eso me hace incapaz de manipularlos, o ejercer algún tipo de poder de control mental sobre ellos, con todos aquellos con los que yo no formé un vínculo más allá de amistad, puedo influenciar en su vida; sus decisiones... ¿Pero qué pinta Venus aquí? ¿Cuál es su conexión conmigo? No creo que sea amor. No nos amamos, ni siquiera nos conocemos. Esto es estúpido».

Ella me miraba atentamente esperando alguna clase de explicación de lo que haremos.

No podía explicarle que fue atacada por un vampiro sin un clan; de los que viven en las sombras de los lugares más remotos, alimentándose de personas que van al bosque o sus alrededores; simplemente paseando solos. Convirtiéndose en presas fáciles.


Tampoco podía explicarle que para ayudarla tuve que llamar a una conocida y amiga de la familia, doctora vampira y tampoco puedo contarle que fui a irrumpir en la casa de sus padres para ejercer mi poder sobre su madre, mirándola fijamente y diciéndole que "Tiene tanto sueño que pasará toda la noche durmiendo profundamente, y al día siguiente continuará su rutina sin preguntar por Venus". Eso la mantendría despreocupada, al menos por hoy y mañana.

¿Entonces qué mierda le digo?

Dejé de sobre pensar las cosas y solo fui sincero con ella, en cierto modo sincero.

—Bueno, no puedes denunciar a nadie porque no tenemos pruebas.

Su expresión de alerta cambio a interrogativa.

—Pero vi su rostro, debe haber ADN en mi ropa, esto puede servir...—la interrumpí.

— ¿Y tu padre? No puedes simplemente llegar a la policía y decir que lo tuviste frente a frente— intente persuadirla a que no exponga demás esta situación.

— ¡Claro que no! Pero podemos hacer una llamada anónima, informar que está en el bosque.

—Claro, eso puede funcionar, por cierto ¿Qué hacías en ese bosque? — pregunté mientras la miraba fijamente, me di cuenta lo mucho que la hacía sonrojar que la viera así.


— ¡Ese no es el punto! El punto es— se quedó en silencio abruptamente y se levantó de golpe para abrir la cortina de mi habitación, es de noche. — ¡No puede ser!

— ¿Qué?— pregunté yo sin saber que ocurría.

— ¡Es de noche!

— Tarde ya, quizá las tres de la madrugada. — observé el reloj de mi muñeca. Sí, justo las tres de la madrugada.
— ¿Tus padres no se preocuparan por ti? Mi madre justo ahora está dormida, pero si estuviese despierta te haría mil preguntas.

Me parece muy tierno de su parte que actué de esa forma tan inocente.

—No están en casa, están de viaje— esas palabras hicieron que se quedase quieta.

— ¿Por qué no fuiste con ellos?

— No me gusta ir a esos paseos que suelen hacer, irse de fiestas y cosas así.

Giró su cabeza a mi dirección con una expresión de sorpresa.

— Pero estabas en el festival, eso es una celebración— bajó su guardia nuevamente. Aún seguía algo nerviosa por toda la situación, pero en su rostro se veía más calmada.

—Solo quería recorrer el pueblo, conocer.

—Entiendo, yo también fui porque quizá es el último festival que pase aquí.

— ¿El último? — pregunte.


—Sí, planeo mudarme en algunos meses, quizá para inicios del próximo año, estoy reuniendo para ello.

Su ropa de veía algo sucia por todo lo que sucedió.

Me dirigí a su baño y tomé una toalla que se encontraba colgada dentro de la ducha y se la acerqué.

—Tienes que tomar una ducha, te buscaré algo de ropa limpia y luego descansarás.
Ella tomó la toalla y mantuvo su mirada en mí.

— ¿De dónde vienes? — su mirada algo confusa.

—De Alaska.

—Increíble, te gustan los climas frio ¿Eh?

—Tanto como a ti seguir a personas extrañas. — La miré de forma pícara, me gusta provocar su rabia.

Me alejé de ella para que se pueda dar una ducha tranquila.

—Idiota— me susurro mientras se adentraba al baño.

Ya ella en el baño aproveché para darme un respiro de todo, me senté en la cama. La madre de Venus se encontraba profundamente dormida gracias a mi hipnosis, lo hice justo después de que Venus despertara. Sé que tienes padres muy preocupados, no quiero ocasionar un conflicto en mi primera semana aquí. Recordé la sensación que tuve en el bosque cuando pensé que Venus moriría. Esa preocupación que me nació de la nada tiene una simple explicación, Venus es muy tierna y da esa necesidad de cuidarla.

Sacudí mi cabeza, no quería continuar pensando en lo tierna que es ella, o en mi estúpido impulso de proteger, vine a esta habitación para ayudarla a regresar sana y salva esta noche, ya debería irme.

Al levantarme para irme ambos chocamos justo en la salida.

—Lo siento — dijimos ambos al unísono.

El tiempo se detuvo por un segundo. Tiene los ojos verdes más atrayentes que he visto en mi inmortalidad, jamás había visto unas pecas que hicieran juego con tan espectacular rostro... escuché como su corazón se aceleró.

Miré hacia abajo sin dudar, la toalla le rodeaba el torso, le quedaba algo pequeña, podía ver sus piernas muy juntas; semidesnuda.

Yo presioné la mandíbula fuertemente, no podía dejar de verla, su cabello abundante caía en cascada sobre sus hombros, dejando caer gotas de agua. Ella solo me veía.

Tomé el control de la situación y me deslicé a un lado para que ella tuviese espacio libre para entrar a la habitación.

Sin decir una sola palabra entró, nuestras miradas se mantuvieron en contacto mientras que la puerta de cerraba poco a poco, hasta que se cerró.

Hoy será una noche extraña definitivamente. Todo lo que pensé sobre ella se desvanecía solo con tenerla en frente de mí. No puedo dejar que se convierta en mi debilidad. Aproveche este momento para irme a mi casa y vigilar que nadie se acerque a Venus.

Venus, bajo su influencia. ©(Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora