Capítulo 20. Cedric, la decisión.

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Ya faltaba poco para ir a la  cena en casa de Venus, baje a la sala luego de prepararme y note que mi madre  camina de un lado a otro, es un manojo de nervios

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Ya faltaba poco para ir a la cena en casa de Venus, baje a la sala luego de prepararme y note que mi madre camina de un lado a otro, es un manojo de nervios.

— ¿Estás bien, mamá?

— ¿Eh? Si, si... — respondió ella mientras disimulaba.

— Todo saldrá bien. Eres una mujer increíblemente fuerte, haz podido siempre con todo. Esto es pan comido. — sujeté sus manos temblorosas.

Jamás había visto a un vampiro tan nervioso y alterado por algo que no fuese sangre.

—Rubí Rotter, ¿Cancelamos la cena? — dice mi padre, llegando a la sala con un buen traje negro.

—No, no hace falta... Estás guapísimo, Lucius Rotter.

Él se acercó a mi madre, le dio un beso y le murmuró.

—No estás obligada a hacer algo que no quieras. Podemos hipnotizar a su familia y librarnos de esto.

—Venus no se puede hipnotizar, lo intenté muchas veces— confesé.

—Eso es porque tienes un vínculo sentimental con ella. — dice mi padre.

—No, lo intenté antes de todo eso.

— ¿Qué? — Preguntó mi padre sorprendido— ¿Y ahora lo dices?

— ¡No vamos a cancelar ni a hipnotizar a nadie! — Exclamó mi madre algo irritada— Está cena es importante para nuestro hijo, él está enamorado de esa chica y no le quedaremos mal. Podré con esto, solo hay que evitar que alguien sangre y estaré bien.

Mi padre y yo aceptamos su orden, cuando ella decide algo nadie puede llevarle la contraria.

Antes de verla oficialmente delante de nuestras familias, quería saludar a Venus con uno de esos besos que justo ahora no puedo resistir. Subí a mi habitación y salte a su cuarto, justamente su ventana está abierta, supongo que ella también esperaba que hiciera esto.

Al llegar a su cuarto tropecé con la cama, miré un pequeño cuaderno que estaba ahí abierto. No suelo husmear en cosas privadas, pero mi nombre está escrito ahí. Mire a mi alrededor; afino mi oído para ubicar a Venus, está en la ducha, cantando a todo pulmón con su hermosa voz. Está feliz por verme y yo también lo estoy.

No puedo evitar sonreír, tomé el libro y comencé a leer... No es lo que esperaba. Es decir, es lo más romántico que pude leer, jamás alguien se había expresado así de mí.

"Mientras los veía destilando un aura de amor solo puedo pensar en Cedric. ¿Será posible que nosotros podamos envejecer así? Yo sé que quizá es muy pronto para pensar en envejecer, o tan siquiera en casarnos, pero siento que todo pasa muy rápido entre nosotros, todo fluye perfecto y siento que estamos destinados. Nunca me había sentido atrapada en unos ojos tan hermosos como los de Cedric, ojos que me hacen sentir que lo conozco de toda la vida.

Tal vez estoy exagerando, no puedo hablar por mí misma, sin embargo, cuando lo beso, cuando lo veo o con un simple abrazo solo puedo imaginarme una vida con él, teniendo hijos, porque solo con él me imagino teniendo hijos, amo la idea de ser madre, casándonos y viajando por el mundo como una familia... Él en definitiva es mi primer amor."

Todo lo que escribe ahí es imposible para mí, he sido un idiota egoísta todo este tiempo, siendo egoísta con Venus porque a mi lado jamás tendrá eso, no vivirá una romántica historia de amor, no puedo ofrecerle viajes por todo el mundo porque el sol me quedaría la piel, no puedo darle hijos porque es imposible, al menos no sin tener que convertirla al final de todo... Está más que claro que no soy el indicado para ella, ser su novio solo la retiene, la privaría de llevar una vida normal con alguien que si pueda brindarle todo lo que escribe.

Mi padre tiene razón, no puedo cometer su mismo error, tengo que dejar ir a Venus. No puedo seguir alimentando su ilusión, esto no tiene un final feliz con ambos juntos.

Salí de su habitación lo más rápido posible y regrese a mi casa, mis padres me estaban esperando.

Salimos todos hasta la casa de Venus, solo tuvimos que caminar unos segundos, tocamos el timbre y nos abrió la madre de Venus, la señora Amelia.

— ¡Bienvenidos! — nos invita a pasar.

Todos entramos y mi madre le ofrece amablemente una bolsa con cosas para la cena.

—No sabíamos que cenaríamos así que traemos algo que combina con todo, un poco de pan fresco.

— Ay, muchas gracias, no hacía falta que trajeran nada.

Pasamos todos a la sala y nos sentamos. El padre de Venus bajó por las escaleras y se presentó con todos estrechando su mano.

—Qué bueno por fin poder conocerlos. — confiesa el padre de Venus.

—Tiene una hermosa casa— Adula mi madre.

—La suya no se queda atrás, esos acabados de su entrada son muy modernos— dice la señora Amelia. — Ya pueden pasar al comedor, está todo listo.

Al sentarnos todos en la mesa, llegó Venus. Estaba algo impaciente por su llegada, pero quedé boquiabierto con su gran entrada.

Lleva un hermoso vestido color azul claro que le llegaba por encima de la rodilla, su cabello suelto y unos zapatos blancos, saludo a todos con una hermosa sonrisa, y ojos que destellan alegría.

Me siento como un monstruo por hacerle esto, segundos antes de tener que romper con lo nuestro.

Mis padres la saludaron encantados.

El resto de la cena fue muy cómodo, pensé que alguien se cortaría y mi madre atacaría a la familia de Venus, pero todo fluyó excelente. Actuaba como una de ellos, una humana más que no le molestaba el aroma de su sangre, o el sonido de su corazón bombeando sangre, mi madre resultó poder tolerar más todo esto que yo... Yo solo quiero terminar con esto, siento que mientras más duro aquí viendo a Venus sonreír, ser feliz y estar tan cómoda conmigo, solo empeoro la situación. Mis padres son excelentes invitados y los padres de Venus son muy buenos anfitriones.

Venus, bajo su influencia. ©(Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora