capitulo 26. Epílogo.

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Mateus  había dejado el cuerpo de Venus en un estado irreconocible: con marca de  puñales, heridas profundas

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Mateus había dejado el cuerpo de Venus en un estado irreconocible: con marca de puñales, heridas profundas. Había adelgazado muchísimo por la cantidad de sangre que Mateus le había sacado, mordidas en todas sus partes; brazos, piernas, hombros y abdomen.

Mateus había sacado su lado animal y salvaje con el cuerpo de Venus, la arrastró de la cueva en plena madrugada para cerciorarse de que nadie estuviese alrededor para descubrirlo.

Sin embargo no contó con que algunos guardias vampiros de la realeza estaban en ese bosque merodeando y buscando justamente clanes rebeldes y al causante de las muertes y desapariciones de personas en los últimos meses. El rey Hegernald se había enterado de estás aberraciones y los mando a cazar. Gracias a que el padre de Cedric; el señor Lucius les advirtió sobre un grupo de vampiros que estaban asesinando a humanos en el pueblo de Puente Celest. Quedó frustrado al no poder encontrarlo ese día que salió con Cedric en medio de la noche. Estaba harto de que la sangre siguiera corriendo en Mistermed debido a vampiros salvajes y rebeldes.

Mateus no tenía conocimiento de esto, así que dejó el cadáver de Venus unos momentos para poder buscar los elementos que necesitaba para calcinar sus restos: la gasolina, el fósforo y algunos trozos de madera dentro de su cueva.

Los guerreros se acercaron debido al escandaloso olor de la sangre de Venus, llegaron rápidamente al punto donde esta se encontraba tirada en el suelo, casi descuartizada, con heridas graves en todas sus extremidades, al ver el estado en el que se encontraba dicho cuerpo; lo primero que hicieron fue tomarle el pulso, algo que parecería estúpido si se tratase de un humano, pero los guardias sabían que la persona que estaba allí en el suelo no era humano, porque aún estaba palpitando un poco su corazón. Ningún humano sería capaz de sobrevivir ante tal situación.

Uno de los guardias tomó el cuerpo de Venus y lo colocó en su hombro, el otro se quedó mirando a los lados, asegurándose que no hubiese nadie alrededor, probablemente el causante de esta acción tan terrible y se marcharon hacia el castillo.

Mateus al llegar al lugar y ver que Venus no estaba allí, entró en pánico comenzó a merodear todo el bosque y sus alrededores, pero de inmediato le llegó el olor de que otros vampiros estuvieron allí, lo que hizo fue sacudirse las manos e ingresó a la cueva para terminar de tomarse toda la sangre que le había sacado a Venus hace poco. Pensando que ya ese dilema del cuerpo de Venus no era asunto de él.

Los guerreros habían llegado al castillo luego de cruzar el inmenso bosque y su profunda oscuridad, los demás guerreros al se acercaron para averiguar el estado del cuerpo que traían los guerreros. Le preguntaron la razón del traerlo allí, sin embargo los dos guerreros orgullosos de su encuentro le ordenaron al médico del reino a que le revisara.

Estaban más que seguros que el cuerpo de la persona que traían allí es de una vampira excepcionalmente fuerte, ya que ninguno de su especie hubiese podido aguantar el nivel de heridas y de agresividad que están viendo en este momento, heridas que se encuentran en el cuerpo de Venus.

Los dos guerreros están seguros de algo, y es que está mujer está por cambiar la historia de lo que ahora se conoce como el reino de Blackstone.



CONTINUARÁ...

Venus, bajo su influencia. ©(Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora